Primero quiso controlar sus finanzas y su forma de vestir, después empezaron los insultos y los golpes... Y el 18 de febrero de 2018, tras 15 años de matrimonio, Teo asestó al menos tres cuchilladas a Lucía. Lo hizo delante de sus dos hijos menores y a sabiendas de que en una de las habitaciones de la casa se encontraban sus suegros, quienes en un intento por auxiliar a su hija también resultaron heridos. Esta semana, el hombre ha acudido a la Audiencia Provincial de Madrid y se ha negado a responder a las preguntas de la Fiscalía y de la defensa. Ella se ha negado a mantener la acusación.
La Fiscalía le acusa de un asesinato en grado de tentativa, dos delitos de maltrato psíquico -uno por cada hijo- y un delito de maltrato habitual. Y pide para él una condena de 20 años de prisión, así como la retirada de la patria potestad de los menores y una orden de alejamiento.
El mismo día de la vista oral, antes de que diera inicio el juicio, la mujer que sobrevivió a aquel maltrato ha retirado la acusación. También ha renunciado a las indemnizaciones que le correspondían a ella y a sus hijos por miedo, según han indicado a Europa Press fuentes jurídicas.
Según el escrito de acusación del ministerio público, las cuchilladas llegaron después de una discusión de pareja "al no aceptar su decisión de poner término a la relación". En su intento por salir de casa, Lucía se dirigió hacia la puerta para calzarse, pero su marido le atacó "de forma sorpresiva" por la espalda. Ella intentó defenderse y consiguió evitar la segunda cuchillada. Él insistió: "le cogió del pelo y la tiró al suelo". En la siguiente puñalada, ella perdió el conocimiento.
Una historia de "dominio"
Lo de aquel 18 de febrero fue, según la Fiscalía, "la última expresión del ánimo de Teo de imponer su dominio sobre Lucía". En el escrito se describe un trato de "desprecio y humillación durante toda la relación". El acusado pretendía "controlar su vida, sus finanzas y su forma de vestir, sometiéndola en todo momento mediante insultos".
El acusado pretendía controlar la vida de su pareja, sus finanzas y su forma de vestir, sometiéndola en todo momento mediante insultos
Lucía había advertido a sus padres de la violencia ejercida por su pareja. De ahí que en los días anteriores al homicidio, "habían venido a España para proteger a su hija". Según consta en la declaración judicial realizada por el padre de la mujer -que sirvió de prueba para el juicio-, Teo le llamó una semana antes del crimen y le comentó que iba a enviar a Lucía "en un ataúd a Marruecos".
El acusado se encuentra en prisión provisional desde aquel 18 de febrero en el que "al no ver el fin de la relación y no aceptar que su mujer rehiciera libremente su vida" la apuñaló. El análisis forense ha evidenciado que las lesiones causadas a Lucía estaban en órganos vitales que pudieron acabar con su vida, han señalado los especialistas durante su declaración por videoconferencia.