España

El Opus Dei da por perdido el rectorado de Torreciudad mientras busca declararlo santuario internacional

La Obra aguarda la respuesta de la Santa Sede con respecto al proceso legal contra el obispado de Barbastro a propósito del nombramiento de José Mairal Villellas, hasta entonces párroco de Bolturina-Ubiergo, como rector de la ermita

  • Vista aérea del Santuario de Torreciudad (Huesca).

El arranque del nuevo curso eclesiástico en Torreciudad ha empezado igual de agitado que acabó el anterior. A principios de verano, contamos en Vozpópuli el cambio de rumbo que el obispado de Barbastro tenía previsto para la ermita de Torreciudad, lugar clave para miles de feligreses que han unido sus caminos espirituales al Opus Dei.

Tras cincuenta años de rectores nombrados a dedo por la Obra, José Mairal Villellas, hasta entonces párroco de Bolturina-Ubiergo, fue designado por Ángel Pérez Pueyo, obispo de Barbastro-Monzón, para encargarse del rectorado de Torreciudad, desatando una polémica sin precedentes en el núcleo del Opus Dei.

La decisión, comunicada por el obispado en una nota de prensa, aclaró que el traspaso de poderes sería efectivo desde el 1 de septiembre, de modo que Villellas asumiría la responsabilidad única del "cuidado pastoral y ministerial hasta que se regularice la situación canónica existente entre ambas instituciones".

¿A qué situación hacía referencia el obispado de Barbastro? Al canon 557, establecido entre ambas instituciones en 1962, mediante el cual el Opus Dei dirigía la ermita de Torreciudad a cambio de un pago previamente establecido (de menos de 20 euros al cambio hoy en día). Un canon que el obispado quiere revisar para adecuarlo a los tiempos que corren.

Influye, y mucho, que el santuario de Torreciudad ha ido perdiendo influencia en los últimos años, lo que ha convertido en una misión muy complicada sufragar los gastos derivados del mantenimiento.

El Opus Dei cambia de estrategia en Torreciudad

Una vez se comunicaron las decisiones, empezó la 'contienda' entre ambas instituciones por reforzar sus posiciones. El obispado se remite al hecho de llevar más de un año esperando por parte del Opus Dei una terna de sacerdotes para nombrar al nuevo rector, apoyando la legitimidad de su decisión en el canon 557, anteriormente citado.

Mientras el Opus Dei y el exrector llamaban a la calma y la mesura a sus fieles, algunos, a través de redes sociales y de una petición en change.org, pedían al obispado que "no meta sus manos en el Santuario de Torreciudad". Pese al furor inicial, la solicitud apenas lleva 1693 firmas. Una estrategia que, visto en perspectiva, no le hizo ningún bien a la Obra, que afrontó el problema desde el prisma equivocado.

Los problemas no han dejado de crecer para el Opus Dei, que además de ver como el pasado viernes José Mairal Villellas asumió el poder sin vuelta de hoja en el rectorado de Torreciudad, ven como las reformas que ha puesto en marcha el Papa Francisco puede afectar a su día a día. El Vaticano quiere que las competencias en materia de prelaturas personales (el Opus Dei es la única prelatura personal de la Iglesia católica) se transferían del Dicasterio de los Obispos al del Clero.

En vista de todos estos hechos, desde el Opus Dei se tomó la decisión de adoptar una buena actitud con el obispado. Ya el pasado 20 de agosto, durante la celebración de la fiesta de la Virgen de Torreciudad, el prelado cedió la homilía a Marial Villellas, en una clara señal de paz y restablecimiento de las relaciones cordiales entre ambas instituciones. Lo que sí hizo la Obra, al mismo tiempo, fue presentar un recurso ante la Santa Sede solicitando medidas cautelares con respecto al polémico nombramiento.

El cambio no deja de ser un brindis al sol, pues la Obra sigue estudiando sus posibilidades económicas dentro del recinto. En un comunicado emitido el pasado 31 de agosto, el obispado aclaró que el nombramiento de Mairal no supone "injerencia alguna en la gestión interna, económica o civil de Torreciudad; se circunscribe a la dimensión pastoral y tendrá vigencia temporal, hasta que se regularice la situación canónica existente".

Del mismo modo, desde Barbastro se atacó al Opus Dei alegando que "en el año 2020, verbalmente en junio y por escrito en septiembre, la Prelatura del Opus Dei solicitó al Obispado de Barbastro-Monzón la novación del contrato de cesión de la ermita y la imagen de la Virgen de Torreciudad propiedad ambas del Obispado. Tras el análisis del contrato de 1962, así como de posteriores acciones en los últimos 60 años, el equipo jurídico del Obispado convino en la imposibilidad de realizar la novación en los términos solicitados y en la necesidad de actualizar la situación jurídica, canónica y pastoral entre las partes".

Tras los narrados periodos de espera, Pérez Pueyo nombró a Marial Villellas. Sin embargo, y a propósito del cambio puesto en marcha por parte de la Obra, el obispado recibió "una propuesta de acuerdo sobre Torreciudad que el Obispado estudiará con diligencia y cariño".

Por último, las fuentes consultadas nos comentan que el Opus Dei aspira a cambiar la condición de la ermita de Torreciudad a santuario internacional, entrando en la misma escala que lugares de peregrinación como Lourdes, Guadalupe o Fátima, lo que reportaría cantidades de dinero mucho mayores a las que recibe actualmente el Opus Dei por Torreciudad, ayudando a lograr la viabilidad económica del lugar.

El principal escollo reside en que, a día de hoy, el complejo de Torreciudad tiene categoría únicamente de oratorio, no de santuario, lo que hace inviable que la Santa Sede pueda reconocerlo como tal.

Para darle la vuelta, lo primero que necesita la ermita es estar en manos de la diócesis local, y no en las de una prelatura, como era el caso de Torreciudad hasta que el obispo de Barbastro impuso al nuevo rector. A partir de aquí, empieza un largo proceso que podría finalizar con el ansiado bautizo, aunque no es sencillo. Una maniobra que reforzará las arcas de la Obra, principal objetivo en el horizonte. El Opus Dei, a través de su departamento de comunicación, ha negado haber iniciado tal reconversión. Veremos cómo avanza la situación, pero para nada parece una historia que se asome a su conclusión.

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