El presidente del Gobierno acudirá al desfile de la Fiesta Nacional con cierta tranquilidad. No le llamarán 'cobarde' ni 'tibio'. Ese era el temor en algunos círculos de su entorno tanto familiar como del Gobierno. El anuncio de la aplicación del artículo 155 de la Constitución ha tranquilizado las aguas de los sectores más críticos con la actuación del presidente frente al golpe de Estado en Cataluña.
"Irá más tranquilo, no le tacharán de débil o de pusilánime", comenta un dirigente del PP, consciente de los riesgos que entraña ese momento. Seré el desfile con mayor afluencia de los últimos años, de acuerdo con las previsiones del ministerio de Defensa. Se ha ampliado el trayecto para dar acogida a más público. Serán casi dos kilómetros entre la plaza de Cuzco y Fernández Villaverde.
Las menciones a Rivera
Rajoy ha tenido buen cuidado en mencionar el artículo 155 tras la decisión del Consejo de Ministros extraordinario de efectuar un requerimiento al presidente de la Generalitat para que aclare lo sucedido en el pleno del 'Parlament' del pasado miércoles. El 155 ha echado a andar, al menos en la fase del preámbulo, que, de acuerdo con la Constitución, exige este trámite de requerir un cambio de actitud al jefe del Gobierno autonómico que esté incurriendo en alguna irregularidad.
Rajoy no podía ir al desfile o la recepción de Palacio con ese ambiente tan hostil, sin haber movido un dedo contra el aquelarre separatista"
Las quejas hacia el comportamiento del presidente del Gobierno habían subido de tono entre militancia y dirigentes de su partido en estos últimos días. La sublevación del separatismo catalán ha ido en aumento hasta límites inconcebibles desde el pasado 6 de septiembre. La irritación creciente llegaba hasta las puertas de los despachos de Génova desde todos los puntos de España. La 'chulería' de los golpistas no encontraba la respuesta requerida en el Gobierno. "Rivera se está comportando como se debe, nos está dando ejemplo", señalaban muchos de estos mensajes en elogio hacia el líder de Ciudadanos.
El 155 parece haber actuado como un antídoto contra los pitidos y los insultos, confían en el PP. "Alguna queja se escuchará", mencionan. En las redes siguen circulando reproches hacia Mariano Rajoy desde las filas populares. Algo que ha decaído en estas horas. "Rajoy no podía ir al desfile o la recepción de Palacio con ese ambiente tan hostil, sin haber movido un dedo contra el aquelarre separatista", señalan estas fuentes. "El Rey cumplió a la perfección, pero el presidente estaba inédito", añaden. Al menos algo ha cambiado.