Podemos ha fijado en la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) su nuevo frente de batalla interno en el Gobierno. Algunos ministros socialistas, entre ellos el responsable de Justicia, Juan Carlos Campo, deslizan un posible pacto con el Partido Popular para nombrar los nuevos vocales del CGPJ, que lleva dos años de interinidad. En Podemos consideran que el protagonismo del PP en esa negociación es incompatible con sus intereses.
Los morados aspiran a tener al menos dos vocales de su cuerda política en el CGPJ. Pero el PP se opone. Fuentes de Podemos reconocen que de momento no saben cuáles son las verdaderas intenciones del PSOE (si buscar un apoyo con el PP o seguir con la mayoría de la investidura), pero adelantan que el líder morado “se está moviendo”. Y afirman: “Por si acaso”.
Gerardo Pisarello, miembro de Podemos en la Mesa del Congreso, sugirió el pasado lunes en las Cortes que existen “negociaciones” abiertas en este momento entre Podemos y el PSOE para resolver el asunto. El líder de Podemos y vicepresidente segundo también reiteró en televisión que no tolerará vetos del PP sobre los nuevos vocales de su partido.
Así Iglesias lanzó este lunes su órdago para comentar la negativa de los populares a negociar con Podemos el nuevo CGPJ: "Entonces no nos va a quedar más remedio que cambiar la ley. [La renovación] no se va a bloquear porque les parezcamos unos bolcheviques".
Cabe recordar que Podemos está involucrado en dos investigaciones judiciales. El Tribunal Supremo debe decidir sobre el caso Dina en el que Iglesias puede acabar investigado por denuncia falsa y delitos informáticos. Mientras que la sala número 42 del juzgado de Madrid ha imputado al partido por presunta malversación en el gasto de 425.000 euros a la consultora Neurona. Podemos ha denunciado un supuesto golpe de la Justica (el llamado lawfare) contra la coalición de Gobierno.
Niebla espesa sobre el PSOE
Fuentes de Podemos admiten que Iglesias quiere adelantarse a los acontecimientos. El tablero de la renovación del CGPJ es en parte desconocido. Miembros de Podemos admiten desconocer si las declaraciones de algunos dirigentes socialistas, como las de Campo que apuntan a la existencia de un preacuerdo ya firmado con el PP (que Casado niega), responden a la realidad.
Podemos no quiere renunciar a tener sus vocales en el nuevo CGPJ. Es una cuestión de sentido “democrático”, afirman las fuentes consultadas. El reparto de los vocales ha sido una práctica habitual del bipartidismo. Podemos quiso combatir esa deriva, pero ahora exige entrar en el reparto de sillones.
En el Ejecutivo se aprecia un clima de sospechas internas. Los de Iglesias se preparan para afrontar la embestida de los ministros liderados por la responsable de Economía, Nadia Calviño. La vicepresidenta ya afirmó públicamente que en los presupuestos prefería contar con el PP. Campo pertenece a ese sector, sostienen en Podemos, y temen que él y sus afines busquen venganza tras la ruptura de los puentes con Ciudadanos.
Una batalla más difícil
Tras los Presupuestos, la elección del organismo que nombra a los jueces amenaza con convertirse en nuevo frente interno de la batalla. Al menos hasta que el PP mantenga el veto al partido de Iglesias. El plan morado pasa por elevar en el debate mediático los desencuentros del Consejo de Ministro. La idea que manejan los miembros morados es reivindicar una vez más el eje izquierdista del Ejecutivo, asociando el PP a Vox para justificar la nueva etapa política. Los morados cuentan con la izquierda del PSOE, donde prefieren hablar de "bloqueo" del PP como excusa para modificar la Ley de nombramiento del CGPJ.
Iglesias ya se ha puesto a trabajar. Aunque sabe que esta batalla puede ser más difícil que la presupuestaria. “En lo de los presupuestos Sánchez ordenó superar la votación cómo sea. En este caso no me sorprendería que el PSOE quiera sí o sí al PP”, comenta un dirigente del partido morado. En Izquierda Unida, partido asociado a Podemos en la coalición Unidas Podemos, también creen que el PSOE se decantará por un acuerdo con los populares, pero solo después de las elecciones catalanas de febrero.
Este diario adelantó que Iglesias había ofrecido a los nacionalistas cargos e “influencia” en el nuevo CGPJ. Queda la duda sobre si Iglesias se atreverá a pedir un vocal para Bildu y ERC. Aunque esto no ocurra, Podemos defenderá ante sus socios que sus representantes sean los aliados del nacionalismo en dicho organismo. El objetivo es compactar la "alianza con Bildu y ERC para paliar la caída electoral de Podemos de 2019 y consolidar un bloque parlamentario que ate a Sánchez porque impide todo tipo de acercamiento del PP.