El portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, compareció ante un juez cuando todavía era director de la Policía para explicar lo que sabía sobre las actividades del comisario José Manuel Villarejo, subordinado suyo, según le recordó el magistrado. A lo largo de los cerca de 20 minutos de declaración se desmarcó del polémico mando ahora en prisión y de la cúpula policial bajo sus pies, a la que responsabilizó de no haberle sancionado cuando se le investigó internamente. Según dijo, no se hallaron irregularidades. Hoy la Fiscalía describe a Villarejo como el cabecilla de "un clan policial mafioso" que "infectó" el Cuerpo.
Según se escucha en la grabación de su comparecencia a la que ha tenido acceso Vozpópuli, Cosidó defendió el “principio de no interferencia en las investigaciones policiales”, incluso en las no judicializadas. Apeló para ello a la “profesionalidad” de la Policía y explicó que, como director general, estaba más en una función de dirección, “pero no en las operaciones concretas".
“Con carácter general yo no suelo entrar en el contenido de las investigaciones. Se me informa cuando están resueltas para conocimiento, pero no del desarrollo de las mismas”. Cuando dijo eso, habían pasado tres años desde que se produjo la llamada 'operación Kitchen' en la que Villarejo y su entorno captaron con fondos reservados al chófer del extesorero del PP Luis Bárcenas para robarle documentación que pudiese afectar al PP.
VOPVID20181120_0008
'Operación Kitchen'
La Audiencia Nacional ya ha pedido un informe a los actuales responsables del Ministerio del Interior para llegar “hasta los últimos responsables” de aquella operación sin control judicial y ajena a las pesquisas sobre la contabilidad B del PP. La Fiscalía Anticorrupción ya ha pedido al juez de la Audiencia Nacional Diego de Egea que impute al ex director adjunto operativo de la Policía Nacional Eugenio Pino y al antiguo chófer de Luis Bárcenas, Sergio Ríos, por la operación Kitchen, según han confirmado fuentes fiscales.
Cosidó dirigió la Policía durante cinco años y estas declaraciones ante el juez tuvieron lugar en junio de 2016, tan sólo unos meses antes de dejar el Cuerpo. Los intentos de Cosidó por desmarcarse del trabajo que realizaron bajo su mando Villarejo y su entorno son un reflejo de las relaciones que se vivieron en aquel Ministerio, según todas las fuentes consultadas por este diario. Villarejo trataba directamente con el director adjunto de la Policía, Eugenio Pino, y la relación entre Cosidó y su ‘número dos’ se deterioró a medida que avanzaba la legislatura. Algo similar sucedió entre Cosidó y el ministro Jorge Fernández Díaz, quien encontró en Pino a su interlocutor válido en la Policía saltándose muchas veces al director.
Cosidó asumió ese rol que, según las fuentes consultadas, le llevaba incluso a llenar su agenda de actos por toda España visitando dependencias policiales. Prefería estar lejos de su despacho, casi contiguo al de Pino por el que pasaba habitualmente Villarejo y su entorno. No hay consenso entre las fuentes consultadas acerca de si Cosidó no se enteraba o no se quería enterar de algunas de las cosas que pasaron en 'su casa'. El punto de no retorno fue cuando Cosidó tomó parte en favor del jefe de Asuntos Internos Marcelino Martín Blas en el enfrentamiento interno que libró con Villarejo.
En la declaración judicial a la que ha tenido acceso Vozpópuli, Cosidó acudió como testigo por la grabación ilegal efectuada en 2014 a dos agentes de Asuntos Internos -entre ellos Martín Blas- cuando estaban reunidos con el CNI. El juez que investigaba al pequeño Nicolás, Arturo Zamarriego, abrió una pieza separada en la que investigó a Villarejo.
"Tuve conocimiento a través del director adjunto operativo de que se había producido esa grabación y de manera casi inmediata esa grabación apareció publicada en medios de comunicación", acertó a responder Cosidó, quien no supo asegurar si la misma se había investigado internamente en la Policía.
VOPVID20181120_0006
Durante el interrogatorio, Cosidó parece desconocer lo que sucedía en su departamento en varias ocasiones pese a que, como le apunta el juez, era "el máximo responsable". No supo explicar por qué desde su Dirección Adjunta Operativa se remitió un escrito al Juzgado interesándose por los detalles de la investigación que se estaba llevando a cabo sobre el pequeño Nicolás y la citada grabación ilegal. Tampoco sabía que uno de los nombres que aparecieron entre la documentación intervenida al pequeño Nicolás era una de las identidades falsas que usaba Villarejo.
El actual portavoz del PP en el Senado fue preguntado por otra investigación interna que le realizaron a Villarejo en 2015 después de que El País publicase su participación en 12 sociedades con un capital de 16 millones de euros, unas cantidades desmesuradas para un comisario. Según publicó este periódico, durante la cita que mantuvo con la examiga del rey emérito Corinna Larsen poco después, el mando policial se jactó de que no le habían descubierto "ni el 10 por ciento". "Son muy tontos", dijo.
La investigación se cerró en falso
Cosidó le encargó esa información reservada a su 'número dos' Eugenio Pino. Es habitual que este tipo de investigaciones en la Policía las haga alguien de igual o mayor rango que el investigado, pero Pino la derivó a un inspector jefe de su confianza, José Ángel Fuentes Gago, quien alegó que no había tenido tiempo suficiente para determinar las posibles incompatibilidades entre la actividad de Villarejo como policía y su emporio empresarial.
"Esa información reservada tenía como objeto fundamental la posible inclusión de responsabilidades disciplinarias del señor Villarejo. Es una información reservada que yo ordené abrir al director adjunto operativo y lo que puedo decirle de la misma es que el instructor de aquella información no encontró responsabilidad disciplinaria", explicó Cosidó en el Juzgado.
"Se hizo un análisis de las distintas actividades a las que se dedicaba el comisario Villarejo, pero el responsable, en definitiva la Dirección Adjunta Operativa, no me proponía la apertura de un expediente disciplinario al respecto y por tanto no hubo lugar", despachó Cosidó deslizando la responsabilidad en sus subordinados.