La estrategia de Donald Trump estaba clara desde el principio. El ahora presidente electo de Estados Unidos nunca ha ocultado su afán por el proteccionismo económico y que una de las medidas estrella de su Administración sería la de incrementar los aranceles a productos procedentes del extranjero. Siempre ha hecho una especial embestida a los procedentes de China o México pero, respecto a la Unión Europea tampoco ha escatimado en amenazas.
Así, a justo un mes de la toma de posesión como inquilino de la Casa Blanca, Trump ha exigido a la Unión Europea compensar lo que define como un enorme desequilibrio comercial con Estados Unidos. La idea del magnate es que el continente europeo lo haga a través de compras "a gran escala" de petróleo y gas del país norteamericano y, así, podrán evitar la imposición de brucos aranceles.
De nuevo, el republicano ha optado por su red social, Truth, para anunciar una postura de tal calado, afirmando que le ha dicho a la Unión Europea que "debe compensar su tremendo déficit con EEUU mediante la compra a gran escala" de su petróleo y gas. "De lo contrario, ¡¡¡se aplicarán ARANCELES!!!", ha amenazado Trump con su habitual uso de las mayúsculas.
Las políticas arancelarias del mandatario electo han encedido las alarmas entre los productores europeos, también los españoles. El país norteamericano es un aliado esencial del continente europeo y coincide que el nuevo mandato de Trump arrancará a la par que la nueva Comisión Europea, algo relevante en cuanto a negociaciones se refiere.
Revés para la Unión Europea
Sin embargo, un endurecimiento de las políticas arancelarias del magnate implicaría un duro golpe para la Unión Europea, especialmente, para países como Alemania e Italia. Además, a todo ello se suma el actual debilitamiento de los gobierno de Olaf Scholz y de Emmanuel Macron (Francia).
También hay que tener en cuenta que, aunque los mayores exportadores de productos a Estados Unidos sean Alemania e Italia y que, directamente, las medidas no deberían afectar sobremanera a España, este sí se vería perjudicado de manera indirecta. Pese a que los productos españoles están menos expuestos, si el resto sí lo está, al final la competencia dentro de las fronteras europeas se dispararía.
Estrategia de la Unión Europea
Por ello, y como no iba a pillar de sorpresa la decisión de Trump, a finales del pasado mes de noviembre, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, apuntaba que la estrategia europea para evitar una guerra comercial entre EEUU y la UE podría pasar por ofrecer a su socio transatlántico comprar más productos estadounidenses, como gas natural licuado o armamento.
IMAGEN: Luis de Guindos y Christine Lagarde.
Así, dejaba a un lado las represalias, a sabiendas de que la UE, cada vez más dividida, no puede competir en ese sentido y solo saldría más perjudicado de una batalla contra el magnate. En este sentido, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, pedía imponer "el sentido común" y subrayaba la importancia de que ambos territorios se sienten a negociar.
esnalar
20/12/2024 12:17
La solución es bien clara. Ante un chantaje, otro mayor. Si La UE le da la espalda a USA, y busca, sin bajarse los pantalones, amistades en otras latitudes, ya veríamos quién puede más.