El secretario ejecutivo de Coordinación Territorial del PSOE, el navarro Santos Cerdán, se encuentra ingresado desde hace unos días en la Clínica Universitaria de Navarra (CUN) en Madrid tras dar positivo por coronavirus, según informaron dos fuentes socialistas navarras a Vozpópuli.
Este hospital religioso, de capital privado e inaugurado en 2017, está gestionado por el Opus Dei, al igual que su ‘gemelo’ de Pamplona. Cerdán es el número cuatro dentro del PSOE, diputado nacional por su provincia de origen y presidente de la Fundación Pablo Iglesias.
Desde el pasado 23 de marzo, su cuenta de Twitter está inactiva, lo que ha llevado a varios de sus compañeros del PSN y de Ferraz que conocían que se había contagiado de Covid-19 a preocuparse ahora por su estado de salud.
Este político navarro forma parte del núcleo duro socialista del presidente del Gobierno junto al secretario de Organización, José Luis Ábalos; la vicesecretaria general, Adriana Lastra; y Francisco Salazar, el secretario de Acción Electoral y director de Análisis y Estudios dentro de La Moncloa, donde Cerdán acude con asiduidad. En la práctica, él se ha convertido en el enlace entre el presidente del Gobierno y Ferraz desde que Sánchez llegó al poder.
Tras el traumático Comité Federal del PSOE de 2016 que supuso la defenestración del entonces secretario general, a Pedro Sánchez todos le enterraron. Todos menos un pequeño grupo de socialistas entre los que destacaba Cerdán, quien fue uno de los pocos socialistas que le animó a seguir, a no tirar la toalla y disputar las primarias de 2017 a Susana Díaz.
Tras vencer a la candidata del aparato, Sánchez estuvo a punto de elegir a Cerdán como nuevo secretario de Organización del PSOE, su mano derecha en la sede de la calle Ferraz. Si Sánchez no le eligió finalmente fue porque prefirió en ese delicado puesto a un diputado -el citado Ábalos- para que controlara, también, al Grupo Socialista en el Congreso.
Por aquel entonces solo había en el hemiciclo ocho diputados sanchistas, los del 'no es no' a Mariano Rajoy; el resto eran todo afines a la gestora que presidía el asturiano Javier Fernández y de la entonces presidenta andaluza.
El nuevo guardián de Ferraz
Después de la llegada al poder de los socialistas, y con Ábalos de ministro de Fomento, a Cerdán le tocó la tarea de llevar el día a día del área de Organización dentro del PSOE. La confianza de Sánchez en el nuevo guardián de Ferraz ha sido tal que el presidente le consultó varios nombres tras la moción de censura, no tanto de ministros como de segundos niveles -delegados del Gobierno y directores generales-, para atender las demandas de todo el PSOE.
Fue Santos Cerdán quien se dedicó a apuntar en un cuaderno de color rojo las demandas de las federaciones sobre tal o cual aspecto de gobierno, o sobre tal o cual cargo. En definitiva, se convirtió en los ojos y los oídos de Sánchez en una organización compleja como pocas y donde el desgarro entre sanchistas y susanistas dejó un terrible paisaje después de la batalla.