Sin prisioneros. Zegona arrasa con todo en Euskaltel desde que tomó el control de la teleco. Primero llegaron los traumáticos despidos de una veintena de directivos. La pasada semana de confirmó que habrá cambio en la presidencia de la compañía vasca. Y ahora trasciende que Zegona quiere deshacerse de la red física de telecomunicaciones de Euskaltel. Sería, de confirmarse, una operación tan millonaria como polémica en el País Vasco.
Este 2019 será recordado en el empresariado vasco como el de la caída de Zegona en manos británicas. Para sorpresa y disgusto de una parte importante de los empresarios y políticos de la comunidad, el Gobierno vasco, que era el principal accionista a través de Kutxabank, prefirió un proceso de desinversión que dejase paso al fondo extranjero. Ahora, la consecuencia es una metamorfosis que con el tiempo quizás pueda acabar, para los más agoreros, en la venta de la empresa a otras manos.
Cambios sin parar
Hipótesis aparte, está claro que Zegona ha llegado a Euskaltel para cambiar las cosas. Una de las primeras decisiones del consejo de administración controlado por los británicos y con José Miguel García como CEO fue deshacerse de una veintena de directivos que llevaban años en la empresa. Ese movimiento fue traumático por los despidos en sí mismos y porque desató los temores de más despidos en los trabajadores de base.
Pero los cambios en el equipo directivo, hasta cierto punto lógicos, no eran nada en comparación con los últimos movimientos. La pasada semana Euskaltel informo a la CNMV de que el actual presidente, Alberto García Erauzkin, dejará su cargo en 2020. No se sabe quién ocupará el cargo después, pero está claro que Zegona y sus socios decidirán.
Una operación millonaria y polémica
Este martes, además, 'El Correo' informaba de que Zegona planea vender la red de telecomunicaciones de Euskaltel. La operación, aún en estado embrionario, tendría un valor de cientos de millones, según el mismo diario, pero está claro que sería más que polémica en el País Vasco. Por varios motivos. Uno de ellos es la pérdida del famoso "arraigo" que el Ejecutivo de Urkullu siempre ha prometido preservar para templar los ánimos de los grandes empresarios vascos, de algunos partidos como Bildu que claman contra la llegada de Zegona y de los propios trabajadores de la compañía.
El otro motivo para la controversia es que buena parte de esa red de telecomunicaciones fue una concesión del Gobierno vasco en 2012. Su hipotética venta no gustaría a los sectores mencionados e incluso podría disgustar también al propio Ejecutivo del PNV. Si Zegona se decide a dar este paso, el embrollo está servido.
Esta posible venta de la red de telecomunicaciones de Euskaltel parece, por ahora, solo una idea de cara al futuro. Pero en todo caso va en la línea de la estrategia del fondo británico que consiste en arreglar las cuentas de la empresa para después venderla al mejor postor.