El Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), asistente a la manifestación celebrada este fin de semana en Madrid y considerada como una organización terrorista por instituciones internacionales como la Unión Europea, es una vieja conocida de los servicios de información españoles, toda vez que en el pasado mantuvo una estrecha relación con ETA: en el año 1980, este grupo instruyó a una docena de etarras en un curso relacionado con el manejo de armas en un cursillo que se desarrolló en Yemen. El país hebreo ya ha solicitado al Gobierno de Pedro Sánchez que asuma “medidas tangibles” contra el FPLP ante su presencia en España, si bien una parte del Ejecutivo, con la ministra de Juventud Sira Rego a la cabeza, secundó la protesta que se celebró la capital.

La vinculación del Frente Popular para la Liberación de Palestina con ETA se remonta a los llamados años de plomo, en los que la banda terrorista redobló su esfuerzo por sumar más muertos encima de la mesa para obligar al Gobierno de España a asumir algunos de sus objetivos políticos. Sólo en tres años, entre 1978 y 1980, los comandos etarras acabaron con la vida de 244 personas.

La cúpula de ETA insistía en la necesidad de que sus pistoleros fuesen aún más eficaces en su propósito letal. Por eso estableció vínculos con algunas organizaciones internacionales asociadas a ideologías de extrema izquierda que combatían contra regímenes, dictaduras o gobiernos en diferentes partes del mundo. El objetivo no sólo era compartir ideas y conocimientos, también pasaba por instruir a los comandos etarras en escenarios alejados del control policial y donde pudiesen emplear armamento difícil de encontrar en territorio nacional.

Uno de esos grupos fue el Frente Popular para la Liberación de Palestina. Así lo revela el investigador Florencio Domínguez en su tesis ETA: Estrategia Organizativa y Actuaciones 1978-1992, disponible en el archivo de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU). En este documento se especifica que la instrucción de los etarras a manos del FPLP tuvo lugar entre febrero y marzo de 1980, en un curso de sesenta días.

El dirigente de ETA Javier Larreátegui Cuadra, alias Atxulo, siguiendo las órdenes de Josu Urrutikoetxea, más conocido como Josu Ternera, mantuvo los contactos con el Frente Popular para la Liberación de Palestina. Doce miembros de la organización terrorista volaron de Bruselas a Adén, la capital de Yemen, haciendo escalas en Roma y Beirut.

Una vez aterrizados en el país arábigo, se desplazaron a un campo de entrenamiento ubicado a unos cien kilómetros de distancia. Allí se les instruyó en el uso de armas automáticas y semipesadas, así como en prácticas de tiro con morteros.

Cuatro de los etarras que participaron en el curso de formación organizado por el FPLP, José Manuel Arzalluz Eguiguren, Juan Ignacio Urrutibeascoa, José Antonio Aguirrebarrena Ruiz de la Cuesta y Juan Carlos Yurrebaso Atutxa, fueron detenidos en Ámsterdam por la policía holandesa cuando regresaban de Yemen. El resto de terroristas de ETA instruidos en Yemen se incorporó a comandos tan sanguinarios como los Araba, Goierri y Donosti.

La actividad del FPLP en España

La historia del Frente Popular para la Liberación de Palestina también cuenta con algunos episodios que discurrieron en territorio español. El investigador Gaizka Fernández-Soldevilla recoge en su libro El terrorismo en España los acontecimientos que tuvieron lugar en septiembre de 1975, cuando un comando presumiblemente cercano al FPLP asaltó la Embajada de Egipto en Madrid para protestar contra el acercamiento diplomático de El Cairo a Israel. Los terroristas tomaron rehenes, entre ellos el embajador, a los que utilizaron como escudo. Tras una negociación, la célula se trasladó al aeropuerto de Barajas, donde un avión los trasladó hasta Argel.

El siguiente episodio tiene lugar en Madrid, en marzo de 1982, fecha en la que fue asesinado Nabil Aranki Wadi, corresponsal de prensa y militante del FPLP, según indica Fernández-Soldevilla en la misma obra. Aunque el régimen sirio acaparó titulares como posible autor del atentado, los acontecimientos nunca fueron esclarecidos. Poco después, en abril de ese mismo año, el agregado cultural de Siria en España repelió con su propia arma un intento de asesinato. Este ataque quedó igualmente en una nebulosa que nunca fue del todo resuelta.

La Unión Europea y naciones como Estados Unidos o Canadá consideran al Frente Popular para la Liberación de Palestina como una organización terrorista, implicada en episodios como los secuestros de varios aviones comerciales que sobrevolaban el espacio aéreo europeo, o los ataques con granada contra embajadas israelíes.

Roces entre España e Israel

Esta organización es la misma que el pasado sábado participó en una manifestación en apoyo a Palestina y contra Israel que discurrió por las calles de Madrid, con autorización de la Delegación del Gobierno. El país hebreo solicitó al Gobierno de España que tomara medidas contra la presencia del FPLP en nuestro país.

No es la primera vez que desde el entorno de Tel Aviv acusan al Ejecutivo de Pedro Sánchez de permitir la actividad del grupo palestino, toda vez que en octubre, poco después de la cadena de atentados perpetrados por Hamás en las inmediaciones de la Franja de Gaza, solicitaron que dejase de subvencionar a una serie de organizaciones y colectivos a los que consideraban afines al Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP).

Una parte del Gobierno, la representada por Sumar, obvió la petición de Israel y decidió participar de forma activa en la manifestación celebrada este sábado en Madrid, con la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, tras una de las pancartas, acompañada de otros dirigentes de Izquierda Unida.

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