Mientras la Comisión Nacional de los Mercados y las Comunicaciones (CNMC) toma una decisión sobre la operación de compra del Grupo Zeta por parte de Editorial Prensa Ibérica, el dueño de este holding mediático, Javier Moll, ha tomado algunas decisiones de calado dentro de su compañía. Recientemente, se han anunciado varios despidos en La Opinión de Málaga como consecuencia de la mala situación económica del periódico. Unos días antes, se confirmaba el cierre de La Opinión de Tenerife.
Los dos diarios han estado expuestos durante los últimos años a los embates de la crisis y del declive del papel. Sin embargo, la situación que ha provocado las citadas decisiones de Moll ha sido diferente en cada caso. En el caso del rotativo malagueño, la empresa ha aducido razones económicas para justificar la ruptura del contrato de 9 de sus 40 trabajadores. En concreto, ha incidido en que la caída de las ventas y de la recaudación publicitaria ha obligado a reducir plantilla.
Según los datos que figuran en el Registro Mercantil, la sociedad editora del grupo, La Opinión de Málaga S.L., facturó en 2017 algo más de 2 millones de euros, lo que representa una cantidad prácticamente igual que en 2016, pero el 40% inferior a 2010. Desde entonces, las pérdidas han sido de 5,5 millones.
Tal y como incidió revistaelobservador.com, la tanda de despidos que ha efectuado Editorial Prensa Ibérica (EPI) en los últimos días es la segunda desde que se inició la crisis del papel, pues en 2012 un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) provocó 13 bajas y una bajada salarial de casi el 20%.
El caso de Canarias
Los cambios que han tenido lugar en el negocio de Moll en Canarias tienen que ver con la compra el pasado febrero de El Día, es decir, del diario que competía en esta isla con La Opinión de Tenerife, propiedad de EPI.
Como precisó entonces Vozpópuli, a El Día le ha ocurrido durante los últimos años lo mismo que a otras tantas cabeceras, ya que su editora se ha visto perjudicada por la crisis de la prensa, por el recorte de la inversión publicitaria y por las complicaciones derivadas de la transformación digital. Su fundador, José Rodríguez Ramírez, murió en 2014 y, desde entonces -con Mercedes Rodríguez como heredera-, la situación del negocio ha ido a peor.
El pasado verano, ante el recrudecimiento de esta crisis, Rodríguez puso a la venta este medio por 4 millones de euros y tanteó a Vocento y a Prensa Ibérica. Finalmente, fue Moll quien se llevó el gato al agua, lo que ha provocado varios movimientos. En primer lugar, el cierre de La Opinión de Tenerife, lo que implicó el despido de una veintena de periodistas, tal y como explicó la Unión de Profesionales de la Comunicación de Canarias.
En segundo lugar, porque ha conllevado el cierre de las dos ramas de negocio que no compró Editorial Prensa Canaria, como son Radio El Día y El Día Televisión, el cual se le comunicó a su plantilla el pasado lunes, tras las elecciones generales.
Frente en Barcelona
En paralelo a estos movimientos, en el Grupo Zeta se ha anunciado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para Gráficas Prensa Diaria, en la que actualmente trabajan 56 personas y en la que se imprimen los ejemplares de El Periódico de Catalunya y de Sport.
Esta empresa arrastra pérdidas de 16,5 millones de euros y todo parece indicar que será desmantelada antes de que Moll asuma el control del negocio de los Asensio.