José Luis Peñas comenzó en 2005 a acudir a las reuniones del PP de Majadahonda con una grabadora en el bolsillo. Durante dos años fue recopilando audios comprometedores hasta que se presentó en la sede de la UDEF de la Policía para denunciar una trama corrupta que los investigadores decidieron bautizar con el nombre de Gürtel. Ahora, más de una década después, ese monstruo de mil cabezas amenaza con derrocar al Gobierno de Mariano Rajoy tras una sentencia en la que el propio denunciante ha sido condenado a 4 años y nueve meses de cárcel por formar parte del entramado.
“Lo volvería a hacer”, dice sin dudarlo desde la cafetería de un centro comercial ubicado en Majadahonda, uno de los epicentros de la trama y el lugar en el que conoció a su cabecilla, Francisco Correa. Se lo presentó el ex alcalde del municipio del noroeste de Madrid Guillermo Ortega. Peñas y Ortega entablaron amistad mientras cursaban un máster. “Como era muy vago, le acabé haciendo los trabajos”, recuerda el exconcejal. Así entró en política, algo que según dice no volverá a hacer.
¿Usted denunció la Gürtel y ha sido condenado a cuatro años de cárcel. ¿Se siente un héroe o un pardillo?
Yo nunca he sido héroe, ni he querido serlo, ni he pedido nada, ni una calle, ni una rotonda. Pardillo tampoco. Yo sé a lo que me enfrento y cómo es la sociedad actual. Cuando yo denuncio en el 2007 tenía 40 años. Soy una persona que decidió hacer lo que debía hacer. El único responsable de la sentencia soy yo porque no he sabido explicar a los jueces que yo no era parte de la Gürtel. Ni héroe, ni pardillo.
¿Lo volvería a hacer?
Sin duda.
Pero puede ir a la cárcel.
Sí, pero no habría esta sentencia, ni la del caso de los trajes, ni 10 sentencias que faltan de Gürtel, no habría Púnica, no habría Lezo, no habría la propuesta de moción de censura que se ha presentado para depurar la vida política... Todo es una balanza en este mundo. Entrar en la cárcel no es un plato de gusto para nadie. Ayer sí tuve un día duro, por la noche más cuando tuve que explicarle a mi hija cómo, habiendo denunciado, me condenan al final y aún así sigues confiando en la justicia.
Estoy orgulloso de la sentencia independientemente de lo que me ha tocado a mi
¿Le ha merecido la pena?
Mucha gente que no me conoce se pregunta: '¿y este hombre a dónde ha ido?, ¿qué alforjas ha llevado?' Yo no actúo en función de eso, tengo un problema y tomé una decisión. Hace 13 años tomé una decisión y la llevaré adelante con todas las consecuencias. ¿Que lamentablemente la justicia no me cree?, pues tendré que asumir las consecuencias. Si hay justicia, hay libertad.
Sin embargo, tiene una imagen de la Justicia apaleada en su foto de WhatsApp.
Sí.
¿Considera que la Justicia está apaleada?
Es continuamente apaleada por los políticos, básicamente. Pero es que a la Justicia la han apaleado los propios jueces, los propios fiscales y, sobre todo, diariamente, la comunidad de abogados porque creemos que la justicia es un medio, pero es un fin. Lo más triste es que los propios jueces lo han hecho. El ejemplo claro es el amigo del alma del Tribunal Superior de Justicia de Valencia con Camps. ¿Cómo se puede ser íntimo amigo del presidente del Tribunal Superior de Justicia que te puede juzgar un día?
Lo que pasa es que (los jueces) se han pasado al otro bando, me parece que son excesivos. De la sentencia de ayer estoy orgulloso independientemente de lo que me ha tocado a mi, creo que es un día bueno para la Justicia, pero hay sentencias un poco excesivas. No puedes pasar de cero a cien en un segundo. Yo antes de Gürtel he denunciado otras cosas y no han llegado a ningún término. Por eso yo tuve que grabar, porque si decía: ‘oye es que estos son muy malos’, solo con mi testimonio no iba a llegar a ningún sitio.
¿Qué otras cosas denunció?
El caso Majadahonda, muy famoso, en el año 2005, unas parcelas que se iban a vender y luego no se vendieron. Ya había una trama de derechos urbanísticos.
A la persona que hizo la denuncia con usted le han condenado a 15 años.
La diferencia está en que yo firmé la denuncia y Juan José Moreno Alonso, no. La denuncia estaba a su nombre también, pero no quiso firmar. Yo creo que hay una diferencia abismal. Y yo creo que los jueces no han tenido en cuenta atenuantes hacia mi amigo que ha grabado algunas de las conversaciones que están en el sumario. Él nunca ha renunciado a eso y cuando me las dio fue para incluirlas en la denuncia. Sí creo que con Juanjo se ha cometido un error de bulto. Hablé con él ayer. Estamos los dos muy preocupados.
