La joven que denunció al futbolista Dani Alves por presuntamente agredirla sexualmente en el lavabo de una discoteca de Barcelona en diciembre de 2022 ha pedido para el jugador una condena de 12 años de cárcel.
La abogada Ester García ha presentado este martes su escrito de acusación para el juicio que se celebrará en la Audiencia de Barcelona, han explicado fuentes jurídicas a Europa Press.
La Fiscalía, que ya presentó su escrito, reclama en esta misma causa una condena de nueve años de prisión por la presunta agresión sexual en la discoteca Sutton el 30 de diciembre de 2022.
Además del delito de agresión sexual por el que reclama la pena de prisión, la acusación particular también acusa al futbolista de lesiones, por las que pide una multa de 13.500 euros.
La letrada ha pedido que Alves indemnice a la víctima con un total de 150.000 euros por las secuelas físicas y psicológicas sufridas, puesto que la joven padece síntomas compatibles con un trastorno de estrés postraumático de intensidad globalmente elevada.
Ha solicitado también que se imponga a Alves la prohibición de acercarse a menos de 1.000 metros y de comunicarse con la víctima por un periodo de 10 años superior a la pena de cárcel impuesta, así como una medida de seguridad de libertad vigilada durante el mismo periodo.
Además, ha interpelado a la sala a adoptar medidas para proteger a la joven el día del juicio, como que tenga acompañamiento profesional y se evite la confrontación visual con el acusado, así como que se celebre sin público.
Por su parte, el Ministerio Público, que ya había presentado su escrito en noviembre, solicita 9 años de prisión para Alves y que indemnice a la víctima con 150.000 euros, la misma cantidad que pide la acusación particular.
La "insistencia" de Alves y su amigo
Según mantiene la Fiscalía, la violación ocurrió la noche del 30 de diciembre de 2022 en el reservado 'Moet' de la discoteca Sutton de Barcelona, donde la víctima se sentó junto a una prima y una amiga, después de que Alves y un hombre que le acompañaba las invitaran a esa zona privada para tomar una copa de champán.
El Ministerio Público sostiene que las mujeres rechazaron inicialmente la invitación pero al final aceptaron, ante la "insistencia" de Alves y su amigo, y los cinco acabaron bebiendo champán, charlando y bailando.
Hacia las 03.20 horas, relata el escrito del fiscal, Alves se dirigió a una puerta colindante -de acceso exclusivo a los clientes del reservado- e hizo un ademán a la joven para que se acercara, lo que la víctima hizo, sin saber cómo era la zona privada a la que acababa de entrar.
Una vez allí, añade, el futbolista la introdujo en un pequeño aseo y cerró la puerta, sin dejarla salir pese a que ella se lo pidió al encontrarse en ese “cubículo”, y “empezó a manosearla con ánimo lascivo y una clara intención de satisfacer sus deseos sexuales”.
El jugador manoseó todo el cuerpo a la víctima, trató de practicarle sexo oral sin lograrlo ante la resistencia de la víctima -quien sufría una situación de "angustia y terror"- y, finalmente, la penetró vaginalmente sin preservativo, agrega la Fiscalía.
Alves salió del aseo “inmediatamente después”, dejando allí a la joven, que salió instantes más tarde y se dirigió hacia su prima, a la que le pidió marcharse del lugar, aunque de camino a la salida rompió a llorar y fue atendida por el personal de la discoteca, que activó el protocolo frente a agresiones sexuales.