“En la Moncloa están indignados con Garzón. Le quieren defender para dividir a Unidas Podemos, pero ahora lo tienen más difícil. Podemos va a por él”. Así resumen fuentes del PSOE y de Unidas Podemos la situación del ministro de Consumo, Alberto Garzón, quien el pasado viernes tensó la cuerda institucional como nunca. Afirmó que el Rey Felipe VI “maniobra contra el Ejecutivo” y entre los partidarios de Garzón creen que así se puede blindar ante un posible cese al ser señalado por la derecha.
El pulso institucional lanzado directamente desde el Ejecutivo ha creado un profundo terremoto interno en la coalición. La primera reacción en caliente de la Moncloa fue de “profundo enfado”, desvela una fuente ministerial del Gobierno de Pedro Sánchez.
Pasado el fin de semana, la rabia se mantiene. A la vez, se ha impulsado una maniobra de fuego amigo en Podemos para cargarse a Garzón. El líder de Izquierda Unida está enfrentado a Enrique Santiago por el control del partido. Santiago, hombre de máxima confianza de Pablo Iglesias, quiere asaltar IU para avanzar hacia la fusión con Podemos, como desveló Vozpópuli. Garzón intenta defenderse, consciente de que si pierde el control de IU su futuro político sufrirá un revés.
Guerra interna en IU
El secretario de Organización de IU, Ismael González, pareja de Sira Rego, cabeza de lista de IU para el Parlamento Europeo, ha activado en los últimos días y por orden de Garzón una ofensiva contra los sectores que le quieren sustituir. Sus emisarios se mueven en las Comunidades Autónomas para saber quién está con él y quién se alinea con Santiago y Amanda Meyer, candidata del pablismo para el nuevo curso de IU.
En este contexto de guerra interna hay que leer el mensaje de Garzón del pasado viernes contra Felipe VI. “A Alberto Garzón le ha salido bien la jugada. Se blinda como ministro. Es muy difícil que le acaben echando cuando tiene a toda la derecha bramando contra él”, deslizan fuentes de Podemos para explicar el porqué de las frases del ministro.
Garzón mantuvo a lo largo de los últimos días una serie de reuniones con sus personas de confianza. En dichos encuentros les propuso luchar apostando por un perfil marcadamente republicano. No todos estuvieron de acuerdo con este enfoque. Pero el ministro ha decidido seguir con su plan, que según algunas fuentes de IU acabará costándole el ministerio.
Relación rota con Iglesias
Hasta ahora en la Moncloa y en el PSOE se ha considerado a Garzón como un ministro “útil” para su interés de reducir la influencia de Podemos. Todos, absolutamente todos, en el PSOE, en el Gobierno, en Podemos y en Izquierda Unida saben que la relación personal entre Garzón e Iglesias está caducada.
Llevan alejados meses, concretamente desde la negociación encubierta con el PSOE en verano de 2019. Y los temores del entorno de Garzón, confirmados por algunas fuentes socialistas, es que Iglesias considera que ha llegado el momento de cesar a su viejo compañero de partido (ambos militaban en las juventudes comunistas).
"En Podemos van a por él", aseguran fuentes moradas del Ejecutivo. El entorno de Iglesias, de hecho, mantiene las distancias de Garzón. Incluso cuando el pasado viernes el Vicepresidente escribió un tuit, que los observadores pocos agudos consideraron un respaldo al ministro de Consumo. Nada de todo eso.
El entorno del vicepresidente remarcaba que el mensaje de Iglesias había sido “medido”. Públicamente ningún ministro de Podemos ha asumido como propio el tuit del ministro de Consumo. Intentaban centrar el tiro de la polémica en la renovación del Consejo General del Poder Judicial (el mensaje de Iglesias apuntaba a esa renovación), y la salida de tono de Garzón rompió su proyecto.
Renovación del CGPJ
Los morados creen que “la crisis de la Monarquía” favorece a Iglesias. Pero la prioridad política de la formación es la renovación del CGPJ. Podemos quiere un recambio de jueces para intentar resolver los problemas judiciales que afectan al partido y afianzar la mayoría de la moción de investidura, que consideran el único pilar de su acción.
En este sentido, algunos en Podemos deslizan que el ataque de Garzón fue “contraproducente”. Tuvo el efecto indeseado de mover el debate público hacía Felipe VI, mientras que todos los esfuerzos tenían que dirigirse en deslegitimar a Carlos Lesmes, que lleva dos años en función como presidente del Supremo y del CGPJ.
Juan Carlos Monedero, fundador de Podemos todavía alineado con la dirección morada, lo dejó entender el pasado lunes: “Caducado Lesmes aguanta porque quiere colocar en la sala penal del Supremo, donde se juzga al PP, a jueces afines. ¿Entendemos el ¡Viva el Rey!?”.
En el medio del fuego cruzado, Garzón intenta sobrevivir. No lo tendrá fácil, aseguran fuentes gubernamentales. El PSOE lo quiere defender, pero su acusación el pasado viernes de que el Rey organiza una conspiración contra el Ejecutivo rompió todos los puentes.
