El Gobierno se jacta de las dos citas del empresario Juan Carlos Barrabés con Pedro Sánchez y su mujer, Begoña Gómez, de quien es socio, en la sede de la Presidencia. Moncloa se inventa ahora que la agenda del presidente del Gobierno "nunca es secreta". "La agenda del presidente es pública y privada, pero nunca es secreta", ha intentado zanjar este martes la ministra portavoz, Pilar Alegría.
Lo cierto es que los detalles de las personas que acceden al Palacio de la Moncloa se anotan en un registro que no es público. En esta ocasión, ha trascendido el encuentro de Barrabés en sede judicial, en respuesta a las cuestiones del togado encargado de la investigación. Sin ello, no se hubiera conocido.
El Ejecutivo utiliza el argumentario socialista para defender los dos encuentros del presidente con el empresario. E insiste en que no hay caso. "Son constantes las reuniones del presidente con empresarios. En el caso de Barrabés, es un empresario conocido, pionero y precursor del comercio electrónico que también se ha reunido con máximos dirigentes de todos los partidos", ha defendido Alegría.
La ministra portavoz ha recurrido al famoso "no hay caso" que el PSOE lleva haciendo suyo desde que trascendió el escándalo. "Todos conocemos el sentido de la denuncia que pusieron estas organizaciones de ultraderecha [en referencia a Manos Limpias y Hazte Oír]. Conocemos los dos informes de la UCO de la Guardia Civil que trasladan que no hay nada. Son dos informes que han desmontado los bulos y las mentiras con las que se realizaron estas denuncias".
Este mismo lunes, el PSOE evitó responder por qué Begoña Gómez estuvo con su marido y presidente del Gobierno junto al empresario Barrabés en el Palacio de la Moncloa. El propio empresario declaró este lunes ante el juez que se vio en dos ocasiones con el matrimonio en la sede de la presidencia del Gobierno. Pero en la planta noble de Ferraz se defiende la normalidad de estos encuentros y se defienden con el argumento de que los tres "se conocen".
Fuentes presentes en la testifical de Barrabés consultadas por Vozpópuli precisan que el empresario, que compareció por videoconferencia debido a sus problemas de salud, dijo que conoció a Pedro Sánchez en 2015, cuando todavía le quedaban tres años para llegar a la Moncloa. Tras ello estableció contacto con Begoña Gómez, a quien ahora investiga un juzgado de Madrid por presunto tráfico de influencias y corrupción en los negocios.
Ferraz y por ende Moncloa, intenta opacar el asunto y restarle peso informativo, porque lo cierto es que el recorrido judicial que está enfrentando Gómez, tome el camino que tome, ya hastía en el PSOE y en el Gobierno, que se ven incapaces de cambiar la agenda. La investigación que está llevando a cabo el juez Juan Carlos Peinado, quien tomará declaración a Begoña Gómez este viernes, es, para el PSOE, la "constatación" de que la derecha mediática, política y judicial, "intenta que la mujer del presidente se quede en casa con la pata quebrada".