Los jóvenes españoles no abandonan el nido. La gran mayoría porque no pueden permitírselo y otros porque no quieren. Tienen un nivel de estudios cada vez más alto y, pese a que el empleo juvenil va en aumento, el país registra su tasa más baja de emancipación desde 2002. Solo uno de cada cinco personas menores de 30 años vivía fuera del hogar familiar en el segundo semestre de 2018 por sus propios medios.
El último Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España muestra que solo un 19% de las personas de 16 a 29 años vivían emancipadas en ese periodo. Si bien el país avanza hacia la estabilización de la actividad laboral, el estudio también refleja que las tasas de empleo actuales distan mucho de las registradas en los años anteriores a la crisis.
En algunas comunidades la cifra es incluso inferior al 17%. Se trata de Andalucía, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura y País Vasco. Es un dato que no deja de descender.
Precariedad y temporalidad
En cuanto al auge del empleo, el informe detalla que en el cuarto trimestre de 2018 el 40,7% de los jóvenes estaba trabajando, la máxima cota desde 2012. En este sentido, la creación de empleo fue incluso más intensa entre la población de 16 a 29 años que en los grupos de edades comprendidas entre 30 y 34 años y a partir de los 34.
El 55,5% de las personas jóvenes asalariadas tenía un contrato temporal
Sin embargo, estas cifras esconden mucha precariedad y altas tasas de temporalidad entre la población de 16 a 29. De hecho, en el cuarto trimestre de 2018, el 55,5% de las personas jóvenes asalariadas tenía un contrato temporal, frente al 32,9% de las personas asalariadas de 30 a 34 años y el 20% de la población asalariada de 35 años o más.
El presidente del Consejo de la Juventud de España, Manuel Ramos, señala que "es imprescindible eliminar las herramientas de precarización de la juventud que existen actualmente tales como las prácticas extracurriculares, la concatenación de becas y unos salarios que impiden desarrollar un proyecto de vida".
Salario versus precio del alquiler
De acuerdo a los autores, la opción más elegida a la hora de emanciparse por los pocos jóvenes que lo hacen es el alquiler. Pero esta opción pierde terreno y no lo hace en favor de la vivienda propia, si no de otra modalidad como la cesión de vivienda. Si en 2017 el 60,6% de las personas jóvenes emancipadas vivía de alquiler, en 2018 lo hacía el 59,2%.
El salario medio que percibe una persona joven gira en torno a los 11.000 euros netos anuales, poco más de 900 euros al mes. La cifra choca con los precios estratosféricos de los alquileres. Así, un joven español asalariado tendría que dedicar al pago mensual del alquiler casi la totalidad de su salario. Sin contar con el resto de gastos que conlleva hacerse cargo de una casa.
Obtener hipoteca: casi inviable
Por el contrario, en el supuesto de comprar una vivienda libre mediante un préstamo hipotecario estándar, el esfuerzo económico inicial se reduciría hasta el 59,7% de su sueldo neto. Eso sí, el informe advierte que las vías de obtención de una hipoteca son "impracticables para la mayoría de las personas jóvenes". Las garantías y ahorros que tienen que aportar suelen estar fuerza de su alcance.
El sociólogo Joffre López cree que el fenómeno se produce por "una tormenta perfecta, que no es nueva ni atípica, entre las precarias condiciones económicas y el recurso al mercado libre como vía hegemónica de acceso a la vivienda".
De acuerdo al Observatorio, la población joven es uno de los colectivos con mayor riesgo de pobreza. Por ello, el Consejo de la Juventud exige que se cree una Comisión de Juventud en el Congreso de los Diputados donde se analicen cuáles son los principales problemas a los que deben hacer frente los jóvenes españoles.