Internacional

Alemania llega a las elecciones con los socialistas en caída libre y la extrema derecha en segundo puesto

Conservadores y socialistas podrían llegar a un pacto de gobierno aunque los pequeños partidos podrían ser la clave

  • Friedrich Merz -

Últimas horas en Alemania antes de conocer los resultados de las legislativas nacionales y hay dos cosas claras: que los socialistas, que dejan ahora el gobierno de coalición con los Verdes y los liberales, están en caída libre y que la extrema derecha (AfD) podría ser segunda fuerza.

El canciller Olaf Scholz perdió el pasado diciembre una moción de confianza y se vio abocado a convocar elecciones anticipadas, que se celebrarán este domingo 23 de enero, solo un mes antes de la fecha originalmente prevista en febrero.

Sin embargo, aunque el horizonte es de momento complejo y la gobernabilidad podría depender de los resultados de los partidos más pequeños, la tendencia de los socialistas que ahora gobiernan es una caída en picado: el SPD está en el tercer puesto en la intención de voto, con el 15% (antes 25,7%), mientras que la extrema derecha de AfD se posiciona como segunda opción, con el 21%, y los conservadores (la unión de CDU y CSU) son los favoritos para ganar los comicios, con el 31%.

Por detrás de los socialistas están sus ahora socios en el gobierno: los Verdes se alejan con el 13% mientras que el Partido Liberal (FDP) no sabe con seguridad si alcanzará el 5% mínimo para entrar en el Bundestag. También la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), formación populista de izquierdas, está entre el 4% y el 6% en la intención de voto, con su entrada sin asegurar.

Que estos partidos entren en el parlamento modificaría las mayorías y condicionaría la forma en la que se llegaría a un pacto de gobierno

La amenaza de la extrema derecha

El ascenso de AfD, que durante la última legislatura estuvo de capa caída, ha enfrentado a conservadores y socialistas. Estos primeros culpan a los últimos, que llevan en el gobierno los últimos 12 años, del esprint de la ultraderecha por el descontento popular. Los conservadores pretendían regresar al gobierno alemán reivindicándose como la gran derecha alemana y pretendiendo hundira a AfD.

Sin embargo, a pesar de que los conservadores lideran las encuestas, la caída de los socialistas ha dado vía libre a la extrema derecha que, de cumplirse los pronósticos, sería segunda fuerza. En ese escenario, solo un pacto entre conservadores y socialistas -hipotéticamente consolidado con los partidos minoritarios- podrían alejar a la AfD del gobierno.

Esta parece la principal intención de los candidatos socialdemócrata y conservador a canciller, Olaf Scholz y Friedrich Merz, quienes chocaron en el último debate sobre la inmigración irregular en el país, aunque sí coincidieron en su ataque frontal a la ultraderecha y en reafirmar la vigencia del cordón sanitario a la AfD.

Sin embargo, los partidos minoritarios tendrían el papel decisivo para que ambos pudiesen gobernar juntos. En este sentido, el escenario pretendido por los conservadores es que ninguna de esas formaciones entre, facilitando su gobierno con tan solo un socio adicional, los socialistas.

Scholz ha dicho que "no habrá ninguna colaboración con la ultraderecha" y el conservador reiteró que "mantendrá lejos" la "víbora" de la AfD como él ha calificado alguna vez a la ultraderecha, y aseguró que "tampoco trabajaremos juntos con este partido".

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