La ley de Memoria Histórica se queda fuera de la Convención del PP. El cónclave de los populares no abordará la ley de Concordia, el proyecto de Pablo Casado para sustituir aquella polémica iniciativa de Zapatero. No ha habido tiempo para prepararlo, es un asunto muy técnico, según la versión de fuentes de Génova. No es, tampoco, políticamente oportuno. "Es entrar al trapo de los inventos de Sánchez y de su historia de la exhumación de Franco", añaden.
Cuatro mil afiliados asistirán al primer cónclave de la era de Casado. Más de cien oradores, la mayor parte independientes, nueva versión del himno, nuevo logo (el charrán/gaviota es sustituido por un corazoncito) nuevo formato, nuevo lema ("España en libertad") y nuevos objetivos. El morbo lo aportan Rajoy y Aznar, en una reaparición por entregas. El expresidente gallego, el viernes. El otro, el sábado. Y Sáenz de Santamaría, entre los militantes, como una 'groupie' de su antiguo jefe.
El 'rearme ideológico'
No hay ponencias ni habrá conclusiones. No es un congreso sino una Convención, especie de gran reunión familiar para afrontar la cita electoral de mayo y, al tiempo, conversar con los compañeros. El 'rearme ideológico' que anuncia la diligencia va por otro lado. Adolfo Suárez, presidente del la Fundación Concordia, se encarga de ello. Javier Fernández-Lasquetty e Isabel Benjumea se han incorporado recientemente a Génova con esta misión. Casado pretende dotar de un armazón programático potente a su partido. Mariano Rajoy lo dejó en el chasis.
No se hablará del postfranquismo, de la dictadura, de la oprobiosa, del pasado en el escenario del gran jamboree conservador. Hubo demasiado ruido con este asunto durante los pactos de Andalucía. Casado enarbolaba en campaña su ley de Concordia hasta que entró Vox en danza y enfiló a la Memoria. La incorporó a su pliego de 19 condiciones para avalar la investidura de Juanma Moreno, quien apenas se refirió al asunto durante su discurso. Ciudadanos nada quiere saber al respecto. El partido de Abascal no cederá.
Elogio de la centralidad
Las convención se divide en bloques temáticos, muy genéricos, amplios, laxos: Cataluña, economía, Europa, violencia contra la mujer, víctimas de terrorismo, educación, Iberoamérica. Expertos, escritores y algún ideólogo y economista adicto entre los paneles. Habrá un apartado de recuerdo a los 30 años de la refundación del partido a cargo de sus dos expresidentes, y un homenaje a la Transición por parte de Adolfo Suárez. Johan Norberg y Vargas Llosa son los escritores especiales. El primero,un best seller. El segundo, un premio Nobel.
Alberto Núñez Feijóo es el único barón con derecho a uso de la palabra en su condición de coordinador del encuentro. A Juanma Moreno, que llegará a Ifema recién investido presidente andaluz, tendrá también sus minutos de gloria. "Los que siempre hablan, ahora van a escuchar", según comentan en la organización. Eso sí, los militantes que así lo quieran, podrán trasladar sus inquietudes y preguntas a los oradores. El domingo, Pablo Casado echará el cierre con un canto al centro, un guiño a la derecha, un frío desplante a Vox y una exhortación a la militancia para que se vuelque en los comicios de mayo. Tantas cosas en juego.