Ni para Sanidad, ni para Educación. Más de 1.700 millones de euros presupuestados por el Gobierno de Sánchez para estas partidas han tenido un destino diferente. La Ejecución Presupuestaria de 2021, cerrada hace apenas unos días por la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), demuestra que el Ejecutivo no ha utilizado todo el crédito del que disponía para dos áreas tan esenciales y tan necesitadas de inyección financiera como Sanidad y Educación.
De lo presupuestado en 2021 para Sanidad, 3.833 millones de euros, el Gobierno solo hizo uso del 70%. Más de 1.200 millones de euros que, negro sobre blanco, tenían que ir destinados a nuestro sistema sanitario, se han volatilizado. Una de las grandes perjudicadas de esta gestión es la Atención Primaria, a la que en los círculos de la política sanitaria siempre se alaba como el primer centinela de la salud ciudadana, pero que sobrevive a duras penas infrafinanciada, infradotada de personal y en su versión más precaria, como denuncian diversas asociaciones.
Todos fuimos testigos las pasadas Navidades de cómo la variante ómicron dejaba nuestros centros de Salud sin resuello y colapsados. La última ola de covid retrasó la atención de múltiples patologías crónicas (diabetes, hipertensión, colesterol alto, etc.), algo que, sin duda, tendrá su impacto en las cifras de mortalidad que recoge cada año el Instituto Nacional de Estadística (INE), como avisan diversos actores sanitarios (médicos, enfermeros, sanidad privada, etc.).
Cero euros para Atención Primaria
Los centros de Atención Primaria habrían agradecido, en las múltiples olas de coronavirus a las que tuvieron que hacer frente el año pasado, los 1.088 millones de euros que estaban presupuestados para su ámbito en los anteriores presupuestos. Una inversión que, además, tenía coste cero para el Estado porque venía directamente de Europa (los Fondos React-EU). Según figura en el IGAE, no se ha invertido un solo euro de este dinero.
De los 2.416 millones de euros de los Fondos React-EU con los que España contaba para impulsar su sistema sanitario, el Ejecutivo de Sánchez solo ha utilizado 1.455 millones, es decir, el 60%. Estos 1.400 millones de inversión han ido destinados, casi en su totalidad, a la compra de productos farmacéuticos y material sanitario, guardando una pequeña cantidad (3,4 millones) para publicidad y propaganda.
Otro aspecto llamativo es que, a pesar de que la pandemia ha sacado a la luz las 'vergüenzas' de nuestro sistema de Salud Pública, carente de los medios suficientes para hacer seguimiento de los contagios, el Ministerio de Sanidad no ha invertido el 23% de lo presupuestado para esta área. De los 52 millones que prometió dedicar, solo ha gastado 40 millones.
Pese a que la creación de un Centro Nacional de Salud Pública ya se puso sobre la mesa en la Comisión de Reconstrucción, celebrada allá por 2020, el Gobierno sigue sin tener preparada la estructura normativa que rija su funcionamiento. Este centro, que hubiera prestado un gran servicio durante la pandemia, no estará listo hasta mucho después de que nos quitemos las mascarillas.
En el caso de Educación, el Gobierno tampoco ha invertido todo lo que había señalado. Más de 500 millones del presupuesto con el que contaba la ministra Pilar Alegría se han quedado en el tintero. Las grandes damnificadas por esta gestión han sido la Educación Secundaria, la Formación Profesional y las Escuelas Oficiales de Idiomas, que han recibido menos de la mitad del dinero esperado. De los 416 millones que debían recibir, el Gobierno les ha dado 164 millones, un 39% de lo presupuestado.
La mitad de lo prometido para Ciencia
Una de las frases más repetidas en los dos últimos años es que "España tomará las medidas que dicte la ciencia". Si bien el Gobierno se ha escudado en esta suerte de oráculo de Delfos contemporáneo para tomar muchas de las decisiones que han marcado el abordaje de la pandemia, no parece haber sido su prioridad en la ejecución presupuestaria. El equipo de Sánchez apenas ha invertido un 54% de lo presupuestado para Ciencia (3.300 millones de los 6.000 fijados).
El equipo de Sánchez apenas ha invertido un 54% de lo presupuestado para Ciencia
Para el fomento y la coordinación de la investigación científica y técnica había un crédito de 2.172 millones de euros y, finalmente, el Gobierno solo ha destinado 364 millones, o sea, el 16%. A su vez, mientras que había previstos 1.299 millones de inversión para investigación y desarrollo tecnológico-industrial, solo se han gastado 497 millones.
No es habitual esta situación en todos los Ministerios ya que, como señalan los registros del IGAE, sí que han ejecutado más del 90% de su presupuesto en Justicia, Defensa, Interior, Transportes, Trabajo, Agricultura, Transición Ecológica, Presidencia, Derechos Sociales, Igualdad, Inclusión y Universidades.
A pesar de los más de 1.700 millones que el Gobierno no invirtió en Sanidad ni Educación, o de los 2.700 millones que tampoco fueron a parar a Ciencia, el Ejecutivo de Pedro Sánchez sigue siendo el más caro desde que se empezó a auditar en qué se gastan nuestros dirigentes nacionales el dinero que pagamos vía impuestos.