El Grupo Secuoya ha decidido plantear batalla a Blas Herrero por el acuerdo que alcanzó con Discovery para hacerse cargo de los contenidos de DKiss, su cadena de televisión. La compañía presidida por Raúl Berdonés, responsable del canal TEN, presentará en los próximos días una denuncia ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) motivada en sus dudas sobre la legalidad del pacto que han rubricado la multinacional norteamericana y la empresa del multimillonario asturiano. Un pacto, por otra parte, que es similar al que mantienen Vocento con Disney y Viacom, y Unidad Editorial con la propia Discovery y que, a efectos, es considerado como "alegal".
TEN y DKiss iniciaron sus emisiones hace algo más de un mes y, de momento, su audiencia es muy inferior a la de cualquiera de los canales que emitían con anterioridad en la TDT. La televisión de Secuoya registró en abril una cuota de pantalla del 0,3%, mientras que la perteneciente a Blas Herrero, del 0,5%. Eso les sitúa en una posición complicada en la pelea por la inversión publicitaria, que en aproximadamente un 85% acaba en manos de Atresmedia y Mediaset.
La empresa dirigida por Raúl Berdonés ha optado por llenar la mayor parte de la parrilla de su canal con programas de importación de diferentes majors, aunque ha avanzado que con el paso de los meses otorgará un mayor peso a la producción nacional. Por su parte, Blas Herrero contrató a finales de 2015 al exdirector de TVE, Javier Pons, para ponerse al frente de su nuevo canal y establecer las líneas maestras del proyecto. Pero, meses después y, por sorpresa, decidió dar un giro de 180 grados a su cadena y llegó a un acuerdo con Discovery para que se convirtiera en su principal proveedor de contenidos.
En el sector audiovisual, los contratos como el que firmaron Kiss FM y Discovery se consideran como "alquileres encubiertos" de las licencias de TDT y, por lo tanto, alegales
En el sector audiovisual, este tipo de contratos se consideran como un "alquiler encubierto" de la licencia en propiedad, pues supone otorgar a una tercera compañía plenos poderes para configurar la parrilla de programación. Esta figura no está regulada expresamente en la Ley Audiovisual -según reconocen fuentes de la CNMC-, por lo que varias empresas de televisión han recurrido a ella para obtener beneficios con el arrendamiento de su permiso de emisión. En varios casos, lo han hecho después de haber cerrado sus canales por no ser capaces de rentabilizarlos.
Entre las dudas que plantea esta operación entre Kiss FM y Discovery se encuentra la relativa a si la televisión que ofrece actualmente DKiss se corresponde con la que prometió al Ministerio de Industria en el último concurso de licencias. De ahí que Secuoya vaya a solicitar a la CNMC que analice los pliegos de este procedimiento para cerciorarse de que Blas Herrero no ha incumplido ninguno de los compromisos adquiridos.
En este sentido, Vozpópuli ha recabado testimonios entre los participantes en el proceso y, en todos los casos, han precisado que en el proyecto que presentaron tuvieron que especificar múltiples detalles acerca de su nuevo canal. "Incluso perfilar el horario de emisión de determinados contenidos", algo que la compañía denunciante pretende cerciorarse de que cumple la empresa del grupo Radio Blanca, ante sus dudas a este respecto.
Reclamación del Grupo Prisa
La denuncia que prepara Secuoya no es la primera que tiene lugar alrededor de este concurso de licencias de emisión. La Asociación Española de Anunciantes (AEA) presentó el pasado enero un recurso ante el Tribunal Supremo contra la adjudicación de los seis canales, al considerar que fortalece el duopolio competitivo que conforman Atresmedia y Mediaset. Unas semanas antes, Prisa impugnó la resolución del Ministerio de Industria por considerar que también beneficiaba a estas dos compañías.
Hace un mes, la editora de El País presentó una queja ante la CNMC en la que alegaba que el resultado del concurso distorsionaba el funcionamiento del mercado, si bien su escrito no prosperó, han precisado fuentes internas.