Miles de niños sufren bullying en España. Entre los chistes y bromas que parecen inofensivos, hay un trasfondo que genera problemas en ciertos casos irreversibles a los más pequeños. Un tema que cada día se le da más eco y que se trata de erradicar para evitar casos de depresión, traumas y, en ciertas ocasiones, suicidios. Familias, centros escolares y profesores llevan años trabajando para tratar de concienciar a los alumnos que los abusos a compañeros no se deben tomar como simples chascarrillos, sino que el bullying es un problema que se debe cortar de raíz y denunciar al mínimo indicio de posible acoso.
Algo que las nuevas generaciones tienen grabado a fuego y que, a diferencia de generaciones anteriores, saben a la perfección el procedimiento que se debe seguir para evitar que un compañero sufra las consecuencias de ser el centro de la diana de insultos, menosprecios y agresiones. Para ello, la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) Juan Carlos Torrego ha realizado un estudio para esclarecer la realidad del acoso escolar en España y tratar de detectar los puntos calientes para buscar una solución.
Los centros educativos para niños de entre 6-12 años se han calificado, según el estudio, como lugares seguros en donde las medidas para evitar el acoso se aplican de manera eficaz. De hecho, la mayoría de familias afirman que los centros escolares tienen una convivencia escolar positiva, a pesar de que si detectan cierto grado de conflictividad. Los principales indicativos que destacan los padres son las conductas de algunos menores, los cuales tiene un comportamiento desafiante y que no suelen acatar las indicaciones de los profesores.
El objetivo del estudio, dirigido por el catedrático de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) Juan Carlos Torrego, es tener un diagnóstico de la situación de la convivencia escolar en primaria a partir de una encuesta a 37.333 participantes (70 % alumnos, 19 % familias, 8 % profesores, 2 % equipos directivos y 1 % orientadores). Tras la recopilación y análisis de los datos, un 9,5% de los estudiantes confirman haber sufrido o sentido bullying por parte de sus compañeros por lo menos alguna vez en su vida. Una cifra que es baja, pero que sigue preocupando a los centros escolares.
El miedo que sienten los niños acosados nada más entrar en las clases hace que, dichos alumnos, sufran ansiedad a la hora de acudir al colegio, vean los centros como zonas de conflicto en vez de lugares seguros y sus resultados académicos se vean afectados de manera significativa. Una realidad que los más pequeños son los que más comprometidos están y así lo refleja el estudio. El alumnado es el que hace una mayor valoración global de la convivencia, 9,24 puntos sobre diez, siendo los profesores y los orientadores quienes tienen una percepción un poco más baja, aunque también muy positiva, de la convivencia del centro (8,19 puntos).
Las dos caras del bullying en los colegios
En todos los casos de bullying hay un factor común que es el responsable máximo de los malos ratos que pasan los menores en los centros escolares: el alumno que acosa. La otra cara de la moneda y a la que hay que señalar. Los datos que proporciona el estudio revela que un 4,58% de los alumnos afirman haber realizado alguna vez bullying. ¿Hasta qué punto es real dicha cifra? Los acosadores no van a reconocer abiertamente que amenazan e insultan a sus víctimas, por lo que dicha estadística podría ser aún mayor. El foco del acoso escolar se ha centrado desde el primer en momento en tratar, en la medida de lo posible, de suprimir que los niños comiencen desde una temprana edad a acosar a sus compañeros.
"La diferencia entre estos datos puede deberse, por un lado, a la falta de reconocimiento de la responsabilidad por parte de los acosadores, que no son conscientes de estar haciendo daño o hiriendo la dignidad de sus compañeros y, por otro lado, a que un mismo alumno pueda ser acosador/ciberacosador de más de un compañero, aspecto que también podría explicar la discrepancia entre ambos datos", señala la investigación. Hay que añadir, que entre los encuestados, un 4,62% reconoció haber realizado ciberacoso, un tema que se tendrá que poner en la palestra y más con la facilidad que aporta las redes sociales para acosar a los cibernautas.
Cuando se pregunta al 90,5 % del alumno que no ha sido acosado acerca de qué ha hecho si ha presenciado una situación de bullying, un 30,9% dice que se lo comunicó a un docente, un 20,1 % a la familia y un 14,8 % a un compañero, datos que apuntan al "importante papel que tiene el profesorado como persona de confianza en el centro, y cómo el círculo más cercano de amistades se convierte en las personas de referencia a las que acudir" ante el posible acoso de un compañero. El bullying sigue siendo un tema que se debe trabajar e ir educando a los alumnos que tratar mal a sus compañeros para hacerse los populares no es algo que se debe aplaudir, sino que es un acto que hay que denunciar.
Perhaps
Apenas el año pasado era uno de cada cuatro, ya hemos bajado a uno de cada diez, pronto sabremos la verdad. Pues eso empecemos por la verdad y estudiemos lo que ocurre desde un punto de vista humano, no ideológico, no demos a los wokes la oportunidad de manipular este grave problema.