El bloqueo en un próximo Congreso de los Diputados con cinco partidos nacionales se antoja más probable todavía que el vivido en estos tres años y medio, durante los cuales tuvo que dimitir del liderazgo del PSOE quien luego volvería y hoy es presidente, Pedro Sánchez, solo para facilitar la investidura de Mariano Rajoy y que la legislatura echase a andar; allá por octubre de 2016, repetición de elecciones mediante.
Ante semejante historial no es de extrañar que en los cuarteles generales anden ya echando mano de la calculadora para adelantarse al resultado de las urnas el 28 de abril por la noche. Y Ciudadanos, partícipe en varias de las combinaciones que arrojan los últimos sondeos, empieza a ponerse la venda antes de la 'herida' que le puede venir en aras a facilitar la "gobernabilidad" de España.
Se augura en la mayoría de los trabajos demoscópicos que un posible tripartito a la andaluza -PP y Ciudadanos con apoyo externo de Vox- no suma; Sí la hipótesis de PSOE con Podemos, los independentistas de ERC y PNV, la cual sería una reedición del bautizado por Alfredo Pérez Rubalcaba 'Gobierno Frankenstein'; o bien, un Ejecutivo de PSOE y Ciudadanos con apoyo del PNV.
"A ver quien dice que no"
Pero juntar a una formación que hace bandera de su antinacionalismo, Ciudadanos, con una nacionalista vasca, PNV, sería todo menos fácil, por más que el sector del PSOE que ve con buenos ojos esa posibilidad, insista en el siguiente argumento: "a ver quién carga con la responsabilidad de decir no" a los españoles.
Y Albert Rivera empieza a ser consciente de ello. Por eso lanzó este martes desde Galicia un aviso a navegantes: hace extensivo al PNV el 'cordón sanitario' que vale para Pedro Sánchez y los suyos, y replica que lo que no quieren los españoles son más componendas con el nacionalismo, sea el que sea.
Rivera asegura que los españoles no quieren que los nacionalistas, vascos o catalanes, sigan mandando en la política española como durante los últimos 30 años
El líder de la formación naranja se compromete, no solo a no pactar con el PNV, sino a que el nacionalismo "no pinte nada" en su Ejecutivo y que quienes "decidan y manden" sean "los españoles".
Tras verse con la cooperativa de armadores de Vigo, Rivera recalcó que, a diferencia de Pablo Casado, que "quiere pactar" con el PNV -no digamos de Sánchez-, él cierra la posibilidad de pactar con los del lendakari, Íñigo Urkullu, hasta para una hipotética investidura suya, porque los españoles están "cansados de pactos con nacionalistas".
Rivera insistió en que los gallegos "deben tomar nota de ese pacto del señor Casado con el PNV", que es "el mismo partido", ha afirmado, "que perjudica las cuotas pesqueras de Galicia, que defiende la autodeterminación para el País Vasco" y que ha sido "el socio que históricamente ha pactado con el bipartidismo".
Al partido gobernante en el País Vasco desde hace décadas le faltó tiempo para reaccionar a estas palabras. Y lo hizo por boca del responsable de Política Institucional en la Ejecutiva (EBB) del PNV, Koldo Mediavilla:
Los vascos ya estamos tranquilos. Rivera ha dicho que Ciudadanos no pactará con el PNV. No pactara con catalanes, ni con sanchez, ni con su propia militancia para hacer las listas electorales. Solo pacta con Vox en andalucia, su socio. Rivera, que portento de liberal-democrata
— Koldo Mediavilla (@Koldomediavilla) March 26, 2019
En los sectores más posibilistas del PSOE, que quieren pactar con Rivera, incluso en ámbitos del PNV, el reciente pacto con UPN en Navarra, previo reconocimiento del concierto fiscal de esa comunidad foral, se interpretó como un signo de reconocimiento de la realidad foral de ese territorio y del País Vasco; se cuestiona el cálculo del cupo anual pero no el sistema.
No obstante, las palabras de Rivera este martes en Vigo han venido a echar un jarro de agua fría sobre la expectativa de que ambas formaciones, Ciudadanos y el PNV, puedan a corto plazo compartir acción de gobierno en España.