Algunos en el PSOE comienzan a ver los riesgos de la investidura del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. La cita, que arrancará el próximo 26 de septiembre, promete amargar el comienzo del curso al presidente del Gobierno. "Feijóo quiere llevar el balón durante un mes donde la gente se vuelve a conectar. En agosto, el debate pasaría desapercibido. El PP quiere dejar claro que ha ganado las elecciones y llevar la iniciativa. El arranque del curso es suyo", explica a este diario un destacado socialista.
Fuentes oficiales de Ferraz aseguran que la fecha elegida "está en el tiempo habitual, días arriba o abajo". "Es lo que [Feijóo] pedía. Él sabrá", zanjan. Lo cierto es que la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, ha atendido la petición del líder del PP, quien ya este martes, tras su despacho con el Rey, pidió tiempo para someterse al examen en la Cámara pese a que previsiblemente no vaya a lograr su confianza. Y es que el jefe de Génova quiere empezar el próximo lunes su particular ronda de contactos con los grupos parlamentarios. En su plan está sentarse con todos, excepto Bildu, para conocer su posición. Y de paso marcar la agenda política durante el inicio del curso.
"La opción de una investidura rápida para el PP tenía la intención de acortar los tiempos de negociación a Sánchez. Pero en el PP pueden creer que el acuerdo con Junts puede estar avanzado y que, desde agosto, habría dos meses en los que daría tiempo a cerrarlo. Imagino que piensan que si les dan tiempo, las condiciones para la investidura irán incrementándose por unos y otros por lo que, o no habrá investidura, o está tendrá un coste cada vez más alto para nosotros", explican fuentes del PSOE.
La clave Puigdemont
El PSOE cambió esta semana de estrategia y decidió dejar al PP 'inmolarse' en el Congreso por el difícil encaje legal de la amnistía para los condenados y procesados del procés que exigen las fuerzas independentistas catalanas (ERC y Junts). Ferraz y Moncloa necesitan tiempo y, de paso, quieren "quemar definitivamente a Feijóo", como explican fuentes que conocen bien al presidente. De manera que todo este mes por delante no deja de ser un parón para que Moncloa ate todo lo que el independentismo está pidiendo para dar luz verde a la investidura.
Cabe recordar que, como contó este diario, el Gobierno admite que la amnistía forma parte de las conversaciones para formar un Ejecutivo. Unas conversaciones que se están llevando "al más alto nivel", según fuentes gubernamentales. Lo cierto es que Moncloa parece dispuesta a jugar ahora con una calculada ambigüedad mientras se difunden supuestas reclamaciones y exigencias paralelas de Junts más allá de la amnistía y el referéndum de autodeterminación.
No obstante, el mantra que repiten el Ejecutivo y el PSOE es el compromiso tácito de que no se negociará nada con Junts que esté "fuera de la Constitución". Aunque en el Gobierno hay fuentes que recuerdan que en "en el derecho todo es posible". Lo cierto es que Sánchez se siente legitimado para seguir con su política de distensión en Cataluña. Los números del 23-J son el aval del Ejecutivo, según el PSOE. Y es que el PSC fue la primera fuerza por primera vez desde 2008. Los socialistas catalanes pasaron de 12 a 19 escaños gracias 1,2 millones de votos -418.000 más que en 2019-.
La sospecha del PP
La fecha elegida por la presidenta del Congreso, Francina Armengol, para la investidura de Alberto Núñez Feijóo ha sido recibida de forma positiva por parte del PP, que considera "lógico" otorgar al candidato a la presidencia del Gobierno un margen de un mes para dar a conocer su proyecto político a los diferentes partidos en la Cámara -a excepción de Bildu-.
Los populares reivindican el "deber" de Feijóo de "explicarse" ante todos los grupos, aunque destacan
que, a diferencia de Pedro Sánchez, no va a pedir el apoyo en la investidura a ERC y Junts. Dos
partidos que, en opinión de los cargos del PP consultados, sí han podido influir en la decisión de
Armengol de fijar la investidura los días 26 y 27 de septiembre. Informa Jesús Ortega.
En este sentido, las fuentes consultadas recuerdan que el debate se producirá apenas 15 días
después de la Diada en Cataluña (11 de septiembre), una fecha marcada en rojo por los partidos independentistas para exponer sus exigencias a Sánchez e hinchar el sentiminento secesionista. Con la investidura de Feijóo en el horizonte, afirman, "esas reivindicaciones quedarán tapadas, pero Sánchez sabrá lo que quieren y empezará a negociar con ellos de forma discreta".
De esta forma, concluyen en la sede nacional de Génova, "mientras Feijóo se prepara la investidura, Sánchez se trabajará, con más tiempo, los apoyos de ERC y Junts por si tiene la oportunidad de presentarse después él como candidato ante el Congreso".
Termopidas
Señores periodistas..la clave no es Puigdemont..la clave es PNV...
Tony010
Gran descripción del personaje. Lo malo es que le votan unos cuantos millones. Encandila a los suyos. Miente como un bellaco, pero es un perfil que tiene difícil continuidad a poco que no manipulen las elecciones.
Reliable1
Chapeau!