Se aproxima todo un acontecimiento. El próximo miércoles 13 de noviembre, tras medio año persiguiéndola, Isabel Díaz Ayuso conseguirá una de las fotos de la Legislatura. La presidenta de la Comunidad de Madrid, el gran ariete contra Pedro Sánchez desde que llegó a Sol en mayo de 2019, asestará al presidente un golpe mediático brutal. Begoña Gómez, esposa del líder socialista, se sentará en la comisión de investigación de la Asamblea de Madrid. Y Ferraz, según las fuentes consultadas, ha impuesto a la sucursal madrileña de los socialistas cómo proceder.
El PP organizó la comisión parlamentaria el pasado mes de junio y tiene por objetivo, además de averiguar qué falló en el funcionamiento interno de la Universidad Complutense, airear los casos de corrupción que asolan al Ejecutivo, especialmente el que afecta a Begoña Gómez, investigada por sus vínculos entre la Universidad, donde dirigía una cátedra, y el empresario Juan Carlos Barrabés. El PSM tragará el sapo como pueda, consciente de que no le beneficia una imagen de su líder con la mujer del presidente, porque Ayuso la explotará llegado el momento y si termina siendo su rival. Aunque no está claro que Juan Lobato esté presente en la Asamblea ese día.
La causa que lleva el juez Juan Carlos Peinado ha ampliado la investigación sobre Begoña Gómez a dos delitos más, refrendado por la Audiencia Provincial de Madrid: apropiación indebida e instrusismo en relación al software de la UCM. Y por todo ello le preguntará el Partido Popular el próximo día 13. Gómez acudirá a la Asamblea, para regocijo de Ayuso, pero cabe esperar que se acoja a su derecho de no declarar. Aunque eso no empañará en absoluto el número montado por Sol y por el que ya suda Lobato, quien se ha limitado a decir que trabaja en coordinación con la dirección del PSOE.
En verdad, el PSM es el gran damnificado. La federación socialista lo tiene complicado, porque, como explican las fuentes consultadas en su dirección, no puede hacerle el juego al PP y tampoco puede aparecer como un mero cortesano de Ferraz. Lobato ya ha sido señalado por Moncloa precisamente por salirse del seguidismo político del Gobierno en los temas más espinosos. Sánchez cree que el desempeño de su barón es pobre tras los últimos procesos electorales. Ahora, a los socialistas madrileños les toca, a las puertas del congreso federal y regional -que se celebra poco después- 'arropar' a Begoña Gómez en un día tan delicado.
El pasado jueves, en los corrillos de la Asamblea, fue el tema principal, con el permiso del 'caso Errejón' y el declive de Más Madrid. Preguntados por el papel que van a tener el próximo miércoles, el equipo de Lobato apunta que "arroparán y mimarán" a la esposa del presidente. Un Lobato, por cierto, que ese mismo día, tiene comparecencia en el Senado, por lo que su presencia en la cámara regional está en duda. Será el equipo socialista en la Mesa de la comisión, presidido por Marta Bernardo, Jesús Celada y María del Mar Espinar, quienes den la cara.
La situación interna del PSM está algo más calmada. Pero es una guerra fría. La sucursal socialista es un hervidero de conspiraciones en las que han participado hasta seis miembros del partido con un único fin: descabezar al secretario general autonómico, Juan Lobato. La dirección federal del PSOE ha jugado sus cartas, pero no quiere que la sangre llegue al río. No a las puertas del Congreso Federal.
"Han explorado y presionado con fuerza en septiembre. Pero han visto lo que piensa la gente y los números que hay. Es violento y equivocado moverle la silla a Juan [Lobato]. Y lo saben. Otra cosa será la candidatura a la Presidencia. Ahí volverá la guerra", sintentizan fuentes de la dirección del PSM. Las fuentes consultadas admiten que la paz momentánea también obedece a una gestión de esfuerzos del propio Pedro Sánchez: "Él pasa. Tiene otros frentes más importantes", sintentizan en la dirección regional.
A saber, los nombres de los implicados en el juego de tronos son los de Fran Martín -delegado del Gobierno en Madrid-, Emma López -concejala en el Ayuntamiento de Madrid-, Javier Ayala -alcalde de Fuenlabrada y exrival de Lobato-, Javier Rodríguez -exalcalde de Alcalá de Henares-, Pilar Sánchez -exdiputada en la Asamblea de Madrid y ahora pieza clave del gabinete del Ministerio para la Transformación Digital- y José Cepeda -exsenador por Madrid afín al ministro de Presidencia, Félix Bolaños-.
Como ya contó este diario, altos cargos del partido a nivel regional están presionando a Moncloa, a Bolaños en concreto, para que controle a Lobato, quien apenas lleva tres años a los mandos de la sucursal más revoltosa del PSOE. Pero en este tiempo ya está comprobando cómo se las gastan sus compañeros. Para entender lo que pasa en el PSM hay que tener en cuenta que Lobato, un político de 39 años y con proyección, no está dispuesto a ser un mero lacayo de Ferraz. Por eso, su presencia el día D está en el aire.
Pdomingo3
11/11/2024 02:41
Igual le hacen pupita