La 'España Vaciada' comienza a ver ciertos brotes verdes en su número de habitantes y permite soñar a los vecinos de la zona con volver al esplendor de décadas pasadas. Cierto es que hay muchas zonas que todavía viven deprimidas, pero sí se observa un crecimiento poblacional en algunas zonas.
El teletrabajo o el caos de las ciudades han hecho que muchos españoles hayan replanteado su modo de vida y hayan huído a zonas rurales, lugares donde el tiempo pasa más despacio y no hay tanto estrés. A ello se suma que cada vez es más caro vivir en ciudades, especialmente las grandes capitales, por lo que otros muchos se sienten "expulsados". La inmigración, que mucha de ella acaba en zonas rurales en busca de trabajos en el campo, también está permitiendo que los pueblos tengan más vida. Un fenómeno que no es casual y que está estudiado: según el estudio Rural y urbano: migraciones, entorno residencial y estructuras de oportunidad del Instituto Territorio metropolitano, unas 70.000 personas se marcharán de Barcelona durante los próximos cinco años hacia zonas rurales, lo que equivale a un 30% de la población que cambie de residencia en esa época.
Destaca el milagro de Huesca, donde 147 de sus 203 municipios han experimentado un crecimiento de población entre 2019 y 2023. Aunque el crecimiento no es espectacular, sí se aprecia una tendencia al alza (+0,7% en 2023) que de mantenerse en el largo plazo sacaría a la provincia de las zonas de la España vaciada. Aunque lo más positivo es que el reparto de habitantes se distribuye entre la mayoría de municipios, generando que no solo crezca la capital o ciudades como Jaca, sino también pueblos más pequeños.
Se trata de una maravillosa excepción dentro de una España Vaciada que muestra datos prometedores en algunos puntos, y sorprendentemente, no solo de las provincias colindantes a Madrid. En Ávila, un 34% de los pueblos tienen más habitantes que en 2019, mientras que en Segovia las cifras mejoran todavía más (44%, 93 de 210). Guadalajara también experimenta un fenómeno similar (35%) mientras otras zonas más interiores de Castilla y León muestran porcentajes menores. Se salvan Valladolid, que ha visto cómo muchos de sus pueblos han crecido a nivel poblacional (un 40%) en el último lustro, Palencia (34%) y Soria (36%).
Zamora (24%), Salamanca (26%) y León (18%) no cuenta con buenos porcentajes de recuperación, ya que solo un pueblo mejora su población respecto a tres que decrecen. Pese a todo, estas están por encima de, por ejemplo, Badajoz (12%), una de las provincias con menos pueblos que consiguen crecer en número de habitantes: tan solo uno de cada diez. En esa misma situación se encuentra Jaén, la que peor dato ofrece de la 'España Vaciada': tan solo un 8% de sus minicipios crecen. Lugo, otra región afectada por el éxodo a las grandes ciudades, sufre un fenómeno similar: tan solo 9 de sus 68 municipios registran un aumento poblacional, un 13% del total.
Asturias crece mucho en turismo pero sus pueblos pierden habitantes
Las cifras arrojadas este verano, con una elevada turistificación del norte, contrastan con los datos que arroja el padrón municipal de las distintas regiones. Pese a que Asturias no se considera una zona perteneciente a la España vaciada, tan solo 17 de sus 75 localidades reflejan un aumento poblacional (23%). Algo que contrasta con sus vecinos de Cantabria, donde más de la mitad de los pueblos (61 de 103) han crecido en los últimos cinco años.
Zonas mediterráneas, afectadas por el aumento del turismo en el norte, han presenciado cómo son cada vez más los pueblos que reflejan un crecimiento. En Alicante, casi todos los municipios han aumentado su número de empadronados (101 de 134 municipios), una situación que comparten otras zonas costeras como Almería (71%).