Con la llegada de la Navidad, los hogares españoles se visten de gala y sacan su mejor cubertería y mantelería. La estampa cada vez está más cerca: familias reunidas alrededor de la mesa contando anécdotas, riendo y haciéndose una nueva foto. Disfrutar en estas fechas es uno de los principales objetivos, y en muchas ocasiones estos planes y reuniones vienen acompañados de la mejor comida. Las preparaciones toman un valor especial, al igual que lo hacen los dulces y propuestas especiales. Así, el panettone -elaboración italiana que ya se ha convertido también en todo un clásico en España- toma protagonismo, al igual que saber escoger y comprar el adecuado.
Comprar este tipo de elaboración en supermercados y grandes almacenes es de lo más frecuente, debido a la diferencia de precio al compararlo con un producto artesano. Pero lo cierto es que, para los amantes del panettone, optar por un obrador especializado puede ser la mejor opción: la diferencia no solo se nota en el precio, sino también en el resultado final. Son muchos los chefs y reposteros que dedican horas a hacer los mejores panettones, ya que es un postre que requiere de mucho tiempo y reposo. Así, los expertos hablan de cinco claves para saber identificar al mejor.
Pocos ingredientes
A pesar de que algunas de estas claves tan solo se pueden percibir una vez se ha probado la elaboración, muchas otras se pueden comprobar con tan solo observar su estética. Así, desde la Organización de Consumidores y Usuarios -OCU- hablan de algunas claves que pueden ayudar a comprar un buen panettone, comenzando por leer de manera detallada los ingredientes. El uso exclusivo de mantequilla, evitando otro tipo de grasas como la palma, girasol o soja, es el primer indicativo de que se trata de un buen producto.
Así, los ingredientes de un panettone son simples y poco numerosos: harina, huevos, azúcar, masa madre y pasas o cáscaras de cítricos confitadas, estas últimas ya al gusto. La presencia de levaduras no es buena señal, ya que interfieren en la textura y suavidad del panettone, al igual que el uso de aditivos como antioxidantes, emulsionantes, conservantes y colorantes. El panettone es un postre artesano que tampoco necesita de estos elementos: sin ellos, puede conservarse a la perfección durante aproximadamente tres semanas.
Cinco impresincindibles en un buen panettone
Chefs y pasteleros hablan de cinco claves para identificar un panettone artesanal y de buena calidad. Esta guía puede ser de gran ayuda para aquellos que busquen el mejor producto y opten por un postre elaborado de manera lenta por un chef especializado. Así, todo comienza por la forma del panettone: debe ser bien redondo y no estar apelmazado. Este resultado se obtiene tras dejar enfriar la pieza boca abajo, conservando su textura esponjosa y su aire.
El color es el segundo factor a tener en cuenta. Debe ser suave y no demasiado intenso. Aún así, es importante tener en cuenta las distintas variedades que hay de panettones: mientras que el de estilo milanés se caracteriza por un color marrón, la versión más moderna lleva una cobertura de almendras molidas, otros frutos secos, clara de huevo y azúcar. Tras introducirse en el horno, el resultado es un color más oscuro que el del anterior.
Como tercer punto a destacar, el olor: debe ser suave y poco invasivo. La fruta escarchada, la masa madre, y los toques de vainilla son algunos de los esenciales que deben percibirse al abrir un buen panettone. La forma más higiénica de hacerlo es utilizando un cuchillo, aunque muchos profesionales prefieren hacerlo con las manos para percibir mejor su textura y hacer honor a su nombre, 'panettone'. Además, al abrirlo ya es posible analizar su interior: los alveolos deben ser similares y regulares, indicio de que ha habido una buena fermentación. Por el contrario, que sean muy grandes o muy pequeños es una mala señal.
Finalmente, es importante hacer referencia a la temperatura del entorno. Esta no debe ser demasiado baja para poder apreciar todos los matices del panettone, tanto olfativamente como visualmente y en boca. Esta debe rondar los 23 y 25 grados, para lo que es aconsejable colocar la elaboración cerca de una fuente de calor unos minutos antes de comenzar a comerlo, como en una mesa cerca de una chimenea. Acompañarlo con un café a la francesa es una manera perfecta de disfrutarlo, aunque algunos lo prefieren con un poco de helado o incluso con una copa de vino dulce u espumoso.