Política

El PP trata de seducir al empresariado vasco tras el giro del PNV con la reforma fiscal

Por primera vez, los empresarios vascos afean al PNV sus políticas, una brecha por la que los populares quieren ganar terreno para crecer por la derecha

  • Feijóo y Javier de Andrés, en la campaña de las últimas vascas. -

Hay un territorio en España en el que el Partido Popular ha perdido todos sus complejos ideológicos. Un territorio en el que no tinene ningún reparo en calificarse "de derechas". Así, tal como suena. Sin medias tintas. Ni centro-liberal, ni un pie en la izquierda, ni nada de nada. El territorio es el País Vasco, donde tradicionalmente el espacio conservador lo ocupaba el PNV. De hecho, la pugna política hasta hace unos años se dirimía entre nacionalismo sí nacionalismo no.

Ahora todo ha cambiado. La metamorfosis de la sociedad vasca, que se autodefine como la más progresista de nuestro país -según el INE-, ha llevado al PNV a mudar de piel y presentarse como una opción de izquierdas. La muestra más evidente de ello es la reforma fiscal que acaba de impulsar, a través de las Juntas Generales, con sus socios del PSE y... Podemos. Por primera vez, los empresarios han dicho ¡basta! y se han pronunciado abiertamente en contra de las políticas del PNV. En definitiva, se ha producido una brecha por la que el PP que lidera Javier de Andrés se pretende colar. 

A esto hay que sumarle, el pasado viernes, las declaraciones del presidente de Kutxabank, entidad históricamente vinculada al Partido Nacionalista, que provocaron un terremoto en la política vasca. Antón Arriola dijo: "En Euskadi faltan oportunidades para que quienes marcharon a Madrid vuelvan con el nivel en el que están". En un foro empresarial, advirtió de que la imposición del euskera es "un limitante" para la atracción de profesionales de otros países. "Si un polaco viene a una empresa a trabajar cuatro años, pues no le cuadra que sus hijos estudien en este idioma". Un torpedo en la línea de flotación de una de las esencias del nacionalismo vasco: la lengua.

El banquero también se quejó de las trabas que han supuesto para la industria las políticas medioambientales. Un discurso pintiparado, quién lo diría, al que ahora promulga Alberto Núñez Feijóo. "Hay un consenso muy generalizado entre la clase empresarial sobre la necesidad de echar el freno", denunció. Y es que otra de las banderas que en la actualidad agita con fuerza el PNV es la transición verde. En parte, por el auge de Bildu, partido que trata de identificarse con el ecologismo.

Confebask, en contra del PNV

Las palabras de Arriola tuvieron lugar unos días después de que se produjera un hecho inédito en el País Vasco. Confebask, la patronal de empresarios, muchos de ellos con carnet del PNV, se alineó con el PP en contra de la reforma fiscal que el PNV ha pactado con sus aliados de izquierda y extremaizquierda y que incrementa impuestos como el de Sociedades. Tamara Yagüe, presidenta de la patronal, declaró en Euskadi Radio: "La reforma fiscal recién pactada es, claramente, un castigo al mundo empresarial, una decisión política en la que no se están midiendo las consecuencias”. 

No hay duda. La vasta casta empresarial vasca ya no va de la mano del PNV. El partido que solía acunar a los grandes empresarios de la tierra recibe ahora críticas de los empresarios. Y los populares vascos quieren sacar tajada y llevarse a su redil a un nicho clave en la región. "Los empresarios están muy preocupados porque el PNV se ha entregado a la izquieda, están comprometidos con la izquierda. Es muy significativo", aseguran en la dirección del PP vasco. 

A ojos de los populares, el buque insignia que caracterizaba al País Vasco, la economía, se ha ido a pique. "No llega capital extranjero, tenemos la mayor tasa de absentismo laboral, de conflictividad, los sueldos con muy bajos... no es un lugar atractivo para invertir. El PNV ha creado una sociedad muy de izquierdas y eso, al final, tiene sus consecuencias, a los empresarios ya no les salen las cuentas", añaden.

En las últimas elecciones en el País Vasco, que se celebraron en abril del pasado año, el PP cosechó siete diputados en el Parlamento. Uno más de los que tenía anteriormente. No obstante, la subida fue mayor en votos: pasó de 60.650 a 97.790. Con un PNV decidido a jugar la partida por la izquierda, De Andrés pretende ocupar todo el espacio de la derecha, donde Vox también tiene sitio con un escaño.

Desde el histórico resultado de Jaime Mayor Oreja, que quedó en segunda posición en 2001, los populares no han dejado de perder apoyos en el País Vasco. Ahora, iniciada la remontada, el objetivo es revitalizar las siglas del partido en uno de los territorios más hostiles. Por lo pronto, los empresarios vascos no sólo han perdido el miedo a salir en la foto con el PP, sino que secundan su discurso. 

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