En la sentencia se recogen regalos de viajes de Correa a usted por un valor cercano a los 8.000 euros.
Esos viajes los jueces han tenido claro que los he pagado yo.
[Antes de comenzar la entrevista ha recordado que Correa y su mujer usaban un coche a su nombre y que durante años ha estado pagando multas que le llegaban y el impuesto de circulación]
Este camino lo he hecho solo y en contra de todos
¿Ha contactado con alguno de los policías a los que usted llevó la denuncia en su día?
Me acuerdo todos los días de las personas que han conseguido que algo tan complicado saliese hacia adelante. Son personas que han sufrido presiones y querellas, han sido juzgados y condenados, me acuerdo del juez Garzón, del ministro Bermejo, de personas que tuvieron que dimitir... Al día siguiente de tomar posesión, el PP se quitó de la investigación a los comisarios jefes, me acuerdo de las presiones de Trillo, del actual presidente del Gobierno, de cómo mantuvieron un despacho para Bárcenas, de cómo le despidieron en diferido, me acuerdo de los buenos, mucho, todos los días. Y me acuerdo de los malos. Única y exclusivamente hay un malo jefe que es el Partido Popular.
¿Ha hablado con el policía Manuel Morocho, el principal investigador?
No porque sigue en activo y no quiero que la gente piense que hemos estado compinchados. Estaba cuando fui a presentar la denuncia y le he oído en el juicio. Él sí que tendría que tener una calle. Es un trabajo muy ingrato que ha tenido su recompensa después de diez años. Se tiene que sentir orgulloso.
¿Hubo reuniones previas con la UDEF antes de presentar la denuncia?
Todo este camino lo he hecho solo y en contra de todos. Yo no me he fiado nunca de nadie. Las únicas reuniones que hubo fueron en el 2007 con mi abogado para escuchar otra vez los audios y hacer un esquema de quién era quién. Mi abogado me dijo de ir a Canillas (donde se ubica la sede de la UDEF) y hasta hoy.
¿Se imaginó que estaban presentando una denuncia que años después podría acabar con un Gobierno?
Si te digo la verdad, no. Yo sabía las relaciones de Correa con presidentes del Gobierno y el PP, yo sabía cómo funcionaba el partido. Yo pensé que iba a ser importante, pero no lo que ha resultado. La denuncia fue la punta del iceberg. Hay otra mucha gente a la cual no han podido llegar, en unas ocasiones por una cuestión y otra cuestión.
¿Qué gente?
Creo que es evidente, no me puedo creer que una caja de esas dimensiones la gestionase sólo un gerente o un tesorero. Es evidente que toda la gente que ha trincado de los papeles de Bárcenas, todos tenían que estar cuando menos investigados. Lo que pasa es que la Fiscalía en algunos momentos ha podido vencer obstáculos y en otros no ha podido.
Han intentado echar a mi mujer de la carretera
¿Qué se ha dejado usted en la gatera en estos años?
Yo era otro tipo de persona. Era más sonriente. Me he hecho gruñón, desconfiado. A mi me han señalado, me han escupido con mi hijo del brazo, me han dicho que me iban a echar de España…
¿Por denunciar o por presunto delincuente?
La gente pensaba que como yo no había robado lo suficiente, había denunciado al partido. Yo creo que cuando salió el dinero que tenía Bárcenas en Suiza toda esta gente cambió de opinión. Han intentado todo, la presión física. Han intentado echar a mi mujer y a mi hija de la carretera, me han intentado sobornar...
¿Denunció usted eso?
No, yo no quería tener a un policía a mi lado, no me fiaba de la Policía. Han arruinado a mi suegro, que tenía un negocio espectacular en Ponferrada y cuando se enteraron le quitaron la licencia de actividad. A mi Hacienda me ha hecho siete u ocho inspecciones, a una persona que tiene sueldo de funcionario.
En la sentencia se le condena a inhabilitación. Perdería su puesto de trabajo.
Si llega a ser firme, sí.
[Al acabar la entrevista, un hombre al que no conoce y que le ha reconocido se le acerca para estrecharle la mano y le dice: “hay gente en el PP que estamos contigo”]
¿Ha visualizado cómo será su vida en prisión?
No, es algo difícil de imaginar. Habrá que amoldarse si uno entra. Quiero luchar por no entrar, creo que no he hecho nada.
¿Sigue votando en las elecciones?
Sí claro, yo lo convertiría en un deber, no en un derecho.
¿Sigue votando al PP?
No, no puedo votar a un partido corrupto.
¿A quién votaría hoy?
No sabría decirte, tendría que pensarlo mucho.
¿A quien votó en las últimas?
Llevo tres elecciones votando en blanco.
Eso va a la mayoría, así que tanto en Madrid como en Majadahonda va al PP.
Sí, sé que la democracia no es perfecta, pero es el voto que más se me asemeja.