Conste que no queremos plantearlo como un ataque directo, pero es cierto que desde hace tiempo (años) atrás muchos hemos creído oler el tufillo del plagio más descarado y sinvergüenza en ciertas series de cierta productora que rima con “Logopedia”. Y salvo porque siempre se resisten a reconocerlo (¿o es que quizá a los españoles nos da igual?), ¿quién podría echárselo en cara? Un éxito es un éxito, y como a menudo eso de la compra de derechos es un engorro, es de suponer que cuando uno no quiere lidiar con productores extranjeros metomentodo, se aplica la máxima del “fusila, que algo queda”. Al fin y al cabo, para cuando el público se da cuenta, la serie ya está vendida y la inversión publicitaria en la caja. Nosotros hoy analizamos cinco (¿posibles?) casos de cuando nos dieron hamburguesa por chuletón.
HOSPITAL CENTRAL
Aunque éste parece un caso fácil, lo cierto es que tiene su puntito peculiar en cuanto a que de copia descarada de una serie pasó a mutar a plagio descarado de otra. Y es que si al principio la inspiración evidente fue la clásica “Urgencias” ideada por Michael Crichton, con Anthony Edwards, Julianna Margulies y un tal George Clooney de protagonistas, la serie de Antonio Zabálburu, Mar Regueras y Jordi Rebellón comenzó a convertirse progresivamente en un remedo de “House”, sobre todo cuando al popular doctor Vilches empezó a agriársele el carácter y a aumentarle el cociente intelectual.
No por nada la longeva serie, que llegó hasta las veinte temporadas (¡!), vió pasar a su lado el final de “Urgencias” y el posterior boom que supuso el estupendo procedural médico protagonizado por Hugh Laurie. Y claro, a medida que su cuota de share bajaba por decenas, la productora Videomedia trató de mantenerla con respiración asistida, incluso recurriendo a apariciones estelares de Chenoa y Bisbal o a Jorge Sanz haciendo de terrorista suicida en un remedo cañí del John Q. de Denzel Washington. Ah, y mejor no hablamos de su serie hermana “MIR” porque intentar plagiar “Anatomía de Grey” ya tiene delito.
ANA Y LOS SIETE
Por dónde empezar… Bailarina de striptease agobiada por la vida acaba haciéndose cargo de una prole de niños de familia bien y, curiosamente, ninguno acaba enganchado a las anfetaminas o tatuándose el símbolo de Playboy en la rabadilla, sinó que acaban domesticando a la protagonista igual que ella hace con ellos. Si bien nunca vimos a la niñera de “Nanny” girando alrededor de una barra como si aquello fuera un softcore de los viernes noche en el Plus, lo cierto es que al menos Ana Obregón compartía el carácter (y la voz) insufrible de Fran Drescher.
Pero alto, porque de donde la estrella de infinitos y desvergonzados posados veraniegos bebía creativamente era en realidad de una serie argentina llamada “Floricienta”. Por supuesto, entendemos que al inefable productor José Frade ni se le pasó por la cabeza comprar los derechos de aquella, pero cuesta creer que tamaño monumento al kitsch, con papá millonario bebiendo los vientos por la profesional del restregón incluido, no provocara un conflicto internacional. Ah, y por si alguien se pregunta cómo sobrevivió la carrera de quien fue la amante de Emilio Aragón en la inolvidable “Policía”, la cosa es que después de aquello Ana Obregón intentó también su propio remake de “Sexo en Nueva York” y ahí sí que la liamos…
LOS PROTEGIDOS
Si hay una serie que lo intentó –y mira si lo intentó- fue “Héroes”, de Tim Kring. En plena efervescencia de pelis de superhéroes a mediados de la década pasada, cuando triunfó “Batman Begins” pero antes de la bendita dominación de Marvel Studios, no parecía mala idea hacer un cruce entre los X-Men y Harry Potter, con varios adolescentes “especiales” que tanto se enfrentan a planes diabólicos como a sus propias hormonas. Pero la cosa ya empezó a desvariar gravemente en su primera temporada, y ni siquiera esa especie de reboot el año pasado, “Heroes Reborn”, logró borrar el gusto a lejía en la boca de los fans después de un lustro.
