España

Pompeyo, el 'unabomber' español que difundía propaganda rusa y tenía un cuadro de Lenin

La Policía Nacional investiga si el jubilado residente en Miranda de Ebro (Burgos) detenido por el envío de las cartas bombas estaba en contacto con círculos de exaltación del comunismo y la Unión Soviética

  • Agentes de la Policía Nacional se llevan a Pompeyo. -

La Policía Nacional investiga si Pompeyo G.P., el jubilado 'unabomber' residente en Miranda del Ebro detenido por el envío de cartas bomba estaba en contacto con círculos de exaltación del comunismo y la Unión Soviética, según informan fuentes policiales a Vozpópuli. Este exfuncionario consumía y divulgaba propaganda prorrusa en redes no comunes. Los agentes se encontraron que este septuagenario tenía un poster de La Pasionaria y un cuadro de Lenin en su casa.

Este hombre, de 74 años y sin antecedentes, pasará este viernes a disposición judicial en el Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional. Pompeyo ha dormido dos noches en Madrid tras el registro a su vivienda en la calle Claveles de Miranda de Ebro (Burgos). Estas fuentes destacan que el jubilado se encuentra totalmente desubicado. En los primeros momentos del registro necesitó una asistencia sanitaria ya que confesó que no se encontraba en buen estado.

Llavero del Che y cuadro de Lenin

Los agentes de la Brigada Provincial de Información de Madrid, con el apoyo de la Comisaría General de Información, fueron los encargados de concretar las diligencias. En la vivienda localizaron diversos materiales para elaborar nuevos artefactos y componentes informáticos, que aún están siendo estudiados.

Una de los detalles que los policías hallaron en la casa de este jubilado es un póster de La Pasionaria y un cuadro de Lenin. También habían recortes de periódico referidos a noticias de atentados de la banda terrorista ETA. "Tiene un perfil muy muy comunista", agregan estas fuentes. Este hombre se consideraba como un nostálgico de la Unión Soviética. Tenía un llavero del Che Guevara y ejemplares de la revista Granma, redactada por el órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

Foros privados de prorrusos

Además, este jubilado, que no tenía antecedentes, era muy activo con las redes y, según los investigadores de la Policía Nacional, tiene conocimientos técnicos e informáticos. Las fuentes consultadas explican que no contaba con perfiles ni redes normales. Es decir estaba inmerso, consumiendo y difundiendo, en grupos con mensajes prorrusos.

Este hombre solitario, no tenía hijos ni pareja y tampoco era muy conocido por sus vecinos, había reconducido su vida tras jubilarse de su puesto como funcionario en el Ayuntamiento de Vitoria en el año 2013. Se creó un canal de Youtube, donde explotó sus dotes con las nuevas tecnologías.

Pompeyo usaba drones para captar imágenes y vídeos de Miranda de Ebro (Burgos). Esa era una de sus pasiones. También seguía a otros usuarios que proporcionaban información sobre la guerra de Ucrania. Esos canales difunden informaciones prorrusas. Esa es la principal vía de investigación de los agentes del entorno de Pompeyo. Creen que este jubilado quería expresar su enfado por el apoyo de España al conflicto bélico y tenía simpatía por las ideas rusas.

De hecho, las fuentes consultadas por este medio descartan a fecha de hoy que el investigado haya tenido colaboradores o que detrás de él se encuentre la inteligencia rusa, como así lo apuntó este mismo domingo el diario The New York Times. Los sobres, el sello y unas imágenes de unas cámaras de seguridad sirvieron a los especialistas para dar con un individuo que, entre las primeras cábalas, no cumplía con el perfil que cabía imaginar: un jubilado de nombre Pompeyo que, a sus 74 años, no contaría con el apoyo directo de una estructura organizada y que residía en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro.

Semanas detrás de Pompeyo

Los hechos ocurrieron entre finales de noviembre y principios de diciembre del año pasado. Primero se tuvo conocimiento de que un paquete había provocado heridas en un trabajador de la embajada ucraniana en Madrid. Acto seguido, Moncloa informó de que Pedro Sánchez recibió una carta similar, que no produjo ningún tipo de daño material. Y en las horas posteriores se registraron episodios idénticos en la base aérea de Torrejón de Ardoz, en el Ministerio de Defensa, en dependencias de la empresa Instalaza -ubicada en Zaragoza y dedicada a la fabricación de armamento- y en la embajada de Estados Unidos.

La cadencia de los envíos y la sensibilidad de los destinatarios, así como la alarma pública que suscitaron las noticias, llevaron al Ministerio del Interior a extremar las medidas de seguridad, reforzando los dispositivos en oficinas diplomáticas e infraestructuras públicas. De forma paralela, y bajo el sigilo que requería la investigación, agentes de la Policía Nacional iniciaron sus pesquisas para tratar de dar con el autor. Una realidad que se ha concretado tan solo dos meses después. Los policías llevan desde hace semanas con el foco en este jubilado. Para evitar una nueva remesa de envíos decidieron actuar.

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