La Junta de Extremadura modificó su protocolo de vacunación contra la covid-19 para incluir al "personal sanitario de salud pública que trabaja en la gestión de la pandemia". Es decir, a autoridades sanitarias que no necesariamente tienen que trabajar directamente frente al coronavirus ni presentar un riesgo de exposición similar al de los sanitarios de primera línea.
Así se recoge en el último protocolo elaborado por el Servicio Extremeño de Salud (SES) al que ha tenido acceso Vozpópuli a través de organizaciones médicas. Está fechado el 18 de enero y su existencia ha sido desvelada este miércoles por la cadena Cope, horas después de que se conociese la dimisión de Monserrat Rincón, una alto cargo de Sanidad en Extremadura por saltarse el orden de vacunación.
Protocolo de acceso restringido
Este diario se ha puesto en contacto con la Junta de Extremadura para solicitar acceso al último plan de vacunación, pero ha recibido una negativa. Desde la Consejería de Sanidad han explicado que el documento "no es público" y que "solo los facultativos del SES pueden acceder a él". "Es una adaptación del protocolo nacional", han indicado.
La variación en el protocolo es manifiesta respecto a su plan original publicado el 22 de diciembre -y al que todo el mundo puede acceder- y también respecto al Plan Nacional del Ministerio de Sanidad. Tanto en un documento como en el otro (el del Gobierno), los gestores que están incluidos en el grupo de 'Personal sanitario en primera línea' son solo los que trabajan de cara al paciente.
Es decir, entra en el llamado grupo 2 de vacunación "el personal sanitario de salud pública que trabaja en la gestión directa de la pandemia y en función de su riesgo de exposición". Así aparecía en el protocolo extremeño antes de Navidad y así aparece en las distintas actualizaciones del Ministerio de Sanidad.
Sin embargo, el nuevo documento del SES elimina el concepto "directa" y el criterio "en función de su riesgo de exposición" del punto en el que hace referencia al personal de gestión. Una acción que abre la vía a que los altos cargos sanitarios que no tienen el mismo riesgo de exposición al virus que los sanitarios en primera línea se vacunen con la misma prioridad.