De ahí que sorprendiera que productores españoles trataran de versionarla, pero cabreó aún más que el plagio fuera tan evidente, llegando incluso a copiar esas transiciones de cómic que ya tenía la original. Por lo demás, y pese a que su factura televisiva era notable, sus guiones eran auténtico material de derribo y al final quedó una especie de remedo para la pequeña pantalla de infinidad de novelas YA que ha quedado a la altura de la carrera de Angie Cepeda o el talento de Maxi Iglesias.
ACUSADOS
Esta es graciosa. Si bien logró llegar a una segunda temporada pese a unos discretos índices de audiencia, aún menos gente en España conocía “Daños y Perjuicios” (emitida apenas en canales autonómicos). Pero cuando la multinacional Sony se enteró de su existencia y se le echó encima con acusaciones de plagio, Telecinco acabó por asesinar la serie. Y con “asesinar” nos referimos a enfrentarla a “Águila Roja” para justificar su cancelación, un plan tan maligno como los que investigaban Glenn Close y Blanca Portillo respectivamente como la abogada Patty Hewes y la jueza Rosa Ballester.
Pero al margen de sus profesiones, adaptadas cada una a enfrentarse a enrevesadas tramas legales de tinte criminal, lo cierto es que el formato así como las personalidades de ambas y ciertos personajes eran clavados. Y sinó baste comparar ese Joaquín de la Torre encarnado por Jose Coronado con el despiadado millonario Howard Frobisher interpretado por Ted Danson. Por no hablar de los parecidos razonables entre los personajes de Rose Byrne y Silvia Abascal, así como las subtramas sobre sus novios y suma y sigue, y suma y sigue…
SIETE VIDAS
Puede que sea algo polémica, pero lo cierto es que la sombra de la duda (por ponernos líricos) ha rodeado a esta mítica serie de Globomedia desde siempre… o mejor dicho, casi siempre. Porque ¿quién recuerda que la cosa empezó con el personaje de Toni Cantó despertando de un coma de casi 20 años? Si en sus orígenes la serie planteaba una sitcom del tipo Pez Fuera del Agua como Alf o “Primos Lejanos” en la que un personaje debe adaptarse a un mundo que no conoce, pronto esa trama principal fue barrida bajo la alfombra para convertirse en el “Friends” español.
Vale, el triángulo David-Estefanía-Laura se mantuvo a duras penas (al menos hasta la temporada 5), pero incluso antes de desaparecer los tres, la serie ya se había convertido en una colección de episodios casi siempre inconexos entre un elenco semi-rotatorio de personajes centrado en dos apartamentos compartidos y un garito que les reúne a todos. “¡Pero si el Casi-Ke-no era como el Central Perk!” dirían unos. “¡Pero si el personaje de Javier Cámara era un calco de Ross Geller!” dirían otros. De acuerdo, pero también podrían argumentarse otras notables diferencias como el personaje de Amparo Baró o todos aquellos otros secundarios en rotación, ajustados a la medida de cada actor o invitado especial (a diferencia de los maravillosos personajes creados por actores invitados como Gary Oldman, Giovanni Ribisi o Bruce Willis).
Ahora bien, poniéndonos estupendos, a nivel formal es donde podría hacerse la mayor comparación y lo cierto es que los guionistas y realizadores de Globomedia buscaban parecerse demasiado a la inolvidable serie de la NBC, con tramas, planos, ritmo y dirección de actores calcados… eso sí, con el lastre de que 50 minutos pesan el doble que los 22 de la ficción estadounidense. Al final el agotamiento hizo mella en “Siete vidas”, que terminó de forma abrupta para dar paso a la insufrible “Aída”, pero al menos mantuvo un ritmo decente, a diferencia de “Friends”, que ya estaba quemada un par de temporadas antes de su final. Incluso en eso Spain Is Different.
Aunque no aparezcan en este artículo, no nos olvidamos de cosas como “RIS: Investigación Científica”, con Jose Coronado (aparentemente el cicerón de los plagios cutres) como el jefe de los CSI Fuenlabrada, “Cuenta Atrás” con Dani “El Canto del Loco” Martín en la versión imposible de “24”, o ese “Vis a Vis” que aún no sabemos si juega a ser “Orange Is The New Black” o “Prison Break”. Nosotros os animamos a que deis más ejemplos y trataremos de ampliarlos en otro futuro artículo.