Han transcurrido cinco meses desde que el magnate del juego Sheldon G. Adelson designara Alcorcón como sede de Eurovegas, el mega-complejo de casinos cargado de números que asustan: 750 hectáreas, 17.000 millones de inversión, cientos de miles de puestos de trabajo. Pero en ese tiempo a Las Vegas Sands, la compañía de Adelson, parece habérsele escapado el proyecto: sin novedades desde entonces, ayer el líder de la oposición madrileña, Tomás Gómez, decidió disparar; el secretario general del PSM aseguró contar con “alguna información” relativa al posible fracaso del proyecto y emplazó al presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, a confirmar o refutar si éste “se ha caído”.
Unas palabras que coinciden bastante con la información que maneja este medio: Adelson no logra captar financiación por ninguna parte, especialmente entre las entidades españolas, a las que ya ha sondeado para la primera de las tres fases del plan, la cual contará, en teoría, con entre dos y cuatro macro complejos hoteleros con una media de 3.000 habitaciones, 500 salas de convenciones y un auditorio para 15.000 personas. El Gobierno regional y Las Vegas Sands prevén que estará lista para 2016, pero a la segunda no le salen las cuentas, según fuentes conocedoras de las negociaciones.
Madrid como destino final no está totalmente amarrado: algunas fuentes hablan ahora de Vietnam.
Concretamente, Adelson, un magnate del ala dura del Partido Republicano y un judío ultraconservador, persigue un crédito sindicado para encarar la primera fase, que saldrá por cerca de 6.000 millones de euros según sus promotores. Como curiosidad, uno de los bancos a los que acudió Adelson fue el Deutsche Bank, que presentó hace un mes una circular demoledora contra Eurovegas adelantada por este diario.
Pero brotan nuevos obstáculos que, de confirmarse, supondrían un desastre para el Ejecutivo popular que gobierna la comunidad: Alcorcón como destino final no parece del todo amarrado. El tirón de Las Vegas Sands en los últimos meses, con un aumento de los beneficios en el último ejercicio, procedió de sus centros de juego y ocio en Asia, concretamente en Macao y Singapur. Adelson desinvierte hasta en Estados Unidos (de momento en sus negocios radicados en el estado de Pensilvania, sin descartar hacerlo en la ciudad de Las Vegas, cuna de su fortuna). Las fuentes consultadas señalan Vietnam como el país del sudeste asiático que podría desatascar Eurovegas en caso de que el proyecto encallara, pero guardan prudencia a la hora de corroborar un cambio de lugar de tal envergadura.
Gómez adivinó con cinco meses de antelación que Alcorcón acogería el complejo de ocio.
También avanzó Vozpópuli la semana pasada que el Gobierno regional reconocía, en una carta enviada a organizaciones contrarias a Eurovegas, que no podía informar de la marcha del asunto a la ciudadanía porque carecía de noticias por parte de Las Vegas Sands. Tras las palabras de ayer de Gómez, la multinacional de ocio y juego estadounidense respondió que el proyecto “sigue en marcha” y que éste se desarrolla “con normalidad”. Pero el socialista ha agrandado ya la sombra de sospecha que se cierne sobre el complejo.
Si es por estadística, merecen cierta consideración las palabras de Gómez: el 4 de septiembre del año pasado afirmó que Eurovegas no solo se instalaría en Madrid, sino que lo haría en la localidad de Alcorcón. Exactamente cinco meses después Las Vegas Sands confirmó las sospechas del máximo dirigente de los socialistas madrileños.
