Madrid

Las horas locas de un anciano chino en Usera: dos detenciones por conducir sin carné con una pistola

La Policía Nacional detuvo en dos ocasiones en pocas horas a un septuagenario chino que conducía sin carné y con una pistola detonadora en la guantera de su turismo

  • La pistola incautada al anciano chino que fue detenido dos veces en Usera por conducir sin permiso

La Policía Nacional detuvo la semana pasada en dos ocasiones, con pocas horas de diferencia, a un septuagenario chino que conducía desde hace años sin carne de conducir, según adelantan fuentes policiales a Vozpópuli. El temerario oriental se puso muy nervioso en la última intervención de los mismos funcionarios. El motivo es que escondía en la guantera de su vehículo una pistola detonadora acompañada de un cartucho con balas reales.

El periplo de este septuagenario de nacionalidad china fue paralizado la noche del 22 de noviembre a la una de la mañana en la calle Marcelo Usera. Dos agentes, perteneciente a los Grupos de Atención al Ciudadano (GAC), detuvieron al hombre por un delito contra la seguridad vial, ya que estaba conduciendo un vehículo sin el correspondiente permiso. Los policías permitieron que individuo estacionara el coche en la zona.

Una vez instruido el correspondiente atestado y habiendo sido citado para juicio, el varón fue puesto en libertad. El devenir de los acontecimientos podría plasmarse en el guion de cualquier proyecto cinematográfico.

Los nervios del anciano chino

Horas después de su puesta en libertad de este ciudadanos chino, los mismos agentes que le detuvieron en la primera ocasión encontraron al hombre conduciendo el mismo vehículo, un Citroën C4 Picasso, en la misma calle de Marcelo Usera.

Sin embargo, en esta ocasión, el septuagenario, al advertir la presencia policial, entró en un "alto estado de nerviosismo". Los agentes incluso tuvieron que cortarle el paso con el vehículo patrulla para evitar que se marchara.

El sujeto hacía movimientos bruscos en el interior del vehículo y perdiendo el control del mismo. No hablaba español y no pudo comunicarse con ellos. Debido a la actitud de este ciudadano chino, los policías realizaron un registro de seguridad. La sorpresa llegó cuando encontraron una pequeña guantera debajo de la palanca de cambios.

Un empresario que buscaba defenderse

En este minúsculo espacio, en una zona de fácil y rápido acceso para el septuagenario, localizaron un pistola detonador de pequeñas dimensiones que llevaba dentro un cargador de cinco cartuchos. También portaba en su recámara un cartucho adicional.

Los policías realizaron las oportunas comprobaciones y observaron que dentro de la guantera, el hombre chino tenía también una caja con 16 cartuchos más del calibre 8mm. Por estos motivos, se detuvo al hombre por un nuevo delito contra la seguridad vial, así como por un delito de tenencia ilícita de armas.

El protagonista de estas horas locas, el septuagenario oriental, tenía en su poder un llavero con varias llaves de negocios de Usera. Los agentes sospechan que es el dueño de estos establecimientos y llevaba la pistola detonadora para intentar frenar a posibles ladrones.

La comunidad china de Usera

Según los datos del Ayuntamiento de Madrid, de los 33.723 habitantes extranjeros empadronados en Usera, la nacionalidad más numerosa es la china. El 22,4% de los habitantes chinos de la ciudad se concentran en este distrito, constituyendo el 19,7% de su población extranjera empadronada.

En las últimas fechas, los miembros de esta comunidad se están armando, con pistolas reales o simuladas como en este caso, ante el miedo que tienen de sufrir robos. Es cierto que estas intervenciones han descendido en los últimos tiempos, según las fuentes policiales consultadas.

De forma paralela, han aumentado las reyertas en los puntos que frecuentan la comunidad latina. Las peleas tras las noches de fiesta y el abuso del consumo de bebidas alcohólicas son los principales responsables de este problemática.

Como publicó Vozpópuli, en los últimos años, en Usera se ha incrementado la cifra de burdeles escondidos en las partes traseras de tiendas y bares. Una circunstancia que tiene como víctimas a mujeres orientales que son traídas a España de forma engañosa.

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