El excomisario José Villarejo está desde ahora un paso más cerca del banquillo de los acusados y de ser juzgado por espiar presuntamente a un despacho de abogados. El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón considera que hay indicios para mantener su imputación en el marco de una de las piezas separadas de la causa llamada Iron.
El polémico mando está acusado de los delitos de cohecho y tráfico de influencias. En un auto al que ha tenido acceso Vozpópuli, el juez archiva las actuaciones contra varios policías investigados por filtrar datos confidenciales como le propuso la Fiscalía anticorrupción, que da por concluida la investigación de esta parte de la trama.
En la pieza Iron se investiga la contratación de Villarejo cuando todavía estaba en activo en la Policía por parte de un despacho de abogados llamado Herrero y Asociados. Esta firma de letrados quería investigar a unos extrabajadores suyos que habían montado un despacho propio y sospechaban que se habían llevado información sobre clientes.
Iron es un claro ejemplo, a juicio de los investigadores, de las actividades por las que Villarejo lleva en prisión preventiva desde hace más de dos años. Cobraba grandes beneficios de clientes adinerados a cambio de hacer investigaciones privadas. El valor añadido de Villarejo era su acceso a las bases de datos policiales privadas, concretamente a las de la Comisaría General de Información donde estaba destinado el comisario también investigado, Enrique García Castaño, conocido como el Gordo.