El primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha asegurado que su país no está dispuesto a aceptar dinero del fondo de recuperación europeo para hacer frente a la crisis provocada por el coronavirus si ello implica ceder ante Bruselas y revocar su polémica ley anti LGTBI.
El mandatario ha indicado así que dichas ayudas serán rechazadas si se vincula de forma alguna el fondo a dicha normativa, que ha sido duramente criticada desde Bruselas por discriminar al colectivo.
Para el Gobierno húngaro, la Comisión Europea ha retrasado su aprobación del plan de recuperación debido a "su rechazo político a una legislación nacional aprobada para proteger la infancia".
Así, en un decreto publicado en la Gaceta Oficial, Budapest ha matizado que únicamente aceptará un acuerdo "si la Comisión Europea no impone condiciones que no se apliquen a otros estados miembro".
El plan húngaro, pendiente de aprobación
El plazo legal para que el Ejecutivo comunitario evalúe los planes nacionales es de dos meses a partir de su presentación, lo que supone que en le caso de Hungría su dictamen debería haberse comunicado hace más de una semana.
Sin embargo, las reglas prevén que las partes puedan acordar una prórroga para dar más margen al análisis y opciones de ajustes, pero Bruselas y Budapest se resisten a anunciar formalmente tal extensión, en un momento en el que las relaciones de Hungría con sus socios de la UE son tensas por las críticas a la deriva autoritaria de su Gobierno.