España

Los psicólogos opositores denuncian un examen injusto y falta de plazas

Según datos de la OCDE, en España hay entre 8 y 10 especialistas en salud mental por cada 100.000 habitantes, una cifra muy inferior a la media europea de 18

  • Consulta de psicología en el Hospital La Fe (Valencia)

El Examen de Psicólogo Interno Residente (PIR) 2025 ha dejado tras de sí una estela de frustración y polémica. Con un total de 200 preguntas y un temario abierto, la prueba ha estado marcada por una dificultad extrema y una falta de transparencia que ha frustrado a los opositores. El año pasado con más de 38 fallos no se podía obtener plaza, sin embargo, este año con 70 sí, debido a la dificultad del examen. 

Las primeras reacciones tras la realización del PIR 2025 han sido mayoritariamente negativas. Pablo Rodríguez, psicólogo clínico y coordinador académico de APIR, academia de preparación para esta prueba, no ha dudado en calificarlo para otro medio de "bastante devastador", reflejando el sentir generalizado entre los opositores. “Ha habido preguntas muy transversales, que no teníamos claro si correspondían a la asignatura de psicología clínica, a la de tratamiento psicológico o a la de psicoterapia. A veces teníamos incluso el manual de referencia de la asignatura delante, en el que sabíamos que ahí debía estar la respuesta, y no la encontrábamos”, señala Rodríguez.

El carácter cambiante del examen añade un nivel de dificultad adicional, ya que los aspirantes que no consiguen plaza deben prepararse nuevamente para una prueba que cambia de enfoque año tras año. Rodríguez destaca que, en ediciones pasadas, la asignatura de psicología clínica representaba un gran peso en el examen, llegando a incluir entre 60 y 70 preguntas. Sin embargo, en 2025, apenas ha alcanzado las 25 preguntas, mientras que psicología infantil y tratamiento psicológico han ganado presencia.

Un sistema opaco y una corrección sin transparencia

Otro de los puntos más criticados del PIR es la falta de transparencia en la corrección. Según los opositores, el enunciado de las preguntas no indica referencias bibliográficas concretas (como el DSM-5 o manuales específicos de psicología), lo que hace que cualquier respuesta pueda ser válida dependiendo del enfoque teórico desde el que se analice.

Julia, una opositora que ha dedicado dos años a la preparación del PIR, expresa su frustración: "Cada año el examen se convierte en una nueva novedad que te hace prepararte de una manera diferente, solo para encontrarte con que será completamente distinto al año anterior. Al final, las plazas parecen repartirse al azar".

Esta sensación de indefensión se intensifica con la publicación de las respuestas provisionales, que a menudo contienen correcciones polémicas. Aunque los aspirantes pueden impugnar preguntas, el Ministerio no ofrece justificación ni referencias bibliográficas sobre por qué unas son aceptadas y otras no, generando aún más incertidumbre.

La falta de plazas: el gran problema estructural del PIR

Más allá de la dificultad del examen, la principal barrera para acceder a la especialización en Psicología Clínica sigue siendo la falta de plazas. En la convocatoria de 2025, se ofertaron apenas 274 plazas para toda España, una cifra que los opositores consideran insuficiente ante la creciente demanda de profesionales en salud mental.

La falta de plazas contrasta con la creciente necesidad de psicólogos clínicos en el sistema público. Según datos de la OCDE, en España hay entre 8 y 10 especialistas en salud mental por cada 100.000 habitantes, una cifra muy inferior a la media europea de 18. Los informes indican que el 60% de los pacientes que necesitan tratamiento psiquiátrico no lo están recibiendo, lo que pone de manifiesto una crisis estructural en la asistencia psicológica en el país.

El Ministerio de Sanidad planea reducir las plazas de salud mental

En este contexto, la noticia de que el Ministerio de Sanidad planea reducir un 10% la oferta de plazas de Formación Sanitaria Especializada ha sido recibida con indignación por los opositores y los profesionales del sector.

El "Plan de Acción de Salud Mental 2025-2027", presentado recientemente, establece que el objetivo es "planificar la oferta de Formación Sanitaria Especializada de la especialidad de psiquiatría, psiquiatría infantil y de la adolescencia, psicología clínica y enfermería de salud mental, teniendo en cuenta las necesidades consensuadas con las comunidades autónomas". Sin embargo, esto se traduciría en una reducción de plazas, lo que agravaría aún más la falta de profesionales en el sistema público.

Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón, ha criticado duramente esta medida: “Reducirlas al 90% significaría que, en 2026, tendríamos un 10% menos de las plazas que han salido este año. Si tan solo hubieran consultado con su propia Dirección General de Ordenación Profesional, cualquier técnico les hubiera dicho que ya están ofertando el 100%”.

La lucha por un PIR más justo

Ante esta situación, los opositores han comenzado a movilizarse bajo el lema #UnPIRJusto, exigiendo reformas urgentes en el sistema de acceso a la Psicología Clínica en el SNS. La cuenta de @pirjusto, gestionada por una asociación de opositores, está liderando las reivindicaciones, que incluyen un aumento significativo en el número de plazas PIR; un temario acotado y de referencia para la preparación del examen. Y, por supuesto, un examen justo, ajustado al temario y con criterios claros de corrección. Además, solicitan la justificación de las respuestas correctas y una mayor transparencia en el proceso de impugnación.

La asociación @pirjusto en redes sociales ha cobrado relevancia en la lucha por estas reivindicaciones. "No puede ser que el azar determine quién obtiene plaza. Hay opositores en el puesto 200 y en el 600 con el mismo nivel de preparación", lamenta Julia, aspirante que lleva dos años preparándose. 

Los opositores reclaman que el acceso a la Psicología Clínica no debería depender del azar ni de un examen con criterios difusos, sino de un sistema que realmente valore la preparación y el conocimiento de los candidatos. En un momento en el que la salud mental está en el centro del debate público y en el que los profesionales son más necesarios que nunca, la reducción de plazas y la opacidad del sistema solo contribuyen a agravar una crisis que ya está afectando a miles de personas en España.

Ante este panorama, los opositores PIR se sienten cada vez más desamparados. La falta de transparencia, la dificultad extrema del examen y la escasez de plazas hacen que el acceso a la psicología clínica en el sistema público sea prácticamente una lotería, dejando en el camino a cientos de profesionales altamente preparados que podrían contribuir a mejorar la asistencia en salud mental en España.

 

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