Vox se muda a las antiguas oficinas del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 3 de Madrid. La nueva sede nacional de la formación que dirige Santiago Abascal estará en el número 12 de la calle Bambú a partir de octubre, según indicaron fuentes de Vox a Vozpópuli.
El partido conservador ha alquilado este edificio de cinco plantas, 2.160 metros cuadrados, un semi-sótano y 15 plazas de aparcamiento exteriores, con el objetivo de ahorrar un 30% del gasto mensual que destinaba hasta el momento con sus diferentes oficinas y el alquiler de salas para dar sus ruedas de prensa.
La intención de Vox es que el alquiler se sufrague con las cuotas de los afiliados sin recurrir a préstamos bancarios, según las citadas fuentes. El edificio se renovó íntegramente en 2017, tras el cierre de los mencionados juzgados, y cuenta con dos ascensores en su interior. Una vez que esté abierta la sede, la intención de Vox es colocar una gran bandera de España en la fachada y el logo verde del partido.
El portal inmobiliario Belbex oferta en 22.644 euros al mes este edificio que se encuentra en el distrito de Chamartín, a poca distancia de la estación de trenes del mismo nombre, del Paseo de la Castellana y con fácil acceso a las carreteras M-30, M-11 y A-1. Además, tiene muy cerca la estación de metro de Bambú (línea 1). Otra web de alquileres, Invafi, ofrece una selección de fotografías del inmueble y de su entorno.
El secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, adelantó el pasado lunes en esRadio que la nueva sede alojará las direcciones nacional y autonómica, al tiempo que incluirá dependencias para sus eurodiputados cuando se encuentren en Madrid.
Sus actuales oficinas están en el distrito de Chamberí y ya ha sufrido algún ataque con pintadas. Además, la citada sede se les ha quedado pequeña tras la representación parlamentaria obtenida en las Cortes Generales (24 diputados), el Parlamento Europeo (3) y en la Comunidad de Madrid.
Este traslado se enmarca en un plan de reorganización del partido que, según Ortega Smith, responde a una "necesidad de profesionalización", dado que son una formación que nació "con un 95% de personas que no venían del mundo de la política" y no tenían experiencia. "Hemos tenido un crecimiento muy rápido que se ha visto interferido, en cuanto a las necesidades organizativas, en todos los procesos electorales en los que no hemos visto incursos", señaló.
En agosto de 2017, Vox contaba con cerca de 3.500 afiliados y menos de una decena de concejales repartidos por pequeños pueblos en diferentes provincias españolas. Tan solo dos años después, sus militantes superan los 50.000 y el partido está presente en el Congreso, el Senado, el Parlamento Europeo, varios parlamentos autonómicos y cuenta con más de 500 concejales.
60 personas en nómina
En los próximos meses habrá en nómina del partido responsables de organización territorial que se ocuparán de dos o tres provincias exclusivamente. "Esto creemos que en poco tiempo va a dar muy buenos resultados", subrayó Ortega-Smith, que además de secretario de Organización es concejal en el Ayuntamiento de Madrid, diputado en el Congreso y abogado del partido.
El segundo foco de este programa pasa por la formación de sus dirigentes, tanto locales como autonómicos y nacionales. Muchos de ellos han llegado a las instituciones sin prácticamente experiencia política previa, por lo que serán instruidos en asuntos como organización, propaganda o comunicación pública.
Además, con este nuevo impulso Vox pasará de contar con una plantilla compuesta prácticamente por voluntarios, con solo cinco o seis personas con sueldo del partido, a tener en nómina a entre 50 y 60 personas en toda España. "Comparado con otros partidos es algo aún muy pequeño, pero va a haber un salto cualitativo a partir de septiembre", señaló el secretario general, que está al frente de esta reorganización.