El PSOE tiene un problema en Navarra con la legislación sobre el euskera. En el Gobierno presidido por María Chivite conviven los socialistas y sus socios de Geroa Bai, Podemos e IU. Este martes los primeros aplaudían una decisión judicial sobre la regulación del euskera que deja en evidencia precisamente a los segundos. El propio Ejecutivo navarro todavía no tiene una postura oficial mientras espera otra sentencia judicial que previsiblemente será otro varapalo para sus actuales socios. Se da la circunstancia, además, de que la principal responsable de la decisión ahora tumbada por los tribunales, la consejera Ana Ollo, continúa hoy en el Gabinete de Chivite con el mismo cargo.
Este galimatías sobre el euskera no es baladí, sino que afecta a uno de los asuntos más controvertidos y sensibles de la política navarra. En 2017 el gobierno cuatripartito entonces liderado por Uxue Barkos sacó adelante un polémico decreto que incluía dar más puntos en las oposiciones a quienes conozcan la lengua citada.
Según sus hacedores, el célebre Decreto Foral 103/2017 tenía como objetivo facilitar que en el futuro los ciudadanos navarros pudieran ser atendidos en euskera cuando acudiesen a la administración. Según sus detractores, era un caso de discriminación hacia quienes quisieran opositar pero no conocieran el citado idioma. Ahora, el TSJ de Navarra ha dado la razón en gran medida a los segundos.
El PSN aplaude...contra sus socios
El PSOE navarro estaba entre quienes criticaban aquel decreto. Sin embargo, ahora gobierna con quienes lo auspiciaron, porque entre sus socios están Geroa Bai, Podemos e IU. Estos tres partidos gobernaban junto a Bildu en la anterior legislatura. Una vez conocida la sentencia de este martes, el PSN sacaba pecho por la decisión judicial mientras sus aliados la criticaban por ser injusta a su juicio.
Así, el secretario de Organización del PSN, Ramón Alzórriz, aplaudía en un comunicado que la sentencia del TSJN "corrobora la postura del PSN, que lo entendía como discriminatorio y contrario a la realidad sociolingüística". Además, recordaba que el PSN consideró que el decreto "vulneraba la igualdad de oportunidades en el acceso a la Función Pública". Para el futuro, abogaba por "buscar consensos".
Un Gobierno sin opinión...
La propia Barkos, socia preferente del Gobierno de Chivite y que era presidenta del ejecutivo cuando se aprobó el polémico decreto, afirmaba no compartir "en absoluto" una decisión judicial que a su juicio "empobrece a Navarra". Como los propios socios tienen opiniones tan dispares, el Gobierno de Navarra todavía no tiene una opinión.
El portavoz del Gabinete y consejero de Presidencia, Igualdad, Función Pública e Interior, Javier Remírez, decía este martes que el Ejecutivo va a esperar a conocer otra sentencia que debe dictarse sobre el euskera en la administración a raíz de un recurso del sindicato Afapna para "hacer un análisis y tomar las decisiones oportunas". "En cuanto tengamos esa posición se lo comunicaremos y lo haremos público".
...pero con la misma consejera
El caso demuestra la división en el seno del propio Ejecutivo navarro. Se da la circunstancia de que la principal responsable política del decreto ahora tumbado por los tribunales sigue en el actual Gobierno de Navarra. La entonces consejera de Relaciones Ciudadanas era Ana Ollo, de Geroa Bai. Y ella misma sigue al frente de esa consejería, con competencias en este materia.
Ollo es una de las supervivientes del Gobierno de Barkos que sigue con el mismo cargo en el Gobierno de Chivite. La consejera decía este martes que el Ejecutivo foral estudia interponer un recurso contra la decisión del TSJN. Pero al mismo tiempo el citado 'número dos' del PSOE, Alzórriz, decía que "la sentencia del tribunal no tiene opción de ser recurrida porque es clara y contundente".
¿Y ahora qué pasará?
La gran duda estriba en saber qué pasará una vez que se conozca también la segunda sentencia, que podría ser otro varapalo para los socios del PSOE. El Gobierno de Chivite repite que quiere buscar "más consenso" en la legislación sobre el euskera. En el acuerdo programático que firmó con sus socios ya se decía que se buscará un "mayor consenso" entre las diferentes fuerzas políticas en materia de euskera.
Más allá de las apelaciones al consenso, el PSOE tiene que elegir. O se alinea con las tesis de sus actuales socios y de Bildu o se acerca más a las posiciones de Navarra Suma y de diferentes sindicatos a los que la justicia ha dado la razón. En un tema tan sensible y con opiniones tan contrarias, ese "consenso" se antoja harto complicado.