Lech Walesa cumple 80 años. Un hombre que ha conseguido crear revuelo en la sociedad a lo largo de su vida. Desde ser considerado el héroe polaco de la lucha anticomunista, pasando por su relación con el Papa Juan Pablo II, hasta su Nobel de la Paz. Si los años que lleva vividos Walesa pudiesen resumirse en una palabra sería: extraordinario.
El líder anticomunista nació el 29 de septiembre de 1943 en una pequeña aldea de Polonia. Con su nacimiento a dos años de acabarse la Segunda Guerra Mundial, la primera mitad de la vida de Walesa fueron tormentosos y revolucionares debido al contexto social que englobaba al mundo y, especialmente, a Europa.
Sus inicios fueron humildes. La ocupación nazi se había adueñado de varias propiedades familiares, por lo que se encontraban trabajando para granjeros alemanes. Fue criado por su madre, quien le inculcó las creencias y la tenacidad que le caracterizan.
Su padre, que era carpintero, fue detenido por nazis y encerrado en un campo de concentración en Mlyniec antes de que Walesa naciera. Regresó tras finalizar la Guerra, aunque falleció dos meses después, en 1945, por lo que el Nobel de la Paz no pudo conocer realmente a su padre.
Después de acabar los estudios de educación primaria -y con buenas calificaciones-, hizo metalurgia, dibujo técnico y matemáticas en una escuela de oficios, donde se especializó como electricista industrial.
Tras la especialización, comenzó a trabajar de instalador eléctrico en el Departamento Estatal de Agricultura (POM), en Lenie, hasta 1963, cuando tuvo que prestar servicio militar, donde fue designado al grupo de telegrafistas. En esta época se dejaría crecer su característico bigote.
Ya en 1968, tras cambiar de empleo un par de veces, fue nombrado representante en el consejo de la empresa en donde trabajaba. Aquí comenzó a desarrollarse su imagen de simbol y líder de grupo. De hecho, dos años después, en 1970, era presidente del Comité de Huelga de astilleros Lenin.
Sería bajo este puesto que la presencia social de Walesa crecería al participar activamente en los disturbios obreros de diciembre de 1970, en los que la gente protestaba por el encarecimiento de los productos de primera necesidad a manos de las autoridades comunistas.
A partir de la década de los setenta Lech Walesa participó en múltiples eventos históricos que lo han convertido en el personaje célebre por el que es conocido actualmente.
La icónica vida de Lech Walesa
Lech Walesa es conocido internacionalmente como un símbolo de la lucha contra el comunismo en Polonia. Su implicación en la situación social y política que atravesaba Polonia en aquella época le ha hecho ganar la etiqueta de 'héroe'.
Esta figura de símbolo de la lucha contra el comunismo la compartía con Karol Wojtyla, quién sería nombrado Papa bajo el nombre de Juan Pablo II en 1978. En junio de 1983 estos dos célebres polacos tendrían un encuentro privado.
Fue expulsado del astillero en febrero de 1976 tras dar un discurso en donde llamaba a Gierek, líder comunista, mentiroso. En el verano de 1980 Walesa aún estaba desempleado y ya había sido detenido en varias ocasiones por las autoridades.
El 14 de agosto de 1980 fue readmitido por la dirección en la plantilla de su antiguo puesto después de que se declarase una huelga general en los astilleros de Lenin -participaron 17.000 trabajadores-. A raíz de este suceso, Lech Walesa sería designado como líder indiscutible del movimiento de la huelga, entre las reivindicaciones salariales y el derecho a la libre sindicación, tras ser oficializado como el Comité de Coordinación Nacional del Sindicato Libre Solidaridad.
En diciembre de 1981 el general Jaruzelski, presidente en ese momento del Gobierno polaco, ilegalizó el movimiento sindical Solidaridad -que presidía Lech Walesa- e impuso la ley marcial, lo que acabó en la detención del símbolo polaco. Pasó en prisión cerca de un año, fue puesto en libertad en noviembre de 1982, aunque bajo vigilancia gubernamental.
Un año después sería galardonado con el Nobel de la Paz, cuyo premio -200.000 dólares- invertiría posteriormente en 1990 a un fondo destinado a reconstruir el país. En diciembre de ese mismo año ganaría las elecciones presidenciales con el 74% de los votos en la segunda vuelta después de que Solidaridad se convirtiese también en una plataforma política.
Ejercería como Presidente de Polonia hasta noviembre de 1995, donde se volvería a presentar como candidato aunque esta vez no consiguió llevarse la victoria -obteniendo sólo el 48% de los votos en la segunda vuelta-. Durante las elecciones del año 2000 intentaría suerte una vez más, obteniendo un resultado aún peor: sólo el 1% de los votos.
Con su llegada al poder comenzaría el declive de su popularidad. La derrota de sus siguientes candidaturas se debe al descontento que ocasionó en el pueblo polaco el cierre de empresas estatales y la hiperinflación debida al cambio de un régimen comunista a uno capitalista.
Lech Walesa ha sido acusado además de la desaparición de documentos secretos de las décadas de los setenta y ochenta del Ministerio del Interior durante su mandato. Investigaciones de 2008 han sugerido que durante la década de los setenta Walesa estuvo trabajando como colaborador para los servicios secretos polacos bajo el nombre en clave de 'Bolek'.
Los investigadores apuntan que recibió dinero por denunciar la actividad de varios trabajadores del astillero. Esto lo contrastan con recibos firmados bajo el nombre tanto de Lech Walesa como 'Bolek'. Los datos publicados fueron confirmados en 2015, tras encontrarse en su apartamento 41 informes firmados bajo este pseudónimo y recibos por valor de 11.700 zlotys.
Desde entonces se dedica a participar en conferencias y misiones para luchar por los derechos humanos. En 2004 en honor a su labor por el pueblo polaco, el aeropuerto internacional de Gdańsk fue renombrado como Aeropuerto de Gdańsk-Lech Wałęsa.
Lech Walesa ha sido igual de venerado por su papel en la lucha contra el comunismo como criticado por la situación en la que dejó a Polonia después de su mandato político. Dos caras de la moneda que dejan imágenes contrarias.
