La foto. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha logrado este martes su ansiada imagen junto al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para intentar contrarrestar su deriva interna. Ambos mandatarios se han reunido alrededor de una hora en Moncloa. Pero el presidente estadounidense ha puesto un precio: dos destructores más en Rota. Algo que debe aprobar primero el Consejo de Ministros y, después, el Congreso, donde el Gobierno depende de una mayoría de conformada por la izquierda independentista que no lo pondrá nada fácil.
No obstante, el primer gran problema para Sánchez es Podemos, su socio en el Consejo de Ministros, que es contrario a ampliar la presencia militar estadounidense en España. Biden, cuyo equipo es consciente de la situación política de Sánchez, ha dicho que espera que los dos destructores estén atracados en Rota "más pronto que tarde". Eso sí, fuentes gubernamentales precisan a este diario que "está todo trabajado".
Sánchez sale de su encuentro con Biden con el compromiso estadounidense de apostar junto con España por "un enfoque de seguridad de 360 grados" de la OTAN que mejore la relación "con socios mutuos". Todo un guiño al flanco Sur que España necesita reforzar, puesto que las principales amenazas para Madrid proceden del norte de África.
Moncloa: "La máxima relevancia"
El Ejecutivo ha dado la máxima relevancia al encuentro. Moncloa ha vendido que la declaración conjunta que han sellado Madrid y Washington para poner el broche a la reunión supone el hito bilateral más importante en dos décadas. Ya que el documento, al que ha tenido acceso este diario, renueva el anterior sellado por el entonces ministro de Exteriores, Josep Piqué, y por la exsecretaria de Estado de EEUU, Madeleine Albright. En él, Estados Unidos se compromete a ayudar a España en el control migratorio tras el giro promarroquí de Moncloa con la postura sobre el Sáhara Occidental.
Sánchez necesitaba un golpe de efecto en un momento político adverso para él. El presidente del Gobierno sufrió hace un par de semanas un serio revés en las urnas andaluzas, que dieron por primera vez en cuatro décadas la mayoría absoluta al PP en un feudo histórico para los socialistas.
El PSOE, que perdió en Sevilla, la tierra de Felipe González, bajó tres escaños más el suelo de 33 diputados que le dejó hace cuatro años la expresidenta Susana Díaz. Y pese a que de puertas para fuera el partido venda relativa tranquilidad por esperado, lo cierto es que en Ferraz suenan todas las alarmas ya que Andalucía es una comunidad fundamental para que la izquierda se mantenga en Moncloa.
El temor de Moncloa
Por eso, el equipo de Sánchez espera que el nuevo impulso bilateral con la primera potencia del planeta, le permita reflotar su imagen. Precisamente, el presidente selló el pasado sábado en el Consejo de Ministros un nuevo decreto con medidas anticrisis para paliar los efectos económicos de la guerra en Ucrania y contener la inflación, en máximos desde hace tres décadas por la escalada sin control de los precios de la energía. Ese decreto, que aún debe convalidad el Congreso, fue un misil más encaminado a romper la tendencia de casi todas las encuestas que asoman al PP al jardín de la Moncloa.
Moncloa ha puesto toda la carne en el asador para que la cumbre de la OTAN que arranca este miércoles en Madrid sea un espaldarazo político al presidente Sánchez. Y para ello era fundamental que la foto de este martes de Sánchez y Biden estuviera garantizada. La diplomacia española, según confirman fuentes gubernamentales, lleva meses preparando este encuentro con sus colegas estadounidenses. Estas mismas fuentes aseguran que la reunión de ambos ha sido "cálida, próxima y relajada". Moncloa celebra que Biden haya charlado con Sánchez del estado del planeta. El propio Biden ha piropeado a España como "aliado imprescindible".
"Hemos tenido [Sánchez y yo] una discusión cálida y personal y agradezco el anticipo de tener una hora juntos antes de empezar la cumbre de la OTAN. Estamos celebrando 40 años de España en la Alianza y desde entonces ha sido un aliado indispensable. Y estamos aquí, juntos, para enfrentar los desafíos de hoy y del futuro"; ha esperado Biden ante la mirada brillante de Sánchez, que se ha referido al mandatario estadounidense como "estimado presidente".
Cabe recordad que Exteriores intentó, sin éxito, un viaje de Sánchez a Washington para que fuera el propio presidente de EEUU quien recibiera al jefe del Ejecutivo español en la Casa Blanca, como hizo en su día Bill Clinton con José María Aznar en 1997, la última vez que Madrid organizó otra cumbre de la OTAN. No obstante, el Gobierno precisa que durante el encuentro no se ha abordado un viaje a la capital de EEUU de Sánchez ni la reactivación del viaje pendiente de los reyes a EEUU.
Cordón informativo
La obsesión de los sherpas que guían la acción exterior del presidente ha sido enterrar el fiasco en forma de saludo informal de unos segundos que protagonizaron ambos mandatarios en Bruselas en junio del año pasado, durante otra cumbre atlantista, y en Roma cuatro meses después en una cita del G20. Por eso, el Ejecutivo puso un cordón informativo sobre el encuentro en aras de que no se torciera nada pese al desplante de Podemos a la OTAN en el acto de conmemoración del 40 aniversario de la entrada de España en la Alianza.
En verdad, los morados pactaron con el PSOE bajar el tono contra la Alianza. Por eso, el lado morado de Moncloa no envió ningún rostro destacado a la manifestación antiOTAN que secundaron alrededor de 2.000 personas el pasado domingo en Madrid y que convocó la plataforma estatal 'OTAN no'. Tras el encuentro en Moncloa, Biden se ha dirigido al Palacio Real, donde ha sido recibido por el Rey de España. Los reyes deben hacer una visita de Estado a Estados Unidos que se suspendió en 2020, cuando Madrid y Washington ya eran el epicentro de la pandemia, en pleno apogeo de la primera ola del coronavirus.
La primera dama estadounidense, Jill Biden, llegó este lunes a Madrid recibida por la Reina Letizia. Ambas, acompañadas por el minsitro de Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, han visitado este martes el Centro de Recepción, Atención y Derivación (CREADE) de Pozuelo de Alarcón, en Madrid, donde se asiste a los desplazados por la guerra en Ucrania.