Las cosas entre Yolanda Díaz y Podemos están mejor que hace unos meses, según coinciden fuentes de un lado y otro consultadas por este diario. La inminencia de la campaña de las elecciones municipales y autonómicas está facilitando el entendimiento, aunque todavía no hay línea directa sobre el futuro de Sumar entre Díaz y la cúpula de Podemos. Mientras, la vicepresidenta segunda aprovecha el 'buen rollo' y pide a los morados militantes y simpatizantes para no pinchar en sus actos. Y lo cierto es que los de Ione Belarra acuden a su auxilio, conscientes de que pese a exigir respeto a su partido, la unidad es necesaria para reeditar la coalición en Moncloa.

Pero esa es, por el momento, la conexión entre la líder del espacio y sus aliados: sus capilares en pueblos y ciudades. Por eso, cuando se le pregunta a la ministra de Trabajo, ella responde que ya 'suma' con Podemos. El problema que enfrenta la líder del espacio es que desde la dirección en Madrid se han encargado en los últimos meses en situar en los equipos autonómicos a sus afines. El plan es que no se mueva nada hacia Yolanda Díaz sin su consentimiento dentro del partido.

En estas últimas semanas ha habido guiños de un lado y de otro para rebajar la tensión. La 'dama roja' felicitó en Twitter el noveno aniversario a Podemos y los morados han bajado la intensidad de sus ataques. Es más, cedieron a la petición de Díaz de no armar demasiado revuelo con el envío de carros de combate a Ucrania. La vicepresidenta se citó con los líderes del resto de fuerzas de Unidas Podemos y todos acataron la línea de Díaz, crítica pero no rupturista.

Todo sea por la buena marcha de la coalición

La imagen de los socios del Ejecutivo votando por separado y confrontando en la Cámara Baja sería difícil justo cuando Moncloa se esmera en vender que no habrá divergencias. En cualquier cosa, Yolanda Díaz, pidió que el envío de carros "debe ser medido": "Creo que, como dijo [Pedro] Sánchez, la vía también se centra en una posición estratégica autónoma de Europa en la que ya tenemos que abrir de una vez por todas las vías democráticas en el marco de la OSCE para tener salidas por la paz". La mención de Díaz a Sánchez no es baladí. La número tres del Gobierno no quiere confrontar abiertamente con el PSOE.

Podemos lo tolera. Todo sea por la buena marcha de la coalición. Y eso es especialmente relevante porque los choques de la vicepresidenta segunda por cuestiones de Defensa no solo los tiene con los socialistas, también con los morados. Y es que Yolanda Díaz y Podemos han disentido en el pasado sobre el apoyo militar de España a Ucrania, ya que ella y un sector de los suyos encabezado por los 'comunes' sí reconocen el derecho de Ucrania a la autodefensa para hacer frente a la invasión rusa. Podemos, sin embargo, no quiere ni oír hablar de armas, porque contribuyen a la escalada. En cualquier caso, en el cuartel general de Yolanda Díaz se trabaja con un anhelo claro: nada de líos internos que perjudiquen la entente electoral que debe formarse.

El nombre es importante

Podemos se resiste a enterrar su nombre. Los de Ione Belarra se sienten orgullosos de ser la primera fuerza de izquierda radical que forma parte de un gran Gobierno europeo. Y creen que Yolanda Díaz debería ser agradecida con ellos, porque sin ese hito su liderazgo no existiría. Su designación como mandamás de Unidas Podemos, firmada por Pablo Iglesias, se hizo incluso con una parte importante de Podemos en contra. Y ahora, en Podemos, lamentan lo complicado que está siendo llegar a un acuerdo con una persona de la que no se fían del todo pese a las sonrisas y los abrazos de los últimos días.

Por el momento, los principales rostros del partido siguen lanzando mensajes a Yolanda Díaz. Una de las últimas fue, precisamente, la ministra de Igualdad, Irene Montero. La número dos morada dijo que su formación está deseosa de llegar a un acuerdo con 'Sumar', pero en formato de coalición electoral, sin integrarse ni diluirse en un nuevo partido. Montero también se refirió a ese “acuerdo generoso” para las listas que significa, en plata, puestos de salida que permitan a Podemos mantener visibilidad.

No obstante, en la sede de Francisco Villaespesa se trabaja con un plan b definido en caso de que finalmente Yolanda Díaz y Podemos no lleguen a acuerdo alguno. Y, precisamente, lleva el nombre de la ministra de Igualdad. Montero, pese a estar harta de 'pelearse' políticamente todos los días y recibir golpes cada minuto, puede estar dispuesta a ese 'sacrificio'. Un movimiento similar al de Pablo Iglesias cuando salió del Gobierno para disputar la presidencia de la Comunidad de Madrid a la popular Isabel Díaz Ayuso ante el secarral en el que se convirtió la arena de candidatos de Unida Podemos dispuestos a morir en la plaza madrileña.

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