El Gobierno se prepara para dar el paso más importante de la legislatura. Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) son la clave de su supervivencia. De ello no duda nadie en La Moncloa. En el cuartel general de Pedro Sánchez hay debate sobre si dar ese paso este año y entrar en otro escenario político, pero algunos temen resbalar. Los plazos obligan al Ejecutivo a empezar las negociaciones cuanto antes para tener listo el anteproyecto de ley en septiembre.
Los estrategas de La Moncloa estudian plantear el acuerdo presupuestario como un 'pacto de Estado' para que pueda ser avalado por una parte de la oposición. Es decir, algo que trascienda la situación actual y se enmarque en un gran proyecto de reconstrucción nacional, explican fuentes gubernamentales. “Con la covid-19 todo ha cambiado y la situación política también es nueva”, resume un miembro del Gobierno para explicar cómo en la crisis actual existe una oportunidad que se llama Presupuestos.
La clave es que si el Ejecutivo logra superar el escollo presupuestario podrá avanzar con más soltura hasta el cierre de la legislatura, o por lo menos hasta que Sánchez decida convocar elecciones. "En el nuevo escenario político, si sacas los Presupuestos no hará falta volver a negociarlos cada año", remarcan desde el Ejecutivo de Sánchez y Pablo Iglesias.
El Gobierno tiene tiempo hasta finales del próximo septiembre para anunciar el anteproyecto de ley. El ministerio de Hacienda, liderado por María Jesús Montero, está trabajando en ello.
¿Otro año con Montoro?
Después de dos años de retoques a las cuentas del exministro de Hacienda Cristóbal Montoro (PP), para muchos seguir así en "insostenible". Las fuentes consultadas reconocen que en el equipo de Sánchez existen dudas sobre si esperar un año más, utilizando de excusa el caos del coronavirus. Sin embargo, muchos creen que no trazar un presupuesto para 2021 se interpretaría como una señal de debilidad. Y recuerdan que de cara a la UE es necesario redactar una hoja de ruta económica actualizada.
Para que Sánchez pueda sacar adelante las cuentas de 2021 necesita el apoyo de ERC o de Ciudadanos. Los sherpas socialistas (sobre todo José Luis Ábalos y Adriana Lastra) están en contacto permanente con ambas formaciones. Incluso Podemos, que comparte la tesis de unos presupuestos como pacto patriótico nacional, ha declarado su apoyo a la nueva entente cordiale con Arrimadas, aunque prefiere el partido de Oriol Junqueras.
Los morados se decantan por volver al "bloque de la moción de censura a Rajoy". Se consideran el "puente" con el mundo independentista y no quieren perder ese rol. Pero saben que la supervivencia del Ejecutivo es la prioridad. Siempre y cuando eso implique seguir en el poder.
Los naranjas de momento defienden la línea trazada por Arrimadas, que se resume con el lema “haremos lo que sea mejor para España”. Pero el jueves ERC también lanzó mensajes de distensión. Gabriel Rufián afirmó que se puede dialogar y que los republicanos pueden volver a la abstención en la votación sobre el estado de alarma de esta semana. Los populares, en cambio, se alejan de los socialistas, empujados por los buenos resultados de las encuestas.
Presupuestos patrióticos
La ventaja para Sánchez es que de momento se están abriendo dos puertas para negociar los presupuestos. El problema es que se trata de partidos en teoría incompatibles, con la preocupación de que un error en la búsqueda del nuevo socio puede llevar al fracaso de la negociación, y, de ahí, al fin del Gobierno.
En ese duda hamletiana el apoyo de Ciudadanos resulta más ventajoso de cara al sector empresarial y ante Bruselas. Y en la sala de máquina del Ejecutivo se está pensando ofrecer a los naranjas una idea presupuestaria como parte de la recuperación económico-social de la nación. Si la iniciativa sale adelante, Sánchez empezaría a dejar atrás la imagen de debilidad en la pandemia.
Todos coinciden en que la clave será avanzar de manera paulatina para evitar pasos en falsos. Si, de hecho, Sánchez plantea una negociación paralela Ciudadanos-ERC, lo más probable es que ambos partidos se descuelguen. Eso convertiría ese planteamiento en su mayor error político. Si en cambio sale la ecuación, será más fácil llegar al final de la legislatura, o interrumpirla cuando Sánchez lo desee. "El Presidente debe elegir entre Ciudadanos y ERC", admiten las fuentes consultadas.