Sabida es la obsesión que tuvo siempre Josep Pla por el uso cabal del adjetivo. Aquello de tomarse su tiempo para liar el cigarrillo e ir dándole vueltas –al papel

¿Deberían los políticos ser juzgados por las declaraciones realizadas en el ejercicio de sus mandatos? La pregunta da título a la resolución del Comité de Asuntos Legales y Derechos Humanos