La desconfianza se construye choque a choque. Y así, choque a choque, se desarrolla la relación entre el lehendakari, Íñigo Urkullu, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El enésimo encontronazo se ha producido en las últimas horas a raíz del plan de ahorro energético que estos días copa la actualidad informativa por la rebelión de algunas comunidades autónomas. Lo cierto es que el plan ha vuelto a disgustar a Urkullu por las formas del jefe del Ejecutivo central.
Los últimos días no han sido fáciles entre los socios de PSOE y PNV. Todo empezó cuando la consejera de Desarrollo Económico del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, tildó de "efectistas" las medidas que contiene el plan energético del Gobierno central. Además, defendió que preferían aplicar el plan sobre esta materia que el propio Ejecutivo autonómico tiene previsto para septiembre.
El nuevo portavoz socialista y ex lehendakari, Patxi López, exhibió su malestar con la consejera y contestó preguntándose si "las ocurrencias son menores cuando las decide el Gobierno vasco" y, de paso, si ella prefería "no hacer nada y que se acaben cerrando empresas vascas". En una comparecencia posterior, Tapia no se retractó y abogó por ser "ambiciosos" en este campo pero "cada uno según sus posibilidades". Las espadas seguían en lo alto. La tensión era evidente.
Este jueves, tras esos dimes y diretes, el lehendakari rompía su silencio para dejar claro que Euskadi cumplirá las medidas decididas por el Gobierno, sí, pero también para mostrar sus quejas por las formas en que se ha anunciado el plan de marras. Porque en las redes sociales afirmaba que hubiera agradecido "un ejercicio de contraste" del Gobierno, que tenía la oportunidad de ejercitar "la tan proclamada gobernanza" en lugar de "excluir" a las comunidades.
Ferraz promete diálogo
Después, López respondía a Urkullu con la promesa de más diálogo para el futuro. En concreto, durante una entrevista a Radio Euskadi recogida por Europa Press, el portavoz de Ferraz decía que "si ha faltado diálogo" sobre el plan de ahorro energético, "habrá que suplirlo", y consideraba "perfecto" que el presidente vasco se lamente de la falta de cogobernanza siempre y cuando afirme, como afirmó, que Euskadi cumplirá las medidas.
"Esa es la actitud", decía López en velada referencia a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que estos días ha amagado con no aplicar el plan energético gubernamental.
Las formas de Sánchez
Más allá de los detalles concretos de este caso, desde hace tiempo es notorio que a Urkullu no le gustan las formas que emplea Sánchez en muchas ocasiones. No le gustó por unas cuantas decisiones relacionadas con la pandemia. Ni por la forma de gestionar el traspaso de competencias acordado en su día. Ni tampoco por la manera en que se ha ido posponiendo el debate sobre el nuevo Estatuto vasco.
Sánchez y Urkullu siguen siendo socios, como remarcaba recientemente el líder del PNV, Andoni Ortuzar, y pese a algunos desacuerdos puntuales entre sus partidos, no parece que vayan a dejar de serlo. Pero entre ambos políticos se sigue construyendo, poco a poco, una suerte de desconfianza que tampoco parece terminarse.
Sin_Perdon
Urkullo, en este país la ley se cumple. Lo acaba de decir Antonio ¿No te enteraste?. En todo caso tómatelo con calma, el referente para la PSOE en Vascongadas es Bildu-ETA, vosotros estais en declive ¿Tampoco te enteraste?. Venga, a seguir apoyando a los socialcomunistas, que os va a ir divino de la muerte, so traidores.