El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, –que hoy tiene en las Cortes autonómicas una comparecencia trascendental para su mandato– ha realizado en los últimos días visitas a las localidades afectadas por la DANA del día 29 de octubre. La mayoría no han estado en la agenda oficial del Gobierno valenciano y han tenido por objeto tomar el pulso de la ciudadanía tras la catástrofe sufrida.
La tensión y el dolor ha sido una nota dominante en esas visitas en las que Mazón ha podido hablar con alcaldes, vecinos y empresarios para conocer de primera mano el estado de infraestructuras, viviendas y necesidades urgentes. El presidente ha sufrido las iras de algunos habitantes como sucedió en la localidad de Torrent donde sí había convocado a medios de comunicación y pudo comprobar el estado de las infraestructuras junto a la alcaldesa de la localidad, Amparo Folgado.
Ayuda tardía
También ha habido una dosis de agradecimiento por el hecho de que el máximo representante de la Administración autonómica se adentrara en algunas de las poblaciones más afectadas. El sentimiento de abandono de las ciudades afectadas por la triple riada ha sido patente durante los tres primeros días posteriores al 29 de octubre y, aún hoy en día, prosigue esa incredulidad por la tardanza de las Administraicones en asistirles en un trance tan dramático.
El único intento conjunto del Gobierno de España y la Generalitat Valenciana por estar junto a los vecinos fue en la visita a Paiporta con una comitiva encabezada por el rey Felipe VI y que acabó con graves incidentes que derivaron en la huida de Pedro Sánchez del lugar, aconsejado por sus servicios de seguridad, mientras que Mazón y el rey capearon como pudieron el temporal de críticas y rabia durante media hora.
Deseo de continuar
Las visitas de Carlos Mazón a Guadassuar, Sedaví, Benetússer o Chera, según ha podido conocer Vozpópuli, se han registrado con menos tensión que la de Paiporta y el presidente valenciano ha demostrado así que quiere seguir al frente del Gobierno valenciano pese al viento en contra que sopla sobre su Ejecutivo desde el día de la fatídica DANA.
En esos recorridos no ha tenido el acompañamiento de ministros del Gobierno de España. La cooperación entre ambas Administraciones sigue ceñida a la implementación de las ayudas y a los grupos de trabajo entre departamentos de la Generalitat Valenciana y del Ejecutivo central. Incluso en ese plano las críticas son continuas y la propia vicepresidenta del Consell, Susana Camarero, afeaba recientemente que esas ayudas "llegan a cuentagotas".
La realidad es que 16 días después de la letal DANA los ministros que se han ido involucrando en la gestión posterior de la crisis han visitado el centro de mando en la Eliana como es el caso de Fernando Grande-Marlaska o de Margarita Robles que ha acompañado al rey Felipe VI a visitas a acuartelamientos como el de Bétera. A los municipios no se han trasladado.
Enorme distanciamiento
Esas 'guerra fría' entre Gobierno y Generalitat se transluce hasta en las comparecencias públicas que han dejado de ser conjuntas. Las imágenes de Mazón junto a la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, junto a Grande-Marlaska o el propio Sánchez ya no se dan.
Difícilmente se producirán hasta que no vuelva el Rey Felipe VI que tiene previsto la semana que viene realizar una visita a algunos municipios que no pudo recorrer (como Chiva) por la tensión desatada en Paiporta.
Y más hacia adelante parece aún más improbable, ya que según los dirigentes de ambas Administraciones será el momento de las responsabilidades politicas, por lo que la esperada colaboración que demandan los ciudadanos no se va a poder cumplir salvo en lo concerniente a los trámites administrativos.
Ese enconamiento de las posturas continúa pues al alza con excepciones como el abrazo entre los senadores Juan Antonio Sagredo (PSOE) y Gerardo Camps (PP). Un oasis en el desierto.