Una de las profesoras de los menores que presuntamente eran maltratados en Colmenar Viejo (Madrid) dijo sentirse acosada por una supuesta psicóloga del Hospital Gregorio Marañón que llamaba de forma constante al colegio para que dejaran de investigar las lesiones de los niños. En su declaración ante la jueza de instrucción, a la que ha tenido acceso Vozpópuli, la docente aseguró que no denunció las presiones porque su interés primordial era la seguridad de los niños.
Esta maestra, que fue directora del colegio donde acudían los menores en Colmenar Viejo y actualmente es docente del mismo centro, prestó su testimonio ante la magistrada del Juzgado de Instrucción número 4 de Colmenar Viejo, que es el encargado de practicar las diligencias. La Guardia Civil detuvo a finales de marzo al padre y la madre acusados de un delito de maltrato. Está previsto que esta semana declaren de nuevo los padres y los menores en el marco de la investigación.
La profesora que acudió a declarar en calidad de testigo relató las experiencias que tuvo con la familia y los niños a lo largo de los años. Durante este periodo también recibió presiones para que cesara en sus actuaciones de indagar sobre las lesiones de los menores. "Me llamaban del hospital donde trabajaba el papá. Me llamaban y decían que era una psicóloga... me decía que por favor que parara ya de investigar, de dar un poco los pasos que estaba dando, porque le iba a destrozar la vida... que era médico", confesó a la juez.
"Me sentí un poco acosada. Llamaba constantemente al centro y bueno yo la decía que estamos dando los pasos oportunos. Estamos viendo esto de los niños y yo creo que estamos actuando correctamente", respondía la profesora ante estas advertencias. La docente aseguró no recordar el nombre de la supuesta mujer que se identificó como psicóloga del Hospital Gregorio Marañón.
Una directora dijo que el padre tenía otra familia
Según la maestra, el objetivo de todas estas llamadas era que "parara todas las gestiones" relacionadas con los menores de Colmenar Viejo. La mujer no denunció este supuesto acoso y abrió un protocolo de riesgo que fue el comienzo del caso que ahora se está instruyendo.
Al ser preguntada por qué no denunció este supuesto acoso, la profesora explicó que estaba "más centrada en lo niños" y por ello indagó en todo el pasado y el desarraigo que tenía la mayor de los hermanos. Para ello, contactó con la directora del colegio donde cursó sus estudios en Salamanca.
Su compañera le trasmitió un mensaje preocupante: los tíos le habían manifestado que hicieran todo los posible para que la "niña no viniera a Colmenar con los padres porque iba a sufrir malos tratos". Según su testimonio, el "papá, al parecer, tenía otra familia y otros hijos y contaba con antecedentes".
El padre echaba a la madre de casa
Esta increíble revelación fue impactante para la profesora madrileña. "En un primer momento no sabes si creértelo o no... pero desencadenó que empezáramos a investigar un poco", afirmó la docente ante la magistrada que instruye el caso en Colmenar Viejo.
La exdirectora del centro excluyó del maltrato a la madre. "Nos decían los niños que el padre echaba de casa algunas veces a la madre y que se iba dando paseos y que luego volvía otra vez". Sobre los menores la profesora fue tajante: "son niños tristes, niños muy calladitos. Vienen muchos días sin desayuno y suele llegar tarde al colegio pero son muy cariñosos".
Como publicó Vozpópuli, la madre solicitó al juzgado que revoque la orden de alejamiento de su esposo y defiende que nunca ha sido maltratada. Además, afirmó que las denuncias de maltrato de los menores se produjeron porque tenían "malas compañías".
Domingo, médico del Gregorio Marañón, y su mujer Mercedes perdieron la tutela de los ocho hijos con los que convivían. Tres de ellos declararon haber recibido malos tratos por parte de su padre y exculparon a la madre. Rodillos de cocina o sacacorchos eran algunos de los utensilios con los que recibían los castigos, según manifestaron en su exploración a la que ha tenido acceso Vozpópuli.
