Cataluña

Salvador Illa mantiene privilegios económicos para los activistas de la lengua catalana

Es una de las prebendas con las que el Gobierno de Illa recompensa el uso exclusivo del catalán

  • Salvador Illa

Una minoría de ciudadanos de Cataluña con carnet de activistas por la lengua catalana gozan de privilegios económicos en ayuntamientos y otros organismos financiados con el dinero de todos. Es una de las prebendas con las que el Gobierno de Salvador Illa recompensa el uso exclusivo del catalán, con la particularidad de que se trata de ventajas otorgadas desde organismos al servicio de toda la ciudadanía no por razones de equidad social sino por pertenecer a Voluntariat per la Llengua (VxL), un programa de fomento del catalán creado por el Departamento de Política Lingüística de la Generalitat. En paralelo, hay deducciones fiscales por donaciones para esa finalidad lingüística.

Los llamados “dinamizadores” de VxL, cuyo cometido principal es fomentar el uso oral de esa lengua formando 'parejas lingüísticas' a través de 164 centros del Consorci per a la Normalització Lingüística, son, junto a otros colaboradores de dicha red, la fuerza de choque en campo abierto de la política lingüística que el presidente Illa ha heredado de los gobiernos independentistas, asumiéndola sin reparos en beneficio de su estabilidad y la de Pedro Sánchez.

De las 729 entidades y 4.793 comercios colaboradores de Voluntariat per la Llengua, son 253 los que aplican favores económicos a quienes demuestren su labor dinamizadora en la citada red impulsada por la Generalitat. En esos 253 figuran, junto a establecimientos comerciales como Merceria Carmen Carmela, Xocolateria Antigua o Cambra LGTBIQ+ de Catalunya, los ayuntamientos de Sallent, Llagostera y Sarrià de Ter, el Teatre Nacional de Catalunya, el Museu de Lleida, la Fundación Barcelona Olímpica, el Teatre Municipal de Balaguer, la Fundació Gala-Salvador Dalí, etc., aplicando todos ellos a los miembros de VxL los descuentos o dispensas que se detallan en el cuadro junto a estas líneas.

Entre los recursos económicos, ventajas y normativas especiales al servicio de la extensión del habla cooficial figura un tipo de bonificación fiscal única en España: según la Ley 21/2005 los contribuyentes pueden deducirse en el IRPF el 15% de las cantidades donadas al Instituto de Estudios Catalanes, al de Estudios Araneses y a entidades sin ánimo de lucro, incluidos sindicatos, patronales y colegios profesionales, “que fomenten la lengua catalana”. Esto coloca a las 361 entidades inscritas en el 'Cens d’entitats de foment de la llengua catalana' en posición ventajosa para la captación de fondos respecto a las que no figuran en ese listado de la Generalitat

La víspera de Nochebuena el Molt Honorable Senyor Salvador Illa i Roca presentó su plan de Gobierno para la XV Legislatura que pese a su encabezamiento con el lema 'el Govern de Tothom', no está redactado y publicado para tothom (todos) sino exclusivamente en catalán y presumiendo de que Cataluña sea “la segona comunitat autònoma més poblada d’Espanya, que concentra el 16,5% de la població espanyola”. Dicho Pla de Govern alude al bajo rendimiento académico de los escolares catalanes atribuyendolo a que el 40% de los jóvenes han nacido fuera de Cataluña o son “hijos de familias inmigrantes”, sin ninguna referencia al problema de la inmersión lingüística e incluyendo como un objetivo de la etapa educativa “la promoción del uso social del catalán”.

Próximamente, se conocerán los resultados de la 'Encuesta de usos lingüísticos de la población. 2023' encargada por el Departamento de Política Lingüística. Será ocasión para contrastar si el reiterado monolingüismo en pronunciamientos institucionales de Salvador Illa se corresponde con los usos lingüísticos de la población de Cataluña. Pocos días después de presentar el citado Pla de Govern sin versión en castellano, el presidente de la Generalitat difundió una alocución de Navidad íntegramente en catalán, sin una palabra en la lengua materna de la mayoría de los catalanes, la de Cervantes, ni al saludar ni al despedirse, pero con majestuosa puesta en escena y flanqueado solo por una senyera.

En su mensaje navideño repleto de invocaciones a la fraternidad entre ciudadanos y territorios, Salvador Illa empleó únicamente la lengua de Ramon Llull para dirigirse a una población en la que más del 40% de los que tienen edades entre 25 y 40 años ha nacido en el extranjero y cerca del 60% con más de 70 años ha nacido en el resto de España. En la divergencia entre el monolingüismo excluyente del castellano y la realidad social, abunda el Sistema de Indicadores Lingüísticos que maneja el propio Gobierno del sanchista Illa. Según ese baremo, el porcentaje de ciudadanos de Cataluña que usa el castellano en las conversaciones es un 10 o un 20% superior al de quienes lo hacen en la lengua catalana. Una diferencia que se amplía en actividades profesionales, donde el 90% de los documentos mercantiles están en español.

Pese a esas evidencias en la forma mayoritaria de comunicarse la ciudadanía fuera de los circuitos oficiales, la Generalitat arrecia en una política lingüística que, de la mano de su conseller, el independentista Francesc Vila, en el balance de 2024 presenta como éxitos del programa Enmarca’t, dirigido a introducir la lengua cooficial en las actividades comerciales, que Land Rover haya incorporado el catalán a su web y manuales de sus modelos y que firmas como Adolfo Domínguez y C&A tengan ya etiquetaje para catalanohablantes.

Aunque el Ejecutivo de Illa tenga un Departamento específico para ese área, la política lingüística es, de hecho, transversal a todo el Consell. Aparte de la enseñanza, donde se aplica con especial atención y abundantes recursos es en las nuevas tecnologías. La Fundació.cat, responsable de la concesión y gestión de los dominios .cat, hace un año se integró en una Aliança per la presència digital del català, junto a entidades nacionalistas y separatistas también de Baleares y Comunidad Valenciana y cuya web corporativa tiene opción en el idioma de Shakespeare pero no en el de Cervantes. Nació para reaccionar ante la “pérdida de posicionamiento del catalán en las búsquedas de internet”, según confiesan. Para recuperar esa presencia, la alianza está configurando un dispositivo “que pueda cuantificar la pérdida actual de visibilidad del catalán en las búsquedas web”.

Uno de los miembros de ese grupo aliado es Softcatalà, asociación que acaba de ser reconocida por el Govern con la Creu de Sant Jordi y que ofrece, entre otras cosas, servicios de catalanización de PCs y móviles. Esta y otras entidades también pueden optar a las subvenciones del Departamento de Cultura para incorporar la lengua de Llull y Ausiàs March a productos tecnológicos, aunque el mayor volumen de recursos corresponde al proyecto AINA de la Generalitat en colaboración con el Barcelona Supercomputing Center: moviliza 13,5 millones de euros, parte de ellos de fondos Next Generation y del Ministerio de Economía, para un proyecto de inteligencia artificial y tecnologías del lenguaje con el objetivo de potenciar el catalán en el mundo digital.

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