El comité de empresa de Metro se ha reunido con el consejero delegado, Juan Bravo, tras las denuncias de las presuntas filtraciones de las pruebas para elegir 380 conductores.
Once mil personas se han presentado a estas oposiciones que se han celebrado durante el fin de semana pasado. Tras conocerse las primeras denuncias la red se llenó de protestas de los opositores.
En la carta que envió el comité al consejero delegado señalaba que una vez conocida la posible filtración “además de numerosas irregularidades producidas desde el inicio del proceso, entendemos que se ha vulnerado el principio de igualdad y confidencialidad entre los aspirantes”.
Por ello pidieron una reunión urgente a Juan Bravo para que explique lo sucedido “ya que Metro es el responsable del control del proceso” y le exigen que se tomen las medidas para la anulación de las pruebas.
Por su parte, la empresa hizo público un comunicado en el que dice que “el proceso de selección se ha realizado garantizando la seguridad e igualdad de oportunidades para los más de 11.600 aspirantes”.
“Las fotos aparecidas en las redes sociales -explican- no se corresponden con los cuadernillos utilizados en los exámenes. La empresa que ha realizado las pruebas certificará ante notario que no ha habido sustracción ni pérdida de ningún ejemplar de examen”.
El examen consta de dos partes, la prueba de aptitud y la de competencia. Las evaluaciones han sido realizadas por la empresa Tea Cegos, “elaboradas a lo largo de complejos procesos con psicólogos y contrastadas empíricamente, es decir, con los resultados obtenidos con perfiles de personas reales, algo que ocurre en todas las pruebas de este tipo”, según Metro.
Metro de Madrid anuncia que “se reserva el derecho de emprender cuantas acciones legales considere oportunas en la defensa de la transparencia del proceso de selección y contra aquellas personas que pongan en duda la imparcialidad del mismo”.
