Estados Unidos ha estimado que los misiles guiados de precisión que Rusia está utilizando para atacar a Ucrania están sufriendo tasas de fallo de hasta el 60%, según ha publicado Reuters.
Estos datos podrían explicar por qué Rusia no ha logrado alguno de sus objetivos básicos en la invasión de Ucrania, como neutralizar la fuerza aérea ucraniana, a pesar de la aparente fuerza de su ejército contra las fuerzas armadas mucho más pequeñas de Kiev.
Las cifras de error de los misiles provienen de tres funcionarios de defensa de la administración estadounidense y la tasa de fallo de las armas rusas variaba según el día y el tipo de misil que se lanzara. Los ataques con misiles han sido una característica de la invasión de Rusia, y Rusia ha anunciado ataques contra objetivos militares, incluidos depósitos de armas.
Putin no logra sus objetivos
En un mes de guerra, el conflicto ha dejado ya más de 700 civiles muertos y 3,4 millones de refugiados, el mayor éxodo desde la Segunda Guerra Mundial, en un conflicto en el que ambas partes han mantenido cinco rondas negociadoras con escasos resultados en el objetivo propuesto de lograr un alto el fuego.
El presidente ruso, Vládimir Putin, aludió al pretexto de desnazificar y desmilitarizar Ucrania para evitar que ese país sea una amenaza para Rusia, al anunciar el 24 de febrero el inicio de una “operación militar especial” con la entrada de tropas rusas en territorio ucraniano.
Pero lo que el dirigente ruso esperaba como una rápida victoria militar, según los analistas occidentales, se ha ido complicando debido a la resistencia ucraniana y Putin no ha podido cumplir aún su objetivo de tomar los principales centros de poder del país.
Armas simples y efectivas
Los países de la OTAN afrontan limitaciones a la hora de entregar armamento a Kiev. Por un lado, solo se envían sistemas considerados defensivos. Al mismo tiempo, deben seleccionar armas que los ucranianos ya sepan usar o que sean lo suficientemente simples como para ser utilizadas con un entrenamiento mínimo.
Ese es uno de los puntos fuertes de los antitanques británicos NLAW, un lanzamisiles "directo" y "potente", con un rango de ataque de 1 kilómetro, pero menos sofisticado que los Javelin, más "efectivos" y con capacidad para fijar objetivos a 4,5 kilómetros de distancia. Los antitanque estadounidenses "son lo suficientemente complejos para que no hubieran resultado útiles si se hubieran entregado con poco tiempo de margen", indicó Nick Reynolds, analista del thinktank Royal United Services Institute (RUSI). Washington, sin embargo, había formado ya a una unidad ucraniana que se especializó en su manejo.
Otros grupos del Ejército de Ucrania, pese a todo, no tienen entrenamiento específico y no han recibido los Javelin, entre otras armas. Los países occidentales pueden haber evitado asimismo entregar ciertos sistemas a Kiev para asegurarse de que no caen en manos de Rusia, que podría "diseccionarlos" para comprender mejor sus características, aumentar sus defensas e impulsar su desarrollo industrial.
Fallos estratégicos de Moscú
A pesar de la efectividad de esos sistemas portátiles, "nadie debería concluir que esas armas van a solucionar todos los problemas en el campo de batalla", resalta Reynolds, que alerta de que parte del éxito del ejército ucraniano se debe a los fallos estratégicos que ha cometido el Kremlin.
Las debilidades del despliegue ruso "están haciendo que las fuerzas blindadas estén mal vistas en este momento. Están levantando dudas sobre la utilidad de los tanques y los vehículos blindados", afirma el experto.
Con todo, es necesario tener cuenta que "se están desplegando de una forma muy pobre". "Su personal parece estar sufriendo graves problemas de moral, están teniendo problemas logísticos y no están coordinando las operaciones". "Tienen que apoyar a los blindados con artillería y con infantería, hacerlo de forma conjunta, porque de otro modo las formaciones se van a ver acorraladas", agregó Reynolds.