Ángel, Álvaro e Iván vieron truncada su vida personal y laboral por el referéndum ilegal en Cataluña del 1 de octubre de 2017. No han podido volver a enfundarse el uniforme de Policía Nacional por las lesiones que sufrieron. Unas secuelas que aún arrastran y arrastrarán toda su existencia. Los causantes de sus desgracias quedarán impunes por la ley de amnistía. "Están muy mal anímicamente", informan fuentes de su entorno a Vozpópuli tras conocer la rúbrica el acuerdo de Pedro Sánchez con los independentistas.
Estos tres agentes están ya fuera del debate político y mediático. Solo quieren acabar con toda esta polémica de la ley de amnistía y llevar una vida normal. Al menos, lo más normal posible dentro de las graves secuelas que sufren. Uno de sus compañeros, que está investigado y será amnistiado, relató a Vozpópuli que tras conocer la decisión de Pedro Sánchez su recuerdo fue con ellos.
Una amnistía "muy grave"
"Perdieron su vida personal y profesional. Policías como Ángel y Álvaro que no podrán nunca levantar a sus hijos", recordó este agente, que formaba parte de la UIP en el dispositivo del referéndum ilegal. "Tienen una vida truncada". Para este agente que no se persigan este tipo de delitos en un estado de derecho es un asunto "muy grave".
Sus historias se entrecruzan. Son luchas por la vida y en alguna ocasión contra la administración. También contra la justicia. Ahora tienen encima el fantasma de la ley de amnistía que promete un cheque en blanco a los autores de sus lesiones.
Ángel se trasladó con sus compañeros desde La Coruña, una de las bases de la VIII UIP de la que formaba parte, hasta Cataluña. El suceso que cambió su vida se remonta al 18 de octubre de 2019. Tuvo que intervenir en la Plaza de Urquinaona. Una baldosa destrozó su muñeca. Estuvo dos semanas en el hospital en Barcelona, cuidado por sus compañeros.
Dos semanas en coma
Este antidisturbio tuvo contenciosos con la Administración porque no se le reconocía la lesión como en acto de servicio. "Entró en la ambulancia en urgencias de uniforme", relatan estas mismas fuentes. Fue operado de urgencias y aún tiene secuelas.
El 26 de mayo de 2021, tras una nueva lucha, se tuvo que jubilar. Fue despedido en un emotivo acto con el aplauso de sus compañeros. La historia de este agente es de superación. También de honor. Coincidió en los disturbios con otro de los policías que tuvo que ser jubilado de forma forzosa.
Ángel, al ver el mal estado de su compañero Iván, exigió a los médicos que evacuasen primero a éste. A este agente de la Policía Nacional le tiraron desde una ventana un adoquín de dos kilos en la cabeza. Estuvo dos semanas en coma. Le llegaron a dar la extremaunción en el hospital. Su jefe no tuvo el valor de comunicarle a la mujer la gravedad de la situación.
"Tiene bastantes secuelas. Anímicamente está muy mal", explican fuentes de su entorno a Vozpópuli. Tuvo que aceptar la jubilación forzosa con 42 años. Sus compañeros aún tienen palabras de recuerdo: era conocido como 'Iván Raya 32'.
Luchar contra la amnistía
El tercero de los agentes que ha vivido una situación similar es Álvaro de Vigo. Le tiraron un rodamiento de gran tonelaje en la mano. Aún tiene problemas en su articulación. Es uno de los agentes que no puede levantar a sus hijos por las secuelas. También vivió una jubilación forzosa.
Uno de estos policías se ha personado en la causa de Tsunami Democràtic como víctimas directas de los disturbios que se produjeron en Barcelona tras conocerse la sentencia del procés. Los policías, representados por el despacho de Fuster-Fabra Abogados, reclaman ser acusación particular de este procedimiento que se sigue en la Audiencia Nacional por delito de terrorismo. Seguir luchando contra los efectos de la ley de amnistía.
Bocataking
Y sus compañeros de la UIP en Madrid enseñándose dando palos a los que protestan precisamente por lo que les pasó a estos tres hombres no se pase por alto.
Nafasy
Esto no iba para usted si no para “Agapito el viejo”. Perdón