Semanas clave en Cataluña con todas las miradas puestas en ERC. El partido lleva desde el varapalo de las elecciones catalanas afrontando una situación delicada, con varios frentes abiertos y voces internas disonantes a pesar de que la cúpula directiva, con Marta Rovira al frente, haya sacado adelante un acuerdo con el PSC para investir a Illa. Por un lado aumenta la tensión en las bases ante la votación para validar el pacto, que tendrá lugar este viernes, y que ha obligado a posicionar a cargos públicos y militancia republicana, ahondando aún más la división tras el escándalo de los carteles de Pasqual Maragall y Ernest Maragall.
Por otro lado está, en su frente, Oriol Junqueras, que prosigue su gira para retejer alianzas y revalidar la presidencia de ERC en el congreso que tendrá lugar en noviembre. Junqueras se ha mantenido al margen del preacuerdo, si bien ha declarado le parece normal que haya dudas en las bases y ha insistido en quitar el apoyo al PSC si Salvador Illa no cumple con el acuerdo.
Por último, hay otro frente que ha sido relegado en un segundo plano tras intensificarse las conversaciones con el equipo de Salvador Illa, y es la situación en la que queda la delegación republicana en Barcelona con Elisenda Alamany a la cabeza tras el relevo de Ernest Maragall, que se presentó como candidato a la alcaldía en mayo de 2023 y que se ha dado de baja de ERC tras el ataque de falsa bandera contra su hermano Pasqual por su alzheimer.
Como confirman fuentes municipales conocedoras, ya existe un acuerdo para que los republicanos entren en el gobierno de Jaume Collboni en Barcelona, y el equipo está a la espera de que la presidencia de Illa salga adelante para aterrizar ese entendimiento tras aplazarse la consulta a las bases por, según se explicó el mismo día, exceso de aforo en el sufragio.
Los de Alamany están pendientes de que desde Calabria convenzan a las bases para sacar adelante el acuerdo, por lo que desde la llegada de Marta Rovira y tras el chasco de la consulta hecha en Barcelona que acabó en un caos por la afluencia de republicanos que acudieron a votar, mantienen el perfil bajo. Por el momento, los socialistas habrían acordado ya desde hace un mes con Alamany cederles áreas económicas como la promoción de Barcelona.
Para el equipo de Alamany es clave poder entrar en el ejecutivo para ganar fuerza y presencia de cara al nuevo ciclo electoral, además en un momento bajo de los comunes de Ada Colau, que han pretendido en todo momento que el alcalde socialista Jaume Collboni formara un tripartido.
Sin_Perdon
¿Hace falta recordar quien votó a favor de que Collboni fuera alcalde?. El PARTIDO POPULAR. ¿Hace falta repetir quién ha declarado que prefiere llegar a acuerdos con "el PSOE de Page" antes que con Vox?. ALBERTO NUÑEZ FEIJOO. PP - PSOE, PSOE - PP. Ambos se necesitan, apoyan y alimentan para que el podrido sistema bipartidista que surgió con la Constitutión del 78 se mantenga y termina de destrozar y hundir este país.