Política

Sánchez usará la causa palestina para tapar el escándalo de Begoña Gómez en plena campaña de las europeas

El presidente del Gobierno baraja citar en Moncloa a los portavoces de los grupos parlamentarios para explicarles la decisión de reconocer al Estado, que se hará antes de verano

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, usará la causa palestina para irrumpir en la campaña de las elecciones europeas. El líder socialista baraja citar en Moncloa a los portavoces de los grupos parlamentarios para explicarles la decisión de reconocer al Estado palestino, que se hará antes de verano, según confirmó él mismo. La idea es marcar la agenda durante esos días con temas internacionales. En plata: 'desnacionalizar' la batalla electoral del 9 de junio. Y todo porque Moncloa sabe que esas elecciones serán un verdadero termómetro para calibrar la opinión de los españoles sobre lo que va de legislatura, manchada por el caso Koldo y la derivada sobre la mujer de Sánchez, Begoña Gómez.

Lo más probable, según fuentes del Ejecutivo, es que el Gobierno apruebe el reconocimiento de Palestina en un Consejo de Ministros y el presidente comparezca en la Cámara Baja para explicar la decisión. Antes, incluso, el equipo del presidente intentará hacer desfilar a los portavoces parlamentarios por Moncloa para dar "solemnidad". Y convertir así la campaña en una disputa sobre política internacional donde el presidente se ve fuerte frente al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. El tándem Moncloa-Ferraz está convencido de que Génova apuesta por un adelanto electoral una vez finalice el carrusel de comicios de los próximos meses: las vascas este domingo, las catalanas el 12 de mayo y las europeass a principios de junio.

Sánchez lleva casi una semana envuelto en la política exterior. El pasado jueves comenzó una gira europea para recabar apoyos para acelerar el reconocimiento del Estado palestino cuanto antes. Solo le falló este lunes su colega portugués, Luis Montenegro, recién elegido primer ministro, quien le trasladó la misma posición que el PP dada su adscripción ideológica: dos estados sí, pero reconocimiento tras un debate y con los grandes países occidentes (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, etc) detrás. Este miércoles arranca un consejo europeo en el que seguro que se abordará el reconocimiento de Palestina, aunque fuentes gubernamentales no esperan gesto alguno tras los esfuerzos de Sánchez con sus colegas europeos.

La situación diplomática entre España e Israel es especialmente delicada, precisamente, por el conflicto que se está viviendo en Oriente Medio. Las autoridades de Israel, en estos momentos, son especialmente sensibles a cualquier posicionamiento de un país occidental. Cabe recordar que a finales del año pasado retiraron durante más de un mes a su embajadora en Madrid como protesta por la posición española ante el conflicto. Eso sí, en Moncloa no creen que Israel vaya a escalar de nuevo una crisis diplomática. Pero tras la última visita de Sánchez con el primer ministro belga, el gobierno de Benjamín Netanyahu señaló a ambos dirigentes por apoyar el terrorismo.

Moncloa, con esta ofensiva diplomática, busca situar al presidente español en el centro del debate internacional para escurrir la complicada situación interna que le tiene acorralado desde la irrupción del caso Koldo y las informaciones sobre los negocios de su muer con miembros de la trama, como el presidente de la rescatada Globalia. De esta manera, el equipo de persuasión de Moncloa pretende también llevar la política nacional por el derrotero que conduce a Tierra Prometida.

El aparato de Moncloa considera que el líder socialista se muestra como un "actor global" que ha devuelto al país a la esfera de reconocimiento e influencia internacional del que nunca debió haber salido. El núcleo duro de Sánchez considera que el talento del presidente en el ámbito internacional se debe también al arduo trabajo del equipo de Exteriores, que se ha encargado de priorizar la agenda del jefe del Gobierno más allá de España desde que se hizo con las riendas del país en 2018.

No es la primera vez que Sánchez aprovecha un conflicto internacional para exhibirse. Uno de sus grandes objetivos durante su semestre al frente de la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea (UE) fue que Ucrania y Rusia comenzaran negociaciones de paz que él pudiera auspiciar. De hecho, hace justo un año viajó a Pekín para verse con el mandatario chino, Xi Jinping, a quien expuso el plan de paz elaborado por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. No surtió efecto.